Las PASO resultaron fáciles para Santiago Godoy. Con 23.000 votos se impuso a los cinco precandidatos del justicialismo que juntos cosecharon poco más de 16.000 voluntades que de trasladarse al presidente de la Cámara de Diputados en octubre, supondrá el triunfo del PJ tras muchos años. (D.A.)

Los nubarrones que sobrevolaron sobre la cabeza del presidente de la Cámara de Diputados en la primera mitad del año empezaron a disiparse a fines de abril y ayer el cielo se le presentó despejado y sin una nube que lo manche. Lo primero se remonta a los momentos en que el Grand Bourg anunciaba una gran interna oficialista en donde se pretendía licuar la figura del propio Godoy. El cambio de escenario ocurrió cuando enfrentándose al propio gobernador por la selección de jueces forzó un empate que dejó en claro que daría batalla contra el propio Grand Bourg si es que éste insistía en un mecanismo en donde el PJ se convertiría en blanco de maniobras por parte de un urtubeicismo no justicialista que suele asociar peronismo con lo viejo.

Dos semanas después de aquel conflicto, trascendió que Urtubey y Godoy se reunieron en finca Las Costas donde el primero informó al segundo que la interna estaba archivada. Si esa reunión efectivamente existió es algo que no sabemos; lo indudable, en cambio, es que las internas devinieron en un susurro lejano y que Godoy se entregó a la tarea de acondicionar el terreno para imponerse en el interior de su propio partido.

Fue entonces cuando las torpezas de terceros le allanaron aún más el camino: empecinados contra su figura, los candidatos peronistas que se enfrentarían a Godoy -Frida Fonseca y Gastón Galíndez- denunciaron que se les quiso imponer la candidatura de Roberto Dib Ashur a la lista propia.

La maniobra era evidente: combinar el armado territorial de los actuales concejales con el apoyo económico del Grand Bourg con el objetivo de que Dib Ashur le diera pelea al propio Godoy. El resultado fue el opuesto: los ediles dieron el portazo y migraron al partido de Gustavo Sáenz; Roberto Dib Ashur recibió el cobijo del partido Frente Salteño con nulo peso territorial.

Godoy avanzó entonces tranquilamente y cuidándose de no tropezar con los vidrios rotos ocasionados por los movimientos torpes de un anti godoicismo que finalmente admitió que éste posee un conocimiento especial sobre el funcionamiento de la “cosa” política.

Ese proceso se tradujo en números en las PASO que siempre son una encuesta perfecta: el 58% de los electores peronistas optó por el presidente de la Cámara de Diputados quien cosechó 22.500 votos de un total de  281.412 votantes capitalinos. La cifra supone un 8% de los votos en el conjunto del distrito: una distancia cómoda con respecto a quienes en un principio debían ser sus rivales internos: Frida Fonseca (1,85%) y Eduardo Dib Ashur (3,86%). Atrás también quedaron los otros que siendo parte del frente “U” aspiraban a destronarlo: Carlos Morello (4,40%) y Susana Pontussi (2,42%).

Lo que se viene

Con esos números el experimentado dirigente tiene una banca asegurada en octubre próximo. El dato curioso es que sólo con los votos de ayer superaría a quien siempre fue un rival directo: Claudio del Plá, el referente del trotskismo que ayer sólo alcanzó 13.530 sufragios que representan el 5,33% de los sufragios que no le alcanzarían ni siquiera para renovar su banca.

La que sí aparece ahora como su competidora directa en octubre es Bettina Romero, que con 27.100 votos que suponen el 10,66% del electorado se impuso en términos individuales al presidente de la Cámara de Diputados quien, sin embargo, si trabaja para que el resto de los candidatos del PJ trabajen en su candidatura cuenta con los números suficientes para llevar al PJ a una victoria que hace rato no logra en la capital provincial. Un poco más atrás y acechante, aparece Mario Moreno quien con 19.100 electores araño el 8% de los votos.

Santiago Godoy, en definitiva, hará un enorme despliegue para estirar sus cifras de ayer. No es poca cosa para alguien que durante el año 2017 fue blanco de fuego enemigo y amigo que no pudieron quebrarlo en su moral y que ahora está en condiciones de presumir al menos tres cosas: de imponerse a funcionarios que se declaran justicialistas pero ocupan sillas ergonómicas y sueñan con el personal trainner; devolverle centralidad electoral a un partido que perdió protagonismo en la última década; y asegurar que esa situación es hija de iniciativas legislativas que se corresponden con los anhelos y las necesidades de sectores postergados de la provincia: las mujeres, los pacientes que requieren el uso medicinal del cannabis, los sordomudos o los pueblos originarios de la provincia.