Aunque se haya empecinado en negar que estaba interesada en política desmintiendo lo publicado por Cuarto Poder, la periodista salteña y el economista nacional, siguen la misma táctica: dicen no estar en campaña, pero lo están. 

                                                                                                         Por Lola Mento

No es la única semejanza entre ambos, ya que con similares discursos buscan ser la prenda de unidad y “sin internas” (también sin demasiado esfuerzo). La periodista radial comenzó con ideas tímidas sobre posibles cargos a ocupar, hasta que quedó anclada en una diputación nacional. Y de allí no se mueve.

Desde el sector kirchnerista pretende -y así lo manifiesta-, ser candidata a diputada nacional en 1º término. En segundo lugar la periodista deja claramente establecido que no está dispuesta a dirimir en las PASO con otros candidatos; así que apunta a que ella será la prenda de unidad y consenso. Algo así como “o yo, o nada”.

Pero esto no es todo, sino que Poma ha decidido no participar de las reuniones políticas, más bien conocidas como “roscas”, donde se termina de cocinar la lista de los candidatos. Es por eso que ha derivado sus pretensiones en tres intermediarios: Jorge Villazón y su hijo Emiliano, además de Moisés Koss.

A los tres se los puede ver recorriendo intensamente cafés y hasta realizar viajes al interior, patrocinando e intentado la titánica tarea de llegar a acuerdos con las distintas ramas que apoyan a CFK, tales como el Movimiento Evita, los PJ, el Partido de la Victoria, la Cámpora, Patria Grande, entre otros, para que las pretensiones de  la periodista se materialicen y sea la candidata a diputada nacional del consenso.

Una tarea bastante difícil ya que no sólo entre estos sectores no se ponen de acuerdo; sino también porque Paula argumenta tener una altísima imagen de conocimiento (medida por una encuestadora familiar), y que ni falta le hace darse una vuelta por los barrios.