En algunos lugares no funciona bien la idea del café pendiente: esta mañana un indigente y un empleado de la confitería de la Terminal se trenzaron a golpes, cuando el «indigente» exigió que le sirvieran un desayuno a pesar de no tener dinero para pagarlo.

 Algo de color local para los turistas: en la confitería de la Terminal de Ómnibus pudieron ver cómo un «ciruja» y un mozo se empujaban y, finalmente, se agarraban a las trompadas.

Al parecer el «ciruja» estaba sobre informado o mal informado: creyó que la iniciativa del café pendiente funcionaba. La crónica policial dice que el indigente agredió físicamente al empleado luego de que éste se negara a servir un desayuno y los guardias de seguridad se acercaron a separarlos hasta que efectivos de la policía trasladaron al hombre hambriento a la alcaidía.

Quizá el único pecado del hombre haya sido apostar a la iniciativa “Café pendiente”, de la que se habló mucho, pero se implementó poco. Según esta iniciativa, “Bares, confiterías y restaurantes contarán con la posibilidad de que sus clientes paguen anticipadamente un café, para que lo consuma alguien que lo necesite por «situación de pobreza o calle».

En su momento, se recalcó que la iniciativa que ya tuvo lugar en Italia, siempre con el objetivo de promover en los bares y cafés de la ciudad la acción solidaria que consiste en que los clientes tengan la posibilidad de pagar anticipadamente un café, para que lo consuma luego alguien que lo necesite por situación de pobreza y/o calle.

La resolución aprobada por el Concejo Deliberante fue elaborada por el concejal Tomás Salvador Rodríguez.