El ex ministro duda de Cristina y aguarda definiciones claras. No descarta que la ex presidenta haga un doble juego y estire la definición sobre las PASO hasta el 24.

Para Florencio Randazzo todo está como estaba. O, mejor dicho, sólo tendrá certezas sobre cómo serán las elecciones en las que está decidido a competir recién mañana a las 9.30, cuando venza el plazo para inscribir alianzas.

«La carta no dice nada nuevo», analizaban anoche en el campamento del ex ministro. Aludían así al texto en el que Fernando Espinoza le transmitió a Randazzo que parte del Frente para la Victoria conformará una alianza electoral sin el PJ y que él «podrá presentarse» como candidato de ese partido en las próximas elecciones legislativas.

No descartaban, sin embargo, que a último minuto el kirchnerismo avance con el «doble frente», es decir, con la inscripción de un espacio que no incluya al PJ, tal como adelantó Espinoza en su carta, y de otro que sí lo haga. ¿Motivo? Ganar tiempo para seguir negociando con Randazzo, convencerlo de que desista de la interna y acepte la lista de unidad.

Ocurre que si mañana se anotaran dos frentes, el misterio sobre si finalmente habrá competencia entre el kirchnerismo y Randazzo se estiraría hasta el sábado 24, fecha límite para inscribir candidatos.

La especulación randazzista sobre el «doble frente» se explica por incredulidad. A nadie cerca de Randazzo le cierra del todo la posibilidad de que Cristina Kirchner le «regale» el PJ (el poder simbólico del sello y los espacios de publicidad en radio y televisión) a su ex ministro.

Creen además que jugar sin el PJ generará ruido y resistencia entre intendentes y candidatos que hoy están alineados con el kirchnerismo. «El sello pesa, no es cualquier cosa», sintetizaban anoche.

Pero hay algo más. A Randazzo quedarse sin competencia con el kirchnerismo en las PASO no le conviene. Enfrentar a Cristina, o al candidato que ella designe, en unas internas y hacer unas elecciones respetables, aun perdiendo por una diferencia importante, cree el ex ministro, es una forma de legitimarse como la contracara del cristinismo más duro, como el posible líder de la «renovación» peronista. Es una lectura más ligada a 2019 que a los resultados de agosto y de octubre.

Si el escenario quedara planteado como parecía hasta anoche -el kirchnerismo (con o sin Cristina) por un lado y Randazzo como candidato del PJ por otro-, el ex ministro buscaría compensar el déficit de la falta de PASO con un discurso contra su ex jefa.

«Si la cosa queda así, el Flaco [por Randazzo] queda como el que quiso competir y no lo dejaron. Los que no aceptan competir y son funcionales al Gobierno son ellos», razonaban anoche cerca del ex ministro.

La cuenta es simple. Si en agosto no hay internas en el PJ, las opciones peronistas en octubre serán tres en lugar de dos: el kirchnerismo, Randazzo y Sergio Massa. «En ese escenario, gana Macri, y ellos [por el kirchnerismo] van a ser los responsables», interpretaban.

Sin embargo, había ayer en el randazzismo algunas voces más optimistas para las que la movida del kirchnerismo deja a Randazzo «en el mejor de los mundos». «Hace 10 días nos pusieron en el centro de la cancha. Y ahora vamos a ir con la histórica lista 2 del PJ», se entusiasmó un operador.

El dato es que aun los más dispuestos a festejar pedían cautela. «Estamos hablando de Cristina y del peronismo. Nada va a ser definitivo hasta que los papeles estén presentados y los ganchos puestos», decían anoche. Hasta mañana a las 9.30 están abiertas todas las posibilidades.

Fuente: La Nación