Otra vez la tragedia sacude a la familia Calliera. Hace 40 años, el padre de Álvaro y José Calliera, Aldo, murió cuando el avión en el que viajaba con otros tres pasajeros cayó en una zona montañosa de Catamarca. Ayer, sus dos hijos, junto con el piloto Miguel Urtubey Formini y Javier Zagaglia, fallecieron cuando el bimotor Beechcraft Baron-58 en el que iban se estrelló. 

El Beechcraft Baron-58, matrícula N6926Z, había partido minutos antes de la 9 del Aeroclub Tucumán, ubicado en Horco Molle, Yerba Buena, 15 kilómetros al oeste de esta capital, y se dirigía a la localidad de Gobernador Garmendia, 89 kilómetros al noreste de San Miguel de Tucumán.

«Como el avión desapareció de los radares del aeropuerto a los pocos minutos del despegue, intervino la Empresa Argentina de Navegación Aérea (EANA), que activó un operativo de búsqueda y rescate, del que participaron dos helicópteros. Cerca del mediodía, una aeronave privada avistó los restos del avión en la ladera del cerro El Timbó, en inmediaciones de El Naranjo, en el departamento de Burruyacu. Minutos más tarde, un helicóptero de la gobernación confirmó que se trataba del avión que estaban buscando desde la mañana y que, por razones que se investigan, se había estrellado en la ladera de la montaña. A causa del fuerte impacto, el Beechcraft quedó prácticamente desintegrado y sus cuatro ocupantes murieron casi en el acto», es lo que informó el diario porteño La Nación.

El diario La Gaceta especificó que fue «Un grupo de personas de la zona logró llegar hasta el lugar donde se precipitó la aeronave y encontraron a los ocupantes de la misma sin vida. Jorge Salgado Nicolás Acosta junto a un grupo de quince personas fueron quienes encontraron el lugar siguiendo el rastro del humo y el sobrevuelo del helicóptero que estuvo afectado al operativo».

La Junta de Investigación de Accidentes de la Aviación Civil (Jiacc) fue notificada ayer del hecho y en las próximas horas deberá determinar cuáles fueron las causas. Según adelantó el subdirector de Emergencias de Tucumán, Juan Palavecino, las pericias preliminares demuestran que el avión, modelo 1984, se incendió luego del impacto.

Las víctimas 

Los hermanos Calliera eran dos reconocidos empresarios tucumanos, dedicados a los negocios agrícolas e integraban el Grupo El Azul-Aguas del Azul. Sus muertes causaron conmoción en el ámbito rural y también en el mundo del golf, deporte que practicaban. Ayer se dirigían a una finca de su propiedad en el departamento de Burruyacu.

No es la primera vez que la tragedia golpea a la familia Calliera. En noviembre de 1977, su padre falleció en un accidente aéreo similar al que ayer sufrieron sus hijos. Calliera padre viajaba con otras tres personas en un avión privado desde Tucumán hasta La Rioja, cuando la aeronave, un bimotor de seis plazas, se estrelló en una zona montañosa, en Catamarca. Todos murieron en el accidente.

El piloto Urtubey Formini era oriundo de Santiago del Estero. Vivía desde hacía años en San Miguel de Tucumán y trabajaba para la empresa agrícola Grupo El Azul. Anteayer había cumplido 30 años. Su padre, Miguel Ángel, es piloto de la Dirección de Aeronáutica de la provincia y quien comanda el avión de la gobernación.

Javier Zagaglia, el otro tripulante, también trabajaba para la empresa de la familia Calliera. Se dedicaba a la venta de insumos agrícolas y se había desempeñado hasta febrero pasado como ejecutivo de cuentas en la empresa Alpargatas. Al igual que los hermanos Calliera, Zagaglia competía en los circuitos locales de golf.