Es todo parte de una campaña por enchastrar la gestión actual de gobierno. Hay gente que al parecer se dedica a tirar basura en la calle y soltar perros asesinos como método de desprestigio, ¿parece una locura? Pues no para la secretaria de Acción Social, Ivette Dousset.
Cuando la paranoia te alcanza se hace difícil escapar de ella, porque uno ve señales en todas partes, rastros, indicios de que algo es sospechoso, de que el otro siempre está en contra. Donde alguien ve un perro persiguiendo una bici, otro ve un método encubierto de desestabilización gubernamental. Donde uno ve un vecino sucio tirando basura, otro puede ver una peligrosa propaganda opositora, a pesar que sabemos que los “creativos” encargados de la propaganda electoral están a años luz de poder llegar a la publicidad no tradicional. A lo mucho tiran un par de slogans de campaña bastante poco creativos.
Pero esto es sólo una opinión que de seguro no es compartida por Dousset, quien encontró los indicios exactos para interpretar de otra manera la cantidad de perros sueltos por el centro capitalino: “Esos son pobres animales que no están acostumbrados a vivir en el clima del microcentro, que están siendo llevados ahí a sufrir, arriesgarse o a arriesgar a las personas, porque un perro asustado muerde. Los dejan ahí específicamente para decir que no hay gestión, que no hay control, que el centro está descuidado y que hay muchos animales sueltos. Esto es parte de una campaña absolutamente sucia” mencionó, y una vez embalada con el tema de la suciedad también comentó que mientras circulaba en su automóvil observó a algunos sujetos sospechosamente cochinos: “Estas personas a bordo de un auto tiran basura sobre las veredas donde el municipio no puede limpiar porque es un ámbito privado. Yo misma los he visto, específicamente el domingo, a las 5 de la tarde, en el trayecto que va desde mi barrio (Autódromo) hasta la Terminal. Tiraban bolsas de basura rotas, de manera que cuando arrojaban, se desparramaba toda. Y no lo he visto yo solamente, lo tiene que haber visto todos los automovilistas que íbamos circulando por allí”.
Y si uno pone en duda las declaraciones de la secretaria de Acción Social y considera que la suciedad de las calles y la cantidad de canes vagabundos pululando por el macro y micro centro son nada más que una circunstancia de la que el gobierno no se quiere hacer cargo porque no puede llevar adelante políticas efectivas en cuanto a lo que sanidad refiere, entonces ¿es uno un paranoico? O simplemente ya no hay forma de creerle a nadie.