Esta semana comenzó “El verde vuelve”, una iniciativa de docentes y alumnos de la UNSa para analizar y homenajear la poesía de Manuel Castilla. La profesora Raquel Guzmán habla sobre la iniciativa y analiza la obra del autor.

Raquel Guzmán es profesora en la Universidad Nacional de Salta. Además de dictar las materias Introducción a la Literatura y Prácticas Críticas a los alumnos de primer año de la Facultad de Humanidades, todos los años organiza cátedras libres en las que se analiza a distintos poetas. Este año le tocó el turno a Manuel J. Castilla. Ese seminario fue uno de los motivos por los que esta semana se inauguró “El verde vuelve. Diálogos entre la pinacoteca de la Universidad Nacional de Salta y la obra de Manuel J. Castilla”.

El jueves 18 de agosto se inauguró la muestra con la curaduría de la artista plástica María Laura Bucciantti. Permanecerá todo el mes en el Museo Histórico de la UNSa, en Buenos Aires 177. Allí también se realizarán distintas actividades.

Hoy a las 10 de la mañana se realizaron entrevistas a lectores de Castilla. A las 16 horas habrá una maratón de lectura de la obra y a las 19 se cerrará la jornada con un encuentro musical. El próximo sábado 27 se repetirán las actividades. Habrá un encuentro de lectores a las 10 de la mañana y una nueva maratón de lectura a las 16 horas. A las siete, habrá otro encuentro musical. Todo en torno a Castilla.

Para Guzmán, las actividades servirán para “volver a pensar” la poesía de Castilla, “que está siempre sobrevolando todo pero a veces es necesario profundizarla”. La aparición de las Obras Completas del autor también incentivaron la propuesta. “A raíz de la publicación que hizo la Secretaría de Cultura nos pareció propicio aprovechar tener toda la obra reunida. El sábado van a ser las entrevistas, que las van a hacer los estudiantes, a distintos lectores reconocidos de Castilla, como Hernán Sosa, Salvador Marinaro, Santiