La Sala I del Tribunal de Impugnación rechazó el recurso de apelación presentado en la causa que se sigue al profesor de religión del Colegio Belgrano acusado de abuso sexual a niños que eran alumnos suyos. La justicia mantuvo la prisión preventiva argumentando que el exdocente podría fugarse.

La resolución de la Justicia fue informada en el día de ayer por el propio Poder Judicial. Allí se explicitó que los jueces consideraron “razonable mantener la prisión preventiva dictada en tanto no se advierte mérito para retrotraer el estado de convicción provisional que fundamentara el auto que la dispuso, surge la existencia de peligro procesal y no concurren ninguna de las causales objetiva que imponen revocarla”. Finalmente, indicaron que, en virtud de la gravedad del delito que se imputa, y “de conformidad a las calificaciones provisorias asignadas (artículo 119, segundo y cuarto párrafo inciso “b” del Código Penal y artículo 119, primer y último párrafo en función del cuarto párrafo, inciso “b” del Código Penal) la magnitud de la pena en expectativa excede con creces la posibilidad de aplicar el beneficio de la ejecución condicional (artículo 26 del Código Penal)”. “Así las cosas, le asiste la razón al juez de grado al valorar el monto de la pena como indicador del peligro de fuga”, concluyeron los jueces.

En el mes de octubre, habían prestado declaración por la causa distintos actores que motivaron que algunos sectores pusieran en duda la acusación que pesa sobre el exdocente. El medio Salta 21, por ejemplo, había recabado información de esas declaraciones y registró entre otras cosas las manifestaciones de la docente Anita del Milagro Flores que entre las sospechas de maniobras usadas por el profesor estaba el truco de la tiza mágica que algunos pueden interpretar como un recurso para que los niños metieran la mano en el bolsillo del profesor y de esta manera hacerse tocar o acariciar los genitales. La docente habría explicado que se trata de un recurso didáctico para atrapar la atención de los alumnos haciéndola desaparecer por un oído y hacerla aparecer por el lado del pelo o la nuca.

En el mismo mes había declarado la profesora de música, Silvia Portela, “quien acompañaba en una de las dos horas cátedra en que dictaba clase el Prof. Juan Carlos, ya que las planificaciones se realizaban en conjunto por trabajar las currículas de manera integrada, diciendo que en ningún momento este quedaba a solas con los niños. Es decir que el tiempo para hacer maldad se reduce a la mitad, pero también declaran las otras auxiliares y las docentes a cargo de las aulas su participación en las horas especiales, siendo mínimo el tiempo en que el prof. Juan Carlos quedaría solo con los chicos para poder maquinar las faltas que se le imputan”, reseñaba el medio ya citado.

También había declarado el Pediatra del nene supuestamente abusado y por quien comenzaron las denuncias, el Dr. Rubén Gurevech, que no habría absolutizado su diagnóstico con respecto al niño en cuestión y por lo tanto la inflamación en la zona íntima podría haber sido causada por cualquier otro motivo y no necesariamente por un manoseo de alguien que no sea el niño, como se afirmara cuando todo el caso se disparó.

Con menos presencia mediática que hace unos meses, el caso sigue su curso y por decisión de la Justicia con el imputado detenido.