La falta de apego de los políticos a las leyes, se hace más evidente con la aproximación de los tiempos electorales. Es ahí cuando los políticos se esmeran en violentar la legislación sin sonrojarse a la vista de la ciudadanía.

                                                                                                          Por Lola Mento

Este es el caso del actual vicegobernador y precandidato Miguel Isa, quien ya lanzó todo su aparataje eleccionario propagandístico, sin disimulo. Reiteramos, “pese a que la ley no lo permite aún”, el dirigente y su tropa reparte su folletería por todos los puntos de la ciudad. Se puede ver al vice sonriente, bajo el título Miguel Isa 2019 y la consigna: “Transformación y Progreso”. Aunque no queda muy claro qué piensa “transformar” un candidato que se autoproclama como el sucesor del gobierno de Juan Manuel Urtubey.

Mención aparte, merece el automóvil que sirve de propaganda, y que transita con las letras y colores de su vieja campaña de amague a gobernador, y que sin desmerecer, más que la candidatura de Miguel, revela que la crisis llegó también a la política.

Otro que está lanzado a la campaña pre electoral, es Alfredo Olmedo, un confeso dirigente sin partido y sin plata, según un audio filtrado por su equipo de trabajo a los medios de comunicación. El sojero encontró albergue en el intendente Gustavo Sáenz quien para sacarlo del bochorno de no contar ni siquiera con estructura propia, anunció que ambos dirimirán la candidatura por el espacio que ahora los une, mediante encuestas.

Un despropósito ya que según explican, el ganador saldría de los resultados de una encuestadora contratada por Sáenz, otra contratada por Olmedo y una tercera “neutral” ¿¿¿???. El ensayo argumentado “para la gilada”, choca también con la duda de qué pasará con el vencido en la supuesta contienda, y si va a acatar ser el vice del otro. Nadie cree en el supuesto de que Sáenz aceptaría ser el vice de Olmedo, u Olmedo el vice de Sáenz, sólo por el designio de encuestadoras y sin contar con el voto popular.

Más allá del análisis, Olmedo hace ver por las calles de la ciudad un camión de considerables dimensiones ploteado en amarillo, con las leyendas consabidas de “probemos trabajando” o “servicio militar obligatorio”, aunque el candidato sin partido, se olvidó de sacar el slogan Olmedo Presidente, un sueño ya lejano e inalcanzable.

Son muchos más lo que debieran engrosar esta lista, pero para no aburrir, mencionamos  también a Javier David, quien no es menos en esta serie de violadores de vedas. El legislador nacional ya pinta las paredes de la ciudad bajo el slogan “Elegí diferente” con una fotografía en la que poco se lo identifica por el exceso de photoshop. A estas alturas cabe reflexionar: ¿Elegí diferente? ¿Diferente al romerismo? (doce años), diferente al urtubeicismo (doce años) diferente al macrismo (miembro del primer gabinete de Mauricio Macri en la ciudad de Buenos Aires). En tantos años de ser parte del conservadurismo. ¿Diferente a qué? Nos preguntamos…