Precios Cuidados se eliminará, gradualmente, en 2018. El Gobierno y los empresarios creen que el programa debe terminar. En 2019 ya no existirá.

El Gobierno presentará mañana en sociedad el último acuerdo del programa Precios Cuidados antes de las elecciones, y el último del programa antes de su eliminación gradual durante 2018. Para 2019, el sistema sería historia, y reemplazado por un plan de ayuda social alimentario que se preparará en el Ministerio de Desarrollo Social de Carolina Stanley. Esto además de eventuales programas de devolución del IVA para beneficiarios de los planes sociales que se incluirían en la próxima reforma tributaria.

El plan Precios Cuidados, creado durante el kirchnerismo, tendrá entre septiembre y diciembre un incremento promedio de 2% e incluirá casi la misma cantidad y calidad de productos que la versión que termina mañana. Sin embargo, desde enero, y al ritmo de la disminución de la inflación que promete el Ministerio de Hacienda, se irán eliminando del listado de entre 450 y 500 productos de algunos rubros cuyo incremento de precios el próximo año no superaría la meta oficial y que, en consecuencia, no ameritarían su continuidad en el programa. Sería el caso de bebidas y productos frescos, que desde el próximo ejercicio tendrían libertad de comercialización en las góndolas de los supermercados. Esto siempre y cuando el macrismo logre que el alza general de precios para 2018 cumpla la meta de 15% máximo y que para 2019 el incremento del IPC no supere el 10%. Además que en los próximos dos años la economía crezca a un promedio anual de 3% y que sea realidad que los indicadores de pobreza disminuyan.

Tanto el Gobierno como los empresarios privados están de acuerdo con que Precios Cuidados debe terminar. Las empresas, en todos sus tamaños, lo consideran un problema que deben negociar cada cinco o seis meses y que tiene la impronta irreductible de los años en los que el kirchnerismo presionaba para su continuidad y profundización. Por el lado del Gobierno, se lo quiso eliminar desde el primer momento. Sin embargo, la presión social, la alarma por la aceleración inflacionaria del primer semestre de 2016 que provocó un alza de 39% acumulado el año pasado y cierto malhumor entre el macrismo y los empresarios supermercadistas y productores de alimentos y bebidas (a los que se los culpaba por la mala hora en los precios) hicieron que desde la Secretaría de Comercio de Miguel Braun se renegociara el acuerdo. Las únicas modificaciones con los tiempos de Augusto Costa fueron la cantidad y variedad de bienes (se eliminaron productos suntuarios) y, fundamentalmente, el tono policíaco en las negociaciones entre las partes. De hecho, la elaboración de los listados de productos se confeccionó entre los funcionarios y las empresas en particular y sin que el resto de las compañías supiera el listado de bienes y los precios, en lugar de la representación a través de cámaras como se ejecutaba durante el kirchnerismo.

Este pacto virtual entre el Gobierno y las empresas tiene así un compromiso mutuo. El Gobierno mantendrá hasta las elecciones el Precios Cuidados. Las compañías líderes continuarán interviniendo con productos reconocibles. El alza de los valores tendrá un promedio inferior al promedio inflacionario hasta fin de año (2% contra, mínimo, 5%). Los votantes irán a las elecciones del 22 de octubre con los bienes en las góndolas y sin irritables faltantes. Pero, desde diciembre, las negociaciones apuntarán al paulatino desmantelamiento del programa y su eliminación total para 2019. Para las elecciones del cuarto año del macrismo en el poder, lo que se discutirá serán planes sociales y no listados de precios, se prometen entre las partes.

Mientras tanto, mañana habría una nueva reunión en la Secretaría de Comercio, y las industrias proveedoras de alimentos, bebidas y los productos de higiene y tocador llegarían a un acuerdo para prorrogar el pacto que finaliza esta semana y que fue acordado (y en líneas generales cumplido) el 7 de mayo último. También interviene en las discusiones la Cámara de Supermercados (CAS), que reúne a las entidades regionales, cuyo vocero, Fernando Aguirre, se quejaba ayer que «cada vez hay menos empresas líderes intervinientes». Reconoce Aguirre que «si se hacen encuestas, la gente considera que el plan es una acción importante, pero las ventas son cada vez más escasas, porque hay pocos productos de las primeras marcas. Es como un fuego que se va apagando». El listado vigente, y que en líneas generales continuaría hasta diciembre, cuenta con 455 productos y rige en 2.250 súper e hipermercados de todo el país. En esa firma, el compromiso fue sostener un incremento de precios del 2,5%, con lo que hasta diciembre el programa incluiría un incremento menor que el 5%, cuando la inflación general no sería menor que el 21%. En las canastas que se incluirán hasta fin de año se mantendrán productos frescos ,como frutas, verduras, carne vacuna y tapas de tartas, mientras que se incorporarán nuevas opciones en aceites de girasol, lentejas, tampones, arroz, atún, fideos, nuevas presentaciones de mermeladas y fideos, entre otros.

Precios Cuidados había sido lanzado en enero de 2014 con la gestión de Axel Kicillof como ministro de Economía y Augusto Costa secretario de Comercio Interior. Incluía unos 194 productos; los que, un año después, se incrementaron hasta 460. El programa, que, en parte, ayudó a contener el alza de los precios hasta el final del kirchnerismo, tuvo un antecedente algo bizarro implementado por el exsecretario de Comercio Interior Guillermo Moreno. Se llamaba «Mirar para Cuidar»; comenzó en febrero de 2013; involucraba originalmente unos 500 productos, que con el tiempo se ampliaron, por orden del entonces todopoderoso funcionario, y llegaron, según la leyenda oficial de entonces, a unos 2.000 bienes, con controles de cumplimiento ejecutados por los propios militantes, a los que se les otorgó poder de policía.

Fuente: Ámbito