Bernardo Cornejo Maltz, es un joven fotógrafo y estudiante de antropología, que acaba de lanzar su página web. Un sitio donde muestra fotos de Salta, Buenos Aires y Perú tomadas durante los últimos 3 años.

Por M.A.

La página incluye fotos que muestran la vida de los pastores en los Valles Calchaquíes, entre ellas algunos retratos de doña Eulogia Tapia -“la pomeña”. También, registros de sitios arqueológicos de la provincia y de Perú.

Además, se puede acceder a una vasta cantidad de imágenes sobre “El Tranquerazo” (2012), un ensayo fotoperiodístico sobre la lucha de los vecinos de Metán y El Galpón contra la contaminación del Rio Juramento, y “La Vuelta a los Valles Calchaquíes en Kayak”.

Los que visiten el sitio www.bernardocornejo.com encontraran un grueso de fotografías tomadas en las calles de Buenos Aires. Hay movilizaciones de masas pero también un ensayo fotográfico sobre la casa de Julio Cortazar, lugar donde Bernardo vivió en su infancia. “El hecho de estar durmiendo con una cámara en la habitación de Cortázar me permitió hacer una muestra en el 2015”, comentó a Cuarto Poder respecto a su relación con el escritor.

En esta entrevista, el fotógrafo de 26 años, nos comenta sobre su relación con la provincia, la capital del país y la política.

¿Qué lugar ocupa Salta en tus fotos?

Dos veces recorrí los Valles Calchaquíes. La segunda vez fue a pie, en el marco de un trabajo de antropología junto con Christian Vitry (arqueólogo), Diego Sberna (antropólogo), Luis Alberto Martos (antropólogo méxicano) y Mariano Cornejo (artista). Hemos abordado de forma multidisciplinaria distintas manifestaciones de arte rupestre y algunos sitios arqueológicos de la provincia. Estoy realizando una cobertura fotográfica de esas manifestaciones y la fotografía es parte a su vez de la metodología. Por ejemplo, el encuadre de las fotos nos fue mostrando como cambiamos a lo largo de la investigación nuestra lectura de los dibujos grabados en piedra, en un principio partimos del sentido común y tendíamos a ver las figuras aisladamente, las fotos eran de cada “motivo” dibujado; luego nos dimos cuenta que necesitamos tomas amplias donde podamos ver la relación de estos grabados con todo el afloramiento de rocas y con su vínculo los distintos puntos del paisaje, es decir fuimos ajustando el trabajo de fotos a la idea de no pueden verse como motivos recortados, sino que son enunciados en diálogo entre sí y con un paisaje culturalmente construido. Esta idea fue de Mariano Cornejo con el concepto ‘campo plástico del petroglifo’ y la fuimos comprobando.

También, con motivo de colaboración al equipo de arqueólogos de Qhapaq Ñan – UNESCO participe en una expedición científica al Volcán Llullaillaco (6739m) y este verano pude registrar distintos sitios incaicos y pre incaicos en Perú.

Al mirar tus trabajos se puede ver que pasas del retrato de una pastora, a manifestaciones de masas  y de ahí a un sitio milenario ¿Cómo definís ese tránsito?  

La fotografía es un gran aliado a la hora de enhebrar estas cuestiones complejas, al parecer aisladas. Creo encontrar un motivo y un hilo temático en todos estos trabajos que pueden parecer dispersos. Obviamente, primero está el gusto de viajar con la cámara, pero además cierta atención por la propia diversidad humana, entendida en este caso como la capacidad de producir la vida en sociedad sobre distintas bases.

¿Qué dimensión política encontrás en la fotografía?

Creo que todo comportamiento se reconoce como político cuando vemos el lugar que ocupa en las relaciones sociales. Como fotógrafo soy trabajador, mejor dicho, como trabajador me dedico a la fotografía. Creo que organizarse junto al resto de los trabajadores es lo mejor que podemos hacer políticamente por la fotografía. El ensañamiento contra los fotógrafos y periodistas por parte de los distintos gobiernos, las distintas formas de censura y la flexibilización laboral ponen en jaque la fotografía. Terminamos produciendo el contenido que las empresas necesitan para vender sus mercancías y lo hacemos por dos pesos. La fotografía tiene un gran potencial transformador, contra la censura y el ocultamiento.

Yo participo en el Ojo Obrero Fotografía, una agrupación donde los fotógrafos se organizan por sus reivindicaciones junto a la clase trabajadora. Hemos impulsado el Anuario Fotográfico de los Trabajadores, una obra colectiva en donde buscamos mostrar los hechos políticos y sociales más significativos del año, registrando la vida cotidiana y las luchas del pueblo trabajador por trabajo, vivienda, derechos humanos y otros temas.