«Siempre estuve en contra del 2×1 y cualquier herramienta a favor de la impunidad», dijo Mauricio Macri. El presidente tardó una semana en dar su opinión.

El presidente de la Nación, Mauricio Macri, rompió finalmente el silencio respecto del polémico fallo del 2×1 para un represor que fue ampliamente repudiado: «Siempre estuve en contra de la ley del 2×1», aseguró, en un acto en Malargüe (Mendoza) y destacó «la celeridad del Congreso de la Nación» al tratar los proyectos para frenarlo.

«Estoy en contra de cualquier herramienta a favor de la impunidad», dijo, en relación al 2×1, sin referirse puntualmente al caso del represor Luis Muiña, que fue el que desató el repudio de organismos de derechos humanos y amplios sectores de la sociedad. Y destacó «la independencia de los poderes».

Macri respondió, además, las críticas de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien emparentó el fallo de la Corte a una decisiónd el Gobierno. «Actúa con la deformación de haber gobernado de una manera, que era queriendo manejar todos los poderes», sentenció.

Y apuntó a su gestión: señaló a aquellos dirigentes que «han tenido roles protagónicos en los últimos años en el Congreso, en el Poder Ejecutivo, en los distintos gobiernos que precedieron» al de Cambiemos, y que «no hicieron nada cuando esta ley» que utilizó la Corte Suprema para beneficiar a un represor, «se aprobó liderada por (el exministro) Eugenio Zaffaroni».

Pero su respuesta fue no sólo a Cristina, sino también a las críticas de la oposición que vincularon al oficialismo al fallo de la Corte Suprema. Sucede que su silencio le había generado críticas desde distintos sectores. Estela de Carlotto, titular de Madres de Plaza de Mayo, y otros dirigentes de Derechos Humanos, habían enmarcado la decisión de la Corte Suprema a una presunta sintonía con el oficialismo.

Sin embargo, en las horas posteriores al fallo, diferentes ministros y aliados del Gobierno salieron a criticar sin pruritos la medida. «Es un error, como muchos lo hicieron como acción política y otros sin análisis, de mezclar la decisión de la Corte como una decisión política del Gobierno», cuestionó el secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj.

«Unánimemente cuestiona la aplicación del 2×1 en delitos de lesa humanidad, en esto tenemos un convencimiento inequívoco», agregó el funcionario.

El ministro de Justicia, Germán Garavano, calificó a la norma aplicada para aligerar condenas como “perversa” y fue tajante. «Un fallo del 2×1 en ningún escenario me parece bueno», sostuvo.

Marcos Peña, jefe de Gabinete, reforzó la postura del Gobierno: “Rechazamos el 2×1, y más que se aplique a delitos de lesa humanidad», dijo.

«Consideramos que el 2×1 es un símbolo de impunidad en general porque es un mecanismo que beneficia, o beneficiaba, a los delincuentes más complicados, más duros. Esto se agrava muchísimo con lo que tiene que ver con lesa humanidad», recalcó.

El rechazo del oficialismo, que también fue expresado en diputados por el interbloque en la voz del radical Mario Negri, se tradujo además en un proyecto que el senador Federico Pinedo presentó en la Cámara Alta, con el aval del ministerio de Justicia. Su objetivo: «Impedir que el 2×1 se aplique indiscriminadamente para los delitos cometidos antes del año 94», explicó el presidente provisional del Senado.

Además, Macri no se ahorró elogios para el tribunal que preside Ricardo Lorenzetti: «Yo estoy muy contento que tengamos una Corte Suprema independiente y prestigiosa, que decide las cosas de acuerdo al criterio jurídico que se presenta, no es claramente lo que piensa la ex presidente que cree que uno debería controlar la Corte y ordenarle lo que tiene que hacer», aseguró.

Hace una semana, la Corte Suprema de Justicia de la Nación declaró aplicable el cómputo del «2×1» en una condena por delitos de lesa humanidad. Se trata del caso de Luis Muiña, en el cual la decisión de la mayoría constituida por los ministros Highton, Rosenkrantz y Rosatti, declaró aplicable el artículo 7 de la ley 24.390 (conocida como 2 x 1), que estuvo vigente entre los años 1994 y 2001, hoy derogada, que reduce el cómputo de la prisión, porque se trata de la ley más benigna. Lorenzetti y Maqueda votaron en disidencia.

Fuente: Clarín