Macri se resigna a paridad con CFK y apunta a Massa. El presidente cerró la campaña en la provincia de Buenos Aires. La estrategia se renovará el próximo domingo.

Mauricio Macri se despidió ayer de la campaña en la provincia de Buenos Aires en Azul junto a María Eugenia Vidal y el intendente, Hernán Bertellys, un ex Frente para la Victoria que se pasó a Cambiemos. La puesta en escena para despedir al Presidente del principal distrito electoral del país antes de las PASO del domingo no fue casual: la Casa Rosada optó por una localidad del interior del país donde el voto agrícola-ganadero favorece al oficialismo y lejos de las turbulencias políticas del conurbano, bastión de Cristina de Kirchner.

En la Casa Rosada se respiró ayer por primera vez un «brote verde» de optimismo. Las encuestas reservadas que manejan en Jefatura de Gabinete supuestamente muestran a Cambiemos como la única fuerza en ascenso, con la candidata de Unidad Ciudadana y Sergio Massa sin poder perforar su techo. Más que el mano a mano entre «el equipo de María Eugenia (Vidal)» -así denominan a Esteban Bullrich, cabeza de boleta sin peso específico propio- y Cristina, en Gobierno esperan otro dato específico que se revelará recién consumado el escrutinio de las PASO. La información determinante para definir la estrategia de la segunda campaña, es decir a partir del lunes 14 referida a la legislativa de octubre, es qué diferencia habrá entre Cambiemos y 1País de Sergio Massa-Margarita Stolbizer.

«Si le sacamos más de 10 puntos de ventaja a Massa, quedamos bien parados para octubre. Si se nos acerca, el panorama sería más complicado», reveló ayer una fuente de Casa Rosada. Al massismo anoche lo ubicaban por abajo de los 20 puntos de intención de voto, mientras que Cristina apenas superaba los 30 y Bullrich-Gladys González trepaban a casi 27 por ciento. Más que un triunfo contundente sobre la expresidente, complicado de acuerdo con proyecciones propias, el Poder Ejecutivo Nacional aspira a despegarse de Massa para traccionar el «voto útil» de octubre en el mercado electoral antikirchnerista.

El «brote verde» de optimismo bonaerense lo atribuyen en la sede Poder Ejecutivo Nacional al cambio de estrategia electoral sobre la recta final de campaña: sacar a Macri de la escena bonaerense, en especial del conurbano, y encapsularlo en las provincias del interior del país. Por eso ayer se despidió de Buenos Aires y mañana encabezará el cierre en Córdoba junto a Héctor «Coneja» Baldassi. Ese volantazo de campaña tiene un lado B. Vidal queda sola a cargo del resultado en la provincia y como única figura capaz de trasladarle votos a Esteban Bullrich. El exministro de Educación es un caso aparte. Impuesto por la Casa Rosada, su candidatura trajo más ruidos internos en Cambiemos que Fernando Vallejos en Unidad Ciudadana. Pésimo declarante en medios y sin carisma propio, Bullrich festejó ayer que «cada día hay un pibe más que está preso».

El objetivo entonces a partir del próximo lunes, más allá de un exiguo triunfo de UC o de Cambiemos, serán los votos de Massa, los mismos que definieron la elección presidencial de 2015. Por eso se explica la obsesión proselitista de Casa Rosada en la primera sección electoral donde 1País concentra su potencial electoral. José Torello es senador suplente y virtyual jefe de campaña en Tigre. En San Fernando, Vidal ubicó a Alex Campbell, longa manu de Federico Salvai en el armado político bonaerense. Pero el oficialsimo también se enfoca en otros distritos del interior como San Andrés de Giles, segunda sección, donde el massismo también controla la intendencia. El primer candidato a concejal Eugenio Lacanette es la apuesta de la gobernadora para imponerse en el pueblo donde nación Héctor Cámpora y donde el kirchnerismo todavía maneja los organismos de control.

En su útimo acto en provincia de Buenos Aires, Macri se despidió con otro espaldarzao a Vidal: «Ahora a todos los machos de la provincia los está poniendo en vereda. Como no voy a estar incondicionalmente detrás de ella si amo lo que hace y cómo lo hace».

Antes había repasado los comienzos de la gobernadora, cuando se acercó a trabajar junto a él en el Club Boca Juniors.

«Cuando vino a Boca me di cuenta que era buena, porque los tipos de Boca son bravos y yo les dije: ‘Llevé esta pendeja que va a ocuparse del tema social’ y al mes los tenía a todos cagando, en fila india portándose bien», afirmó Macri. El Presidente señaló que en ese momento pensó: «Esta chica promete».

Fuente: Ámbito