A través de la opinión de 10 periodistas exploramos el apasionante campo del periodismo salteño. Límites, aciertos y desafíos del oficio en la voz de sus protagonistas. M.A

El lector encontrará una idea general sobre el mundo del periodismo local, desde la opinión de 10 apasionados periodistas: Natalia Nieto, Gerardo Rebak, Analia Machuca, Maximiliano Rodríguez, Lula González, Agustín Poma,  Nandy Vega, Gonzalo Teruel, Fernando Climent y Vanesa López.

Desde cómo era hacer periodismo en tiempos donde la noticia no se construía de igual manera que ahora, pasando por el vínculo con el poder político, el reparto de la pauta publicitaría y cuál es el rol de la prensa, son los principales aspectos tocados por los periodistas consultados por Cuarto Poder.

“Cuando comencé a principios de la década del 80, lógicamente no existían las redes sociales, uno no trabajaba con la velocidad actual, la inmediatez no era central, la redacción cerraba a las 22 hs y tenías que terminar, o al otro día seguías. Siempre, de igual modo, uno tuvo que tener la actitud para salir a buscar la noticia y elaborarla, no es que antes o ahora tenías todo solucionado. Tal vez ahora haya más partes y más prenseros, entonces, algunas veces te facilitan una entrevista o una consulta”, contó Gerardo Rebak, un veterano del oficio y conocedor como ninguno de los detalles legislativos.

Analía Machuca, también una experimentada en el oficio, por su parte, destacó: “Hay cambios profundos, motivados por la incorporación de nuevos recursos de comunicación. La tecnología está haciendo un aporte fundamental para facilitar la tarea, permitiendo el acceso a información en tiempo real e incluyendo a nuevos operadores a través de redes sociales. Quizás deba marcarse como un rasgo negativo cierto abandono de la tarea vertebral de los periodistas, que es el trabajo que exige la presentación de la información, cualquiera sea el canal que utilice. La precisión, la consulta a todas las fuentes posibles y el acopio de documentación”.

Rebak y Machuca compartieron que el chequeo de la información es una grave falencia en el quehacer cotidiano. “No puede ser considerado periodista aquel que saca una foto a un choque y lo sube a internet”, señaló Rebak y agregó: “uno tiene que conocer el fundamento de los hechos, además de responder las clásicas preguntas del oficio”. Mientras que Analía dijo: “tener elementos que permitan fundar una aseveración no pareciera ser hoy la principal preocupación”.

Además, la conductora de Hablemos de Política recordó que fue todo un hecho el surgimiento de los semanarios políticos durante la gestión de Roberto Romero. “Entre el 83 y el 87, fue un período en que irrumpieron los semanarios, rompiendo cierto monopolio en la prensa gráfica. Fue una demanda social por la sospecha que cubrió la labor informativa del diario El Tribuno, el principal de la Provincia, que era de su propiedad. Los tres períodos de gobierno de Juan Carlos Romero, debo destacar que no enmendó el error de no definir una política pública de comunicación, vetó la única ley de información pública sancionada de 1983 a la fecha y profundizó un modelo de relacionamiento con periodistas y medios inaugurado por los renovadores a principio de la década del 90: la distribución de pautas publicitarias con un criterio sujeto a la discrecionalidad del Ejecutivo”.

Acceso a la información y pauta

Sobre el acceso a la información Gerardo resaltó: “En algunas lados se creen que son dueños de la información y la misma es publica, tampoco se respetan los reglamentos, por ejemplo, en diputados no se puede participar de todas las comisiones; en cambio en el concejo se puede estar, sin embargo en el concejo yo no conozco los dictámenes de lo que se discute, en la cámara de diputados sí, hay que lograr que uno pueda tener acceso a  cosas que son fundamentales para aumentar el rigor en la labor periodística”.

Fernando Climent, hace años que ejerce la profesión y se ganó el reconocimiento de varios por ser uno de los más inquietos cronistas. “Hay un gran blindaje del gobierno, no existe libre acceso a la información y por lo tanto cuesta mucho tener pruebas para confirmar muchas sospechas sobre hechos de corrupción que uno tiene”, dijo.

Para Climent “la mayoría de medios son una gran agencia del gobierno” y resaltó la desigualdad que existe en la reparto de la torta publicitaria. “Hay medios que se llevan más de medio millón de pesos mensuales y el común denominador de estos medios es que reproducen los partes del gobierno”.

 “Los medios dependen de la pauta y eso condiciona, por un lado por presión del que dirige el medio o sino por autocensura ante la posibilidad de perder el trabajo”, consideró Natalia Nieto, una de las periodistas que sobresale por su rigurosidad. “Además de tener sueldos bajos, los propietarios de medios dependen en la mayor parte de sus ingresos de pautas oficiales; que en muchos casos condicionan a los periodistas que se desempeñan en dichos medios: ya sea porque los directores de medios marcan esa línea editorial o porque los propios trabajadores se autocensuran suponiendo que algunas entrevistas o revelaciones pueden afectar su fuente de trabajo”, agregó.

Por su parte, Gonzalo Teruel, un periodista dotado de una pulida pluma y que escribió largas páginas de este humilde semanario, dijo: “esperemos que en algún futuro próximo los periodistas dejen de conformarse con discrecionales dineros públicos y con brindis y copetines pagados por los gobiernos de turno una par de veces al año y exijan, entre otras cosas, una ley que garantice una útil y equitativa distribución de la pauta publicitaria oficial”.

La joven Vanesa López, conductora de “Vermut con Papas Fritas”, en ese sentido, señaló: “La pauta es una discusión que debemos darnos y dar hacia afuera. La sociedad debe saber de qué se trata. Los grandes empresarios de Salta y alcahuetes del Estado reciben más plata del pueblo y viven y crecen más que las productoras independientes. Eso es injusto. No hay un criterio. Tenemos que transparentar esos gastos y exigir que sean más equitativos. Basta de cajas negras para callar voces”.

Estado actual

“Como en casi todos los rubros, el periodismo está en momentos miserables, aunque siempre aparece la sangre joven que pone luz y esperanza”, destacó Maxi Rodriguez, autor de una de las investigaciones más sólidas sobre el asesinato de las francesas.

Además, consideró que “buena parte de la prensa durante el romerismo cumplió más o menos el mismo rol que jugo durante la década U. Cobrar pautas y firmar panegíricos al poder de turno. Oficialistas, aunque los gobiernos cambien”. Sin embargo, “Maxi” destacó que “hubo muchos trabajos periodísticos destacables e importantes, pero destacaría la publicación en soledad de Cuarto Poder sobre Banco Macro, cuando presentó documentación oficial que reveló su vínculo con el Banco República del mismo Raúl Moneta, con quien se volvieron a encontrar en la imprenta Ciccone”.

Natalia Nieto, asimismo, señaló que hay casos donde se enaltece el oficio: “Recuerdo el escándalo de Greenpeace, cuando revelaron que colocaron un collar satelital a un ternero y no un yaguareté, en un proyecto que manejaba un presupuesto de cien mil dólares, más el aporte de la empresa Pan American Energy. Hubo notas periodísticas también que develaron a través del programa televisivo Cara a Cara, las 86 observaciones legales y técnicas hechas por la Auditoría General de la Provincia sobre la Auditoría de Legalidad Financiera y de Gestión hecha en la sociedad del Estado Sede Mundial Siglo XXI. Con esto se logró el procesamiento de funcionarios romeristas.  Tambien el caso de La Cienaga. También se sumaron casos durante la gestión de Urtubey, como la causa abierta contra el exsecretario de Asuntos Municipales de la Provincia, Marcelo Cil, por posible enriquecimiento ilícito. O aquella oportunidad más reciente, en la que El Tribuno reveló el caso de saqueo salarial y explotación de empleados públicos en negocios manejados por Eduardo Cattáneo, el exfuncionario municipal que fue echado de la Vicegobernación a cargo de Miguel Isa”.

Para Agustín Poma “en el mundo de los medios están los pauteros, los que se quedan sin laburo y se inventan un programa para lucrar con la pauta, está el periodismo real, que es el periodismo de investigación pero es casi inexistente, es decir gente que busca información la relaciona, y las chequea cosa muy difícil a esta altura ya que internet provoca que los periodistas publiquen cualquier cosa”.

Si un atributo se puede destacar de su persona es el coraje para denunciar los vínculos del poder político con el narcotráfico; producto de sus publicaciones, en estos momentos está siendo perseguido por una demanda de Pablo Outes, quien inició acciones legales luego de que Poma sacará a luz una foto donde el actual funcionario municipal aparece en un expediente de Gendarmería Nacional reunido con el narcotraficante Delfín Castedo. “Ya pidió un embargo preventivo, que fue rechazado y recusó, está avanzando Outes, incluso pidió a la justicia que la municipalidad desgrabe una intervención que tuve en la TV, es muy grave lo que está haciendo”, dijo.

Agregó que el periodismo salteño tiene una muy baja calidad. “No hay investigación sino que domina el miremos así nomás por encima, ya no hay el estilo de periodismo que hacia Miguel Brizuela o mi viejo, tal vez el Tano Oieni sea lo último de esa escuela.

Lula Gonzalez trabajó en Salta pero desde hace varios años se encuentra en Buenos Aires desarrollando tareas periodísticas. “Noto que en Salta, como en todo el interior, el periodismo está condicionado por la pauta y al ser un lugar más chico la intimidación es directa”, dijo.

“Resulta difícil especializarse en géneros en Salta, si bien hay profesionales destacados, la precarización es muy grande y como pagan poco y no alcanza tenes que trabajar en otra cosa y así se hace mucho más difícil”, añadió Lula.

Teruel opinó que “en todo el mundo, la irrupción de nuevas tecnologías y formas de comunicación crean la sensación de prescindencia de los medios de difusión y sus trabajadores. El desafío de los periodistas es, entonces, ofrecer un servicio que supere esa falaz sensación. Para lograrlo, nada más revolucionario que lo tradicional: trabajar mucho y bien y ofrecer noticias e informaciones (ciertas, verificadas y contextualizadas) que sean útiles socialmente”.

Nandy Vega lleva adelante su labor en el Valle de Lerma y es cronista para Norte Visión en la cámara de Diputados, en dialogo con nuestro semanario, considero que en el interior “es muy difícil” ser periodista. “Socialmente no se los reconoce y menos aun económicamente; los grandes medios se quedan con el dinero y los periodistas pobres”, manifestó.

“En el interior hasta en pequeñas radios te silencian porque cuidan mucho la pauta. Los periodistas del interior viven el día a día, es una tarea heroica, me parece que hay un contacto diferente con la gente porque el periodista en un pueblo camina y camina”, comentó Nandy, quien fue una de las pocas que pudo realizar una consulta al presidente Macri en su última visita.