Gerardo Werthein, presidente del Comié Olímpico Argentino aseguró que Argentina necesita un Ministerio de Deportes. Cree que ya no alcanza con la Secretaría. El balance de Rio 2016.

La etiqueta de «satisfecho» es quedarse corto si se trata de describir el ánimo de Gerardo Werthein . El presidente del Comité Olímpico Argentino (COA) cerró los Juegos de Río 2016 convencido de que son el primer paso de un futuro aún mejor. Elogia, pero también critica. Y durante la entrevista pide dos cosas: un Ministerio de Deportes lo antes posible y centros de desarrollo deportivo en el interior del país. Y de paso, si es posible, dos sedes para el Cenard: mantener la actual en Núñez y sumarle una en Villa Soldati tras los Juegos Olímpicos de la juventud 2018.

-A diferencia de Londres 2012, esta vez se completó un ciclo olímpico completo con el Enard funcionando a pleno. ¿Cuál es el balance?
-Fueron cuatro años de un proyecto que se pensó, se diseñó y se ejecutó. Los chicos tuvieron una preparación como nunca habían tenido y se sintieron de igual a igual con todos. Antes, si el fútbol no ganaba una medalla de oro, era muy dificil traer un oro a casa. Y en Río ganamos tres. Son medallas del deporte verdaderamente olímpico. Fruto del trabajo y la planificación, del gran apoyo que tuvieron. Son satisfacciones grandes. El caso de Del Potro es diferente, él es un profesional. Pero él tenía una carrera que pensaba que no iba a seguir y ahora gracias a los Juegos siente algo diferente. O Fernanda Russo, de 16 años, que estaba super triste porque dice que tiró mal. Es hija del Enard, ¡pasó por los Juegos de la juventud y mirá dónde llegó! Tiene como siete Juegos más por delante.
-¿Y ahora qué?
-Disfrutar de los éxitos y aprender de los no éxitos, ver qué más tenemos que aprender y mejorar para estar en el nivel. Tenemos que sentarnos ahora con los protagonistas, jugadores, técnicos, preparadores físicos, capitanes y escuchar, ser autocríticos.
-A diferencia de Juegos anteriores ya casi no se escuchó el «no tengo apoyo» por parte de los deportistas.
-Hay algo muy importante en el deporte que es el tener permiso para ganar. Si vos tenés que luchar por un pasaje, por lo básico. Curuchet corrió con ruedas prestadas un Juego. Cuando vos quitás todas esas preocuaciones y además le podés dar un entrenador de primer nivel a un equipo, es como ese equipo empieza a sentir que puede ganar. Si uno tuviera que pensar en lo que sueña un atleta, en cómo quiere prepararse para unos Juegos, Argentina se los dio.
-¿Qué es lo que no funcionó?
-Sigo insistiendo en que tenemos que mejorar en la preparacion física y en las ciencias aplicadas al deporte. Se trata de la sintonía fina, que te ayuda enormemente. La biomecánica de tus movimientos, cómo hacer la puesta a punto con la nutrición en detalle. son aspectos finos pero que te pueden dar el último empujón hacia el éxito. Creo que tenemos que traer a los mejores entrenadores. Velasco es el ejemplo de un gran entrenador, Hernández me encanta también como trabaja. La otra noche cenaba con Bubka y le preguntaba por el saltador brasileño que ganó el oro. Me dijo que él estaba seguro de que iba a ganar, porque desde hace diez años entrena con el que lo hizo grande a él. El entrenador es la clave. Si no tenés el mejor que te guíe, no llegás.
-¿Hablaron de Chiaraviglio?
-No hablamos de él. Pero una vez me dijo Bubka, cuando Germán ganó el Mundial junior, que teníamos un prospecto, de los mejores que hubiera visto. Después Germán tuvo lesiones y problemas, pero es un gran chico.
-Entonces, ¿cómo lograr que el deporte argentino dé un salto en Tokio 2020?
-Uno tiene que dejar de mirarse a sí mismo, tiene que aceptar que venga otro, te mire de fuera y te proponga cambios para llegar a la excelencia. Es un tema cultural en el que tenemos que trabajar.
-La natación y el atletismo, los dos deportes troncales de los Juegos, siguen siendo por diversas razones asignaturas pendientes.
-Estoy de acuerdo con eso. Son 42, 43 medallas del atletismo y otras tantas de la natación. En la Argentina no tenemos corredores, muy pocos, sólo algunos de distancias medias o largas. Tenemos que empezar a trabajar en cómo construir un grupo de corredores y quiénes son las personas que nos pueden ayudar a determinar el mejor proceso de selección. Siempre hemos tenido lanzadores o saltadores, pero hay mucho por hacer en atletismo, tenemos que desarrollarlo muy profesionalmente. Y en natación lo mismo. Tenemos un chico con condiciones extraordinarias como Federico Grabich, al que acá no se le dieron las cosas. Pude hablar con Federico, sé que no se le dio lo que esperaba, y le dije que cuando terminen los Juegos nos sentemos a pensar por qué, porque tiene las condiciones. De esto tenemos que aprender.
– Parte de su preparación la hizo en una pileta corta, no olímpica, con agua excesivamente caliente y compartida con clases de Acquagym. No son las condiciones ideales, ¿no?
-Esa es la parte anecdótica, pero en la parte obviamente técnica uno tiene que preguntarse qué hicimos en la preparación, la puesta a punto. Acá no hay días libres, es sólo elite. Bubka me decía que durante 12 o 14 años no tuvo días libres, dejó todo. La decisión de ser deportista de elite te obliga a ese esfuerzo. No es una obligación, es un compromiso con uno mismo. Hemos ido mejorando mucho en la Argentina, pero tenemos que seguir mejorado. Lo que logramos hoy tiene que ser la base para el próximo.
– ¿Qué no se pudo lograr en Río que se convierta en meta para Tokio?
-Venir con un buen seleccionado de fútbol, preparado y organizado. Eso me gustaría. Y tuvimos deportes con un crecimiento con el del remo en Guadalajara 2011 que después fue para atrás. O el taekwondo, que tuvimos un campeón olímpico hace cuatro años y ahora ningún representante. Es sentarse con las federaciones para ver qué hicimos mal y qué hay que cambiar.
-¿Cómo analiza lo del rugby?
-Yo me quejé en los Panamerianos de Toronto, pero acá el rugby dio todo lo que tenía. Podríamos haber ganado el partido con Inglaterra con el drop y estábamos en las medallas, pero no se dio. Y contra Australia hicimos un partido magistral. Yo me voy satisfecho porque sentí que los chicos dejaron todo lo que tenía. Fueron Los Pumas, fue un gran papel el del rugby.
-Ya logró años atrás la ley para financiar al Enard a través de la telefonía celular. ¿Qué le pide hoy al gobierno?
-Dos cosas centrales. Lo primero, que tengamos un Ministerio de Deportes. Porque el mundo determinó que el deporte es una prioridad, es la quinta o sexta economía del mundo. Así como tenemos Ministerios de Turismo, Salud y Eduación, el deporte es una herramienta de construcción social fenomenal, pero es importante tener un presupuesto propio y poder ejecutarlo, porque es la única manera de medirnos.
Imagino que lo habló ya con el presidente Macri. ¿Cómo lo toma?
-Yo creo que muy bien, él evaluará el momento, pero tenemos Juegos dentro de dos años. Todos los países han ido hacia ministerios de Deportes, es el gran momento para la Argentina de pensar en armar un Ministerio de Deportes. Lo único que queremos nosotros es ayudar a que sea exitoso.
-¿No alcanza con que el ministerio sea de Educación y Deportes?
-El Deporte es tan específico y requiere tanto foco. Trabajamos muy bien con (Esteban) Bullrich, es un hombre que apoya y que está interesado en el Deporte, pero yo creo que sería mucho mejor tener un Ministerio de Deportes autónomo, es lo que veo que están haciendo los países que tienen éxito. Lo segundo es armar una estructura para el interior del país, que es de dónde vienen el 93 por ciento de los deportistas. No podemos desarraigar a los deportistas. Buenos Aires puede ser el punto final, pero no el único. Vamos a presentar una propuesta en los próximos meses. Hay que ser eficaces e ir viendo. Donde ya hay una infraestructura, subirse a ella y complementar con lo que falta y hacerlo bien federal.
-¿Qué balance hace de Río 2016 en lo organizativo y como primeros Juegos en Sudamérica?
-Tengo muchas ganas de hablar de eso, pero preferí esperar a que terminasen y a que nuestra delegación esté en Buenos Aires. Lo que sí puedo decir es que fue un gran aprendizaje. Nosotros, que tenemos Juegos dentro de dos años, aprendimos mucho acá.

Fuente: La Nación