Paraná será sede durante este fin de semana de la reunión plenaria de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, articulación que desde hace 10 años exige a los gobiernos modifiquen la legislación restrictiva que criminaliza a las mujeres por decidir sobre sus cuerpos.

“Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar y aborto legal para no morir”. Con ese lema, la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, articulación política federal que reúne a feministas activistas y organizaciones alrededor de la demanda, se reúne este fin de semana en plenaria en la ciudad de Paraná, Entre Ríos, para debatir sobre las mejores estrategias de incidencia para que las mujeres dejen de morir y ser criminalizadas a través de una legislación que configura un Estado restrictivo para los Derechos Humanos.

De la reunión plenaria de la Campaña participarán alrededor de 100 activistas quienes, de forma horizontal, debatirán e intercambiarán experiencias y estrategias sobre cómo llevar adelante la lucha por el derecho al aborto, no solo en relación al poder legislativo nacional sino también a los provinciales en un paradigma gubernamental de ajuste económico y represión política.

 

Es que a fines del año pasado, en Entre Ríos, una avanzada antiderecho, a cargo del senador provincial Cesar Melchiori, pretendió hacer retroceder la legislación –y los derechos- en relación al protocolo de atención de abortos no punibles –legales-, aduciendo argumentos públicos tales como que “una persona dirá que fue violada por Pedro, se le hará un aborto más allá de que haya sido violada o no”, o que “por lo general a una chica de 13 años es muy difícil que la maten a palos para violarla”, o que “son muy pocos los casos en los que el embarazo es producto de una ‘violación violenta’. Si los violadores son familiares cercanos ´no es violación violenta´”.

 

De los debates del activismo y la coyuntura nacional

 

Para Karime Kandalaft, activista feminista e integrante de la Campaña en la ciudad de Paraná, Entre Ríos, “esta plenaria va a ser intensa, con largos debates”, enfocados “en la autonomía de nuestros cuerpos con capacidad de gestar” y “fuertemente sobre el derecho a decidir que cada una tiene sobre su cuerpo”. “Tenemos que ser las más combativas”, dice Karime, porque “difícilmente el proyecto llegue al Parlamento”. “A este gobierno de derecha no le importa nuestro reclamo y si nosotras no avanzamos con una pisada fuerte ponemos en riesgo los derechos conquistados”.

 

“Tenemos que acorralar al patriarcado para que no pueda avanzar sobre nuestros cuerpos nunca más”, sostiene Karime, quien esta semana y como si las y los antiderechos anticiparan la plenaria, fue violentada con pintadas que la agraviaban, “hay una derechización en el país y el mundo, un retroceso en cuanto a nuestros derechos que se está dando en lugares donde pensamos que todo estaba conquistado, y por eso, si el mundo está cambiando, nuestro rol como activistas también debería cambiar”. Afirma que “la Campaña es un movimiento de vanguardia que encabeza todas las luchas rompiendo límites, fronteras y despertando conciencias”, “no me imagino la lucha feminista de otra manera”.

 

La Campaña surgió en el Encuentro Nacional de Mujeres de Rosario de 2003 y constituye una estrategia federal y feminista destinada no sólo a adecuar las leyes a las prácticas sociales en búsqueda del reconocimiento de los derechos y las decisiones de las mujeres sino también a disputarle poder político al heteropatriarcado capitalista. Mujeres pobres y jóvenes siguen muriendo por causas evitables en toda Nuestra América y el aborto clandestino sigue siendo un negocio con muchas complicidades a pesar de la fuerza con la que se articula la demanda.

 

“El desafío alrededor del proyecto de la ley de aborto es aggiornarse y debatir sobre quien es protagonista político del derecho al aborto, ha habido avances en cuanto a la ley de identidad de género, se han reformulado toda una serie de conceptos, por ejemplo, la utilización del término ´personas con capacidad de gestar´ con el compromiso de dar el debate sobre quienes somos las que abortamos”, sostiene Karime. “Las personas que abortan ya no son solamente mujeres sino que las lesbianas y los trans también abortamos y estamos todas por el derecho a decidir”.

 

Para la activista, el proyecto de ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) de la Campaña, presentado en el Congreso sucesivamente desde 2007, tiene que estar “en la línea de fuego”, y afirma que el activismo tiene que “ser progresivo y revolucionario como siempre fue el movimiento feminista”.

 

Según sostiene, el proyecto de la Campaña es más que un texto legal, es una herramienta política que ha permitido a la sociedad hablar de aborto pero también de salud y educación sexual integral, reclamar y denunciar las faltas y fallas que puede llegar a tener el sistema sanitario hegemónico y patriarcal y hasta exigir el estado laico. “Debemos asumir el compromiso de superar nuestros logros y de acostumbrarnos a que cada escalón que subimos nos pone un poco más arriba, un poco más cerca de nuestro objetivo” y por eso, “tenemos que tomar el Parlamento con un documento que sea revolucionario”.

 

Diez años de Campaña, diez años de activismo e incidencia

 

“Nuestra ley siempre fue la punta de lanza para abrir otros espacios de diálogo, siempre fue una ley visionaria, progresiva, que reclamaba derechos y luchas que, si bien son históricas, hasta hace poco tiempo, eran un tema tabú”, sostiene la integrante de la Campaña, “hace 10 años ni hubiéramos pensado que se podía hablar (de aborto) en la universidad, un aula o nuestros propios trabajos”.

“La sociedad avanzó y el gobierno retrocede”, afirma, “en estos 10 años se ha instalado la decisión del aborto, con libertad podemos charlarlo a plena luz del día, sin necesidad de escondernos”, “el aborto lentamente está saliendo de la clandestinidad y se está configurando como un derecho”.

Las consecuencias de que los Estados criminalicen las acciones de las mujeres que no quieren ser madres, que no quieren adecuar sus conductas a las normas hegemónicas, redundan en la postergación del reconocimiento de los Derechos Humanos de las humanas. “Aunque nos escrachen o nos tiren con el protocolo anti piquetes tenemos que seguir con nuestro activismo, en el Parlamento y en las calles”, concluye Karime, “lo que siempre nos permitió avanzar como feministas es la ley de aborto”.

 

En Argentina más de 100 mujeres mueren anualmente por causas relacionadas a abortos inseguros. Desde hace más de 20 años, los abortos practicados en condiciones de riesgo son la primera causa de mortalidad materna y representan un tercio del total de esas muertes. Se realizan en nuestro país entre 486.000 y 522.000 abortos clandestinos al año. La mortalidad por esta causa se registra mayoritariamente en mujeres pobres y de escasos recursos.

Por Redacción Marcha/ Foto: Dagna Faidutti