Un trabajo de la Cátedra libre “Género y Ciencias Sociales”, aborda el tratamiento mediático del XXIX Encuentro Nacional de Mujeres que se realizó en Salta. Cuando la violencia simbólica se presenta como materialización de la violencia invisible. (Andrea Sztychmasjter)

A partir de la realización del XXIX Encuentro Nacional de Mujeres (ENM) que se llevó a cabo en la ciudad de Salta durante los días 11, 12 y 13 de octubre de 2014, el trabajo analiza notas difundidas en los portales digitales de medios de comunicación locales, para ver cómo éstos han representado uno de los espacios más importantes de discusión femenina de todo el país.

La presencia de miles de mujeres en las calles de la ciudad, y sus cuerpos como materialización concreta de lucha han despertado múltiples opiniones en la sociedad salteña considerada como una de las más católicas y conservadoras de la Argentina. De hecho, la educación religiosa en las escuelas salteñas se imparte desde 1978, convirtiéndola así junto a Tucumán y Catamarca en las tres provincias del país en donde la normativa explicita su dictado.

La gran campaña en contra del Encuentro que grupos católicos llevaron a cabo denostando al evento,  las críticas a las numerosas pintadas de las participantes realizadas en la vía pública,  los cuerpos desnudos y pintados de las mujeres durante la marcha de cierre como forma de liberación y protesta, y cómo los medios abordaron y reflejaron estos dispositivos de lucha femenina. De aquí se observará la incidencia que tienen los medios masivos como formadores de opinión. Este trabajo toma los conceptos de “violencia simbólica” y “violencia mediática” contra las mujeres para analizar de qué manera estas violencias se hicieron presentes en los medios de comunicación al abordar el Encuentro Nacional de Mujeres en Salta.

Las mujeres en los medios

En nuestro país -en octubre de 2009- se sancionó la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, 26.522 que  insta en su artículo “M” a promover la igualdad en el tratamiento tanto a hombres como a mujeres, el tratamiento igualitario, plural y no estereotipado, además de evitar cualquier discriminación por género u orientación sexual en los medios.

Se puede decir que las notas publicadas sobre violencia contra las mujeres son analizadas en tres dimensiones: a) la estructura de la noticia: donde se identifica la ubicación, la extensión y el género periodístico de la pieza publicada; b) el contenido de la nota: donde se identifica el tema y subtema central, el énfasis que se le da, quiénes son los sujetos centrales y cuáles las fuentes utilizadas por el periodista/medio; y, por último c) el tratamiento de derechos humanos: en donde se registran las referencias a los derechos o a la normatividad (nacional/internacional) presentes en la nota publicada.

Con ello se intenta revelar, desde una visión crítica, la cobertura periodística que se da a los temas de violencia contra las mujeres en los medios. La comunicación con enfoque de género no significa escribir, informar o hablar simplemente sobre las mujeres, sino que supone añadir una nueva categoría de análisis de la realidad que atraviesa todo el proceso de construcción del discurso.

De acuerdo a esto nos preguntarnos ¿cómo fue la cobertura del ENM de los medios de comunicación salteños? ¿Tuvieron un enfoque de género al comunicar? ¿Utilizaron un lenguaje inclusivo?

Encuentros y medios

A medida que fue pasando el tiempo no han variado mucho las estrategias de ocultamiento y desinformación con la que operaron los diferentes medios en las provincias en las que se realizaban los Encuentros Nacionales. El tradicional rol impuesto a las mujeres de mujer madre-reproductora predomina en los medios a la hora de difundir un estereotipo de “mujer ideal” por sobre el de mujer organizada y politizada.

Esto se puede ver por ejemplo en el año 1991 durante la realización del VI ENM en Mar del Plata en el discurso de bienvenida se escuchó decir “Y esto sólo podrá ocurrir si ustedes mismas se encargan de difundir persona a persona y en los medios de sus lugares de procedencia. No esperen que los medios vayan a ustedes. Recuerden que somos mujeres y la mayoría de los trabajadores de prensa no lo son y no pueden comprender, muchos, esto de los encuentros. Convénzanlos para que les publiquen, golpeen puertas, oficinas, sindicatos, y den a conocer lo que vivieron aquí y las conclusiones de esta interacción, de este compartir la búsqueda de soluciones.”

