El diminuto diputado nacional amarillo, no solo hace agua como legislador nacional, sino que poco a poco va desmantelando su emisora radial de profesionales periodísticos. Quizás por descuido, quizás a propósito.

                                                                                                   Por Lola Mento

Recientemente se dio a conocer el relevamiento sobre el uso de la palabra en el recinto de la Cámara de Diputados de la Nación durante 2018. El empresario radial de Cambiemos, Martín Grande, fue el legislador salteño que menos intervino en el Congreso, quizás porque habla tanto en su radio, que quizá cuando llega al Congreso ya no tiene nada para decir. O quizás sufre de pánico escénico, el cual hace que mientras en los micrófonos le sea fácil denostar a la gente con su dedo acusatorio, a la hora de poner la cara frente a frente, sus cuerdas vocales no respondan.

Lo cierto es que el emprendedor mediático —que es de los pocos que puede gozar de pauta nacional producto de la malas costumbres políticas que también practica la gente de Cambiemos— ha comenzado a descuidar lo poco de lo que podía alardear: su equipo periodístico.

Hay quienes manifiestan que la radio ya no tienen el componente periodístico que supo posicionarla entre las primeras en audiencia. Mientras Grande pueda usar su horario como una especie de tribuna política a su comodidad y sin nadie que lo abuchee o escrache, poco le importa del resto, que ha pasado a ser incumbencia de su socio político Dante Apaza, una suerte de insatisfecho crónico que va mutando su personalidad de empresario a funcionario, fotógrafo artístico y ahora, un entendido de los medios masivos de comunicación.

Es así como el poco entendimiento en la materia, ha hecho que Apaza vaya minando la radio de Martín Grande, en un intento de implementar una especie de programación light donde poco respeto se le dispensa a los verdaderos profesionales periodistas.

Por supuesto que la ignorancia en medios y prepotencia de Apaza no son las únicas razones de la continua emigración de periodistas valiosos de ese medio de comunicación.  De hecho en los últimos días hubo dos deserciones más. Es que al fin liberados de los condicionamientos a los que eran sometidos, todos coinciden en que buscaron mejores aires porque “el petiso” desde que es diputado nacional, está cada día más absolutista e insoportable que lo habitual. Y su socio, no se queda atrás.