Las derrotas del massismo en las PASO de Salta, Santa Fe y Mendoza, muchos massitas proponen una gran interna opositora o que Massa busque la gobernación de Buenos Aires ante la fuerza del kirchnerismo. Sergio Massa piensa lo contrario y para defender su posición realizó una interpretación de los resultados salteños.

La nota fue publicada en el diario La Nación y lleva la firma del periodista Marcelo Verenanda. Allí se recupera el testimonio de los operadores massistas que aseguran que lo que quedó en claro con las tres primeras PASO fue que “el kirchnerismo está mucho mejor parado que lo que todos calculaban». Esa primera lectura coincidió también con una conclusión «casi» unánime: la necesidad de que el tigrense, el jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, y el panradicalismo acuerden una gran interna opositora de la que surja un solo candidato presidencial para enfrentar al Gobierno.

Las dos voces discordantes fueron la del propio Massa que enfatizo que esa lectura es de quienes “interpretan las elecciones provinciales como parte de la carrera nacional” a lo que agregó una interpretación que involucra a la realidad política salteña: «Sucedió lo mismo con el final del menemismo: lo que vemos es al peronismo defendiendo sus gobernaciones. En Salta gana [Juan Manuel] Urtubey, no Cristina Kirchner ni [Daniel] Scioli. Hay que estar tranquilos y dejar de correr detrás de la pelota. Lo importante ahora es armar los equipos de gobierno y definir las listas de diputados y senadores. La realidad se va a ver en junio, cuando se presenten los frentes partidarios», completó.

La otra voz discordante vino de uno de los intendentes del FR. «Es hora de que Massa piense en la provincia de Buenos Aires», disparó Jesús Cariglino, jefe comunal de Malvinas Argentinas, en alusión a la posibilidad de que Massa se convierta en candidato a gobernador bonaerense, en acuerdo con PRO. Esa posibilidad es descartada por Massa, pero preocupa a sus principales aliados. Temen que detrás de la frase de Cariglino aparezcan las voces de otros intendentes bonaerenses, que hoy se juntarán en Mercedes para discutir el escenario tras las elecciones en Salta, Mendoza y Santa Fe.

«Se equivocan los que creen que Macri tiene más chances si se baja Massa. Al revés, muchos votantes peronistas podrían preferir a Scioli», corrigen los massistas más experimentados, que, contra lo que opina Massa, ven la necesidad de grandes PASO opositoras. «Es lo que muestra Mendoza, donde se ganó con todos adentro. Si el FR paraba candidatos, quizás [Alfredo] Cornejo no sacaba 4 puntos de ventaja sobre el peronismo», analizaban, para interrogarse: «Aparte, si Macri nos saca tanta ventaja, ¿por qué no se anima a una interna?». Massa volvió a diferenciarse de esas conclusiones: dijo que Cornejo doblará en votos al peronismo en las elecciones generales.

En Santa Fe, en cambio, creen que el socialismo dará vuelta la elección. Se basan, en parte, en la gran diferencia que la lista de diputados encabezada por el gobernador socialista Antonio Bonfatti sacó sobre el resto, triplicando incluso los votos de Pro. «La gente votó a [Miguel] Del Sel para gobernador y a Bonfatti para diputado porque los conocía. Si el socialismo logra apuntalar a su candidato a gobernador, va a mantener la provincia», analizó un operador massista. Otro sugirió que el 7% de votos que obtuvieron los candidatos santafecinos del FR podría ser una buena herramienta de negociación. Con el socialismo o con Pro.

Lo que intentaron todas las fuentes consultadas fue desdramatizar la situación de Massa, que este domingo deberá ver otra vez a Macri levantando el brazo a un ganador, en la Capital Federal. Esperan que sea la senadora Gabriela Michetti. Massa tiene pensado viajar a Neuquén, para acompañar la elección del Movimiento Popular Neuquino y meterse en la foto de la mano de su aliado, el senador Guillermo Pereyra.

«Falta que Sergio vea qué quieren los intendentes bonaerenses: ellos ven que el kirchnerismo tiene 35% en la provincia y la puede ganar. Pero ese problema es también para Macri, porque sin Buenos Aires no llega a la Presidencia. Y también para el kirchnerismo: si Sergio arregla con Macri se les complica a ellos. Nos quieren bajar y nos convierten en fundamentales», analizaba ayer con ironía un operador cuyas palabras cerraron el artículo.