Mientras que en 2005 en el taller de “Mujer y X Encuentro” en Jujuy sobre el balance en cuanto a los medios de comunicación las mujeres participantes mencionaron: “Debemos remarcar que a pesar de la magnitud de estos encuentros seguimos invisibilizadas frente a los medios de comunicación. Consideramos que esto no es casual sino que se debe a una decisión política de ocultamiento por parte de quienes están en el poder”.

Cuando por primera vez se hizo el XVII ENM en nuestra provincia en el año 2002, en las conclusiones de dicho encuentro se puso leer que tuvo más repercusión el TC [Carreras de Turismo Carretera], que el Encuentro de Mujeres, porque “los medios acá son del Gobernador”. En el ENM de 2014 en cambio, uno de los diarios de mayor tirada de provincia sí realizó cobertura mediática del evento. Aquí seleccionamos algunas de las notas.

Aquí se dijo

A propósito de las pintadas que se realizaron en las paredes de la ciudad durante el ENM, en una nota del diario El Tribuno (14-10-2014) se puede leer en su título “Un momento inapropiado para hacer pintadas”, luego la nota comienza reflejando algunas de las frases que las mujeres dejaron grabadas en las paredes de la ciudad: «Soy bien puta», «María tenía orgasmos», «Jesús no existe. María lo abortó» y «El Papa me hincha el papo», para luego citar la voz de dos hombres que criticaron dichas frases pintadas.

«Teníamos razón. Cuando comenzamos con la campaña nos acusaban de extremistas. Estos actos suceden en todos los encuentros», expresó Diego Amante, integrante de la organización «Cuidado Salta». (El Tribuno)

A días de que comience el Encuentro y bajo la frase “Piden que no marchen por el centro de la ciudad. Tildan a las mujeres de violentas” otra nota en el diario El Tribuno (02-10-2014) refleja que “un grupo de profesionales de la construcción rechazan que las mujeres realicen marchas por el casco histórico, ya que, señalan, lo dañarán”, y agrega: «Tenemos archivos de cuando hubo marchas en los congresos que realizaron estas mujeres en Tucumán, San Juan y otras provincias destruyeron monumentos históricos. Son mujeres violentas, le dijo a El Tribuno una de las profesionales”.

Es así como vemos que en la noticia se intenta presentar la peligrosidad que representa que mujeres juntas puedan ocupar espacios públicos. Los medios co-construyen y reflejan un nuevo estereotipo social: una mujer que para participar ‘en las grandes ligas’ debe adquirir los códigos masculinos vigentes. De la misma manera se puede observar como en una nota publicada en el portal Informate Salta (29/11/2013) se intenta cuestionar el comportamiento de las mujeres: ¿Así se van a comportar?”, se pregunta y señala: “Además de dar vueltas alrededor de la fogata, al mejor estilo de los indios de épocas remotas; lucen desnudas en su parte superior, lo que rememora a la época de las cavernas…”

En el portal digital de canal 9 (12/10/2014) también se observa cómo presentaron a las mujeres participantes del ENM de “Intolerantes e irracionales” y agrega “Hicieron pintadas con frases soeces e irreproducibles, provocando constantemente a la policía, con el propósito de generar un enfrentamiento que nunca fue contestado”.

Los medios antes analizados obviaron difundir el verdadero programa del ENM, los debates que se realizaron en los diferentes talleres, las actividades que las mujeres emprendieron durante los tres días que se realizó el mismo. Y por sobre todo obviaron difundir “la agenda feminista” mediante análisis históricos que nos permita entender el fenómeno de los Encuentros y lo que significa para el movimiento de mujeres en nuestro país. Lo que priorizaron los medios locales en cambio, fue difundir las críticas de sectores católicos y los “hechos vandálicos” que estas mujeres a su modo de ver realizaron.