Todos los funcionarios del Gobierno comunal de Gustavo Sáenz fueron agraciados con un aumento salarial instrumentado por decreto. Los empleados se quejan porque a ellos se les regatea mientras que a los cargos políticos se les otorgan jugosas remuneraciones. (Franco Hessling)

Al tiempo que sectores numerosos de trabajadores de diferentes rubros claman por una negociación paritaria justa, entre los que se encuentran los propios trabajadores municipales, los funcionarios del Ejecutivo comunal capitalino se beneficiaron recientemente con una readecuación de sus salarios que pone al sueldo más bajo de los puestos a dedo en 22 mil pesos de bolsillo. Tal emolumento se corresponde con las funciones de los directores de rango inferior. Los directores generales, por su parte, tienen un salario mensual neto de 26.500 pesos. Paralelamente, hay empleados de la comuna con salarios por debajo del Mínimo, Vital y Móvil (SMVM=$8.060).

El jefe comunal, Gustavo Ruberto Sáenz, de bolsillo cobraría prácticamente 60 mil pesos, mientras que los secretarios y el procurador general perciben el 95% de ese total que le corresponde al intendente. En tanto que los subsecretarios tienen una remuneración que alcanza el 90% de los haberes de Sáenz. Todos ellos, cuanto menos, cuadruplican el SMVM. Para que se parangone, repítase lo mencionado en el párrafo anterior: todavía hay empleados municipales que cobran salarios de medio tiempo menores a 8 mil pesos.

Estos nuevos guarismos, en todos los casos de más de 20 mil pesos, de los salarios de los funcionarios municipales fueron recientemente dispuestos por la gestión a través del hombre que maneja las finanzas desde tiempos de Miguel Ángel Isa, el secretario de Hacienda Pablo Gauffin. Mediante el decreto 240 de tal repartición, fechado el 31 de marzo último, sin tediosas negociaciones paritarias que tanto hastían a las patronales, los funcionarios de la comuna fueron agraciados con un aumento en sus haberes. El instrumento se aplica a partir del mes en curso, con lo cual impactará recién en los depósitos a realizarse a partir de mayo.

Muchos trabajadores del Municipio se estarán anoticiando en estos momentos sobre la fortuna de sus respectivos jefes políticos, desde los más inmediatos hasta los más encumbrados, esos que no tienen horarios y jamás deben justificar las ausencias. Casualmente, los mismos que suelen vivar al trabajo disciplinado como la única forma de sobreponerse al atraso y las crisis, y que critican con fervor el aumento de feriados y beneficios para los que sí cumplen horarios y deben justificar rigurosamente sus faltas. No es extraño que, ante semejante paradoja, el Ejecutivo municipal se haya ahorrado anuncios en la prensa al respecto de esta generosa suba.

Por omisión

A raya de incurrir en una provocación, Gauffin resolvió la modificación de las escalas salariales de los funcionarios luego de que el Gobierno de la ciudad introdujera un aumento salarial para los trabajadores de solamente 12% en dos pagos equitativos hasta mitad de año. Según afirman voces sindicales, el porcentaje se desprende del acuerdo entre el Gobierno de la Provincia y su administración central (por convenio, se toma como referencia para el caso municipal), aunque se hizo sin convocar a la totalidad de gremios que tienen representatividad y obviando discutir algunos puntos que hacen a las particularidades del ámbito capitalino, por ejemplo cómo se aplica el aumento en algunos ítems, de qué manera se cotiza la antigüedad o cuáles serán los próximos cuadros de cargos que se abrirán.

En la paritaria municipal, conforme a los dichos de representantes de otros gremios, los únicos que formaron parte de la negociación por estos otros puntos fueron la tradicional UTM (Unión de Trabajadores Municipales), encabezada por Pedro Serrudo -quien mantuvo un conflicto judicial con la actual conducción municipal el año pasado-, y ATM (Asociación de Trabajadores Municipales), titularizada por Víctor Sánchez. Serían los dos únicos sindicatos que acordaron el ingreso de afiliados suyos mediantes cuadros de cargos.

Para colmo

El contexto hasta aquí descripto se complementa con un atisbo de conflicto que hubo esta semana entre el Gobierno comunal y  la Atmps (Asociación de Trabajadores Municipales de la Provincia de Salta). La raíz del conflicto fue que el Ejecutivo empleó la estrategia del despido por goteo y en las últimas semanas había resuelto dejar cesantes a cuatro operarios de la Subsecretaría de Tránsito y Seguridad Vial.

Debido a ello, miembros de la Atmps, que está conducida por Walter Làvaque, amenazaron a principios de esta semana con llevar adelante una huelga de hambre. El ímpetu de lucha inicial se atemperó por intervención del diputado provincial, Jorge Guaymás, cercano al intendente Sàenz. Los muchachos de Atmps abortaron misión con la condición de ser recibidos por las autoridades municipales. Finalmente eso ocurrió el jueves a primera hora, cuando acordaron la reincorporación de los cuatro suspendidos aunque persistirá su condición de trabajadores precarizados.

Cuarto Poder se comunicó con empleados municipales afines al gremio en cuestión, quienes se mostraron complacidos con el compromiso del gobierno de Sáenz sobre devolver a sus funciones a los trabajadores cesanteados. De igual manera, recriminaron que no se convoquen a paritarias a todos los gremios y que la Municipalidad evite discutir abiertamente todos los puntos de los aumentos salariales, más allá de la correlación con el porcentaje que imponga la Provincia.