Más de 10 mil personas marcharon en Mendoza para exigir Ni Una Menos por los recientes femicidios ocurridos en esa provincia. La respuesta del Estado fue reprimir a los presentes con la policía y efectivos de Gendarmería Nacional.

Nuevamente como el 3 de junio iniciático aquel de 2014, “Vivas nos queremos”, la convocatoria fue espontánea y se disparó como reguero de pólvora por las redes sociales, a la seguidilla de asesinatos de tres mujeres de manos de femicidas, en tan sólo tres días dentro del Gran Mendoza. Sus cuerpos fueron hallados como suele caracterizar a estos casos: muertas en basurales, en la montaña, tapadas con cal para borrar las huellas de los agresores, desdibujadas, maniatadas, simbólicamente y objetivamente torturadas para ejemplificar y que TODAS las demás mujeres aprendan: “la que se separa y busca autonomía termina así”, “ la que se rebela las va a pagar”. Y aparecen ya sin vida despedazadas, o nunca aparecen, como es el caso de Marita Verón de Tucumán.

 

Janet, Julieta y Ayelén: tres mujeres menos en Mendoza

Una mujer muere en Argentina cada 30 horas de manos de su pareja, o es asesinada por alguien con quien tuvo un vínculo personal en el pasado, o la mata su padre o un hermano. Mendoza ocupa el peor de los rankings el segundo puesto, luego de la provincia de Buenos Aires, esto se sabe gracias a la única fuente de estadísticas que se posee al respecto: son las que elabora la ONG Casa del Encuentro que desde la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) registra los  femicidios de todas las provincias de nuestro país. De allí surge la actual responsable del área nacional de la Mujer, Fabiana Túñez, una de sus mentoras.

Tuvimos el peor y más triste de los récords, en estos días: dos mujeres asesinadas en 24 horas y, como si fuera poco, al tercer día una tercera. Janet Zapata (29), Julieta González (21) y Ayelén Arroyo (19) fueron asesinadas, la primera de manos de sicarios enviados por su ex pareja, quien ya se encuentra aprehendido, tiene un niño de cinco años que la sobrevive.

Por el reciente asesinato de Julieta, cuyo cuerpo apareció en la destilería de petróleo en el piedemonte con horas de diferencia, todavía no hay detenidos. Mientras tanto Ayelén fue ultimada por su propio padre, quien abusaba sexualmente de ella, y quien además es padre de un niño que nació fruto de las violaciones sucesivas. Se investiga si hubo complicidad de los hermanos de Arroyo en el caso, Ayelén fue degollada y sufrió cortes en su cuello, en una casa de barrio de la zona de Ugarteche del departamento de Luján de Cuyo donde vivía con su familia. Su padre fue aprehendido cuando intentaba fugarse luego del hecho y es el único detenido por la causa.

 

Represión como respuesta del Estado

Alrededor de las 21, cuando la marcha pasaba de 10 mil manifestantes, a unos cientos que se agrupaban frente a la Legislatura, el Gobierno decidió poner su impronta del terror. En Lugar de hacerse presente con alguna expresión tranquilizadora o buscando dar respuesta al micrófono donde espontáneamente hablaban actores diversos de la sociedad civil, mujeres, hombres, quienes no necesariamente mencionaban siquiera sus agrupaciones, Alfredo Cornejo envió las fuerzas de choque al lugar. Policías y efectivos de Gendarmería Nacional munidos con ametralladoras, palos y escudos, avanzaron desde calle Patricias Mendocinas hacia la esquina de la Peatonal Sarmiento, cual Comando Especial, arrojando gas pimienta contra las personas. Eran algunos pocos ciudadanos que permanecían frente a la puerta de la Legislatura y realizaban pintadas sobre el ingreso por peatonal a la casa legislativa: “asesinos” y “Estado cómplice”, pueden leerse esta mañana en esas puertas y paredes. Claramente reclamaban que algún representante del gobierno diera la cara y saliera, al menos, a decir algo frente a la problemática tan grave de inseguridad que vivimos en estos días en la provincia. Más tarde la funcionaria de turno del área Mujer, Silvina Anfuso, analizó sociológicamente el fenómeno, y prometió la construcción de diez refugios para mujeres maltratadas. Este año se cerró el único que existía en Mendoza.

Mendoza: lista negra

Otra vez pasó. La sociedad dijo Basta, otra vez. Nadie se quedó callado, sentado en su sillón, mirando la televisión o para otro lado. Nos enteramos, lo supimos todas las mendocinas y mendocinos, por los medios, claro: otra vez. Desde el miércoles 21 de septiembre faltaban dos mujeres; salieron a pasear y nunca regresaron. La peor de las palabras en relación con su destino: desaparecidas, el peor pronóstico, cumplido. Porque ya tenemos numerosos antecedentes que engrosan la negrísima lista dentro del territorio local: Johanna y Soledad, de la zona de Lavalle, tienen libre al principal acusado y responsable de su desaparición. Otro mensaje que destilan estos casos; la Justicia no alcanza a acompañar el dolor de sus pérdidas, lo que significa su secuestro, tortura, muerte… Los casos nunca se resuelven o demoran décadas, nunca se sabe qué pasó, nadie paga por sus vidas robadas.

 

*Periodista.Red PAR mendoza