Marita Ruiz, la joven de 24 años de El Quebrachal, está desaparecida desde el 26 de agosto. Una amiga aseguró que viajó a Córdoba, donde se encontró con una persona no identificada. Sus familiares creen que fue cooptada por una red de trata. «No nos vamos a quedar de brazos cruzados para que el tiempo cajonee otra historia», dijeron.

La joven desaparecida viajó a Córdoba, según el testimonio de una de sus amigas. La familia pidió que se revisen los videos de seguridad de la Terminal de esa ciudad para intentar observar con quién se encontró Marita al bajar del ómnibus que la depositó allí.

 Según informó el diario El Tribuno, María del Milagro Ruiz viajó desde El Quebrachal a Salta el 26 de agosto por la Veloz del Norte y llegó a esta capital a las 18, según consta en la denuncia formalizada por los familiares en la División Trata de Personas. Ya en Salta, se encontró con el padre de su hija de cinco años, Arnaldo Farías, a quien dejó en guarda por espacio de tres días a la niña.

Según los familiares de Marita Ruiz, la joven le había explicado al padre de la niña que viajaba a Córdoba por razones de salud. Poco después de despedirse de su niña, Marita estuvo con su amiga Sofía Saravia en su departamento.

Los familiares aseguran que conversaron con Saravia y que ésta les expresó que no sabía la razón exacta del viaje de Marita a Córdoba, pero deslizó que realizó una sospechosa conversación con una mujer de la provincia mediterránea y que ésta le dijo que no la iba a poder esperar en persona en la terminal de ómnibus y que en su lugar iba a estar un hombre de cincuenta años aproximadamente. Sofía Saravia confesó además que la mujer desde Córdoba le dijo a Marita que fuera con ella y que le mandaba en el acto el pasaje para que ambas llegaran juntas a la ciudad de Córdoba.

Saravia desistió de viajar y María del Milagro Ruiz emprendió sola el viaje en un ómnibus de la empresa Andesmar el mismo 26 a las 23, que hizo trasbordo en General Güemes.

La amiga dijo que al no tener noticias de Marita intentó comunicarse a través de las redes sociales y finalmente con el silencio aterrador y un mal presagio se animó a confesarle a la familia Ruiz que joven ahora desaparecida no se hallaba en Salta sino en Córdoba.

Poco antes de esta confesión, la madre de Marita había recibido la mañana del sábado 30 una llamada que creyó se hacía de Salta. Sin embargo fue realizada desde el celular de Marita desde algún lugar de Córdoba capital. En esa llamada Marita le expresó a su madre que se quedase tranquila que ya regresaba de Salta en la mañana del domingo.

Lo llamativo, dijeron sus hermanos, es que pidió que le dieran el teléfono a su hijo varón de sólo tres años, de quien se despidió de manera entrañable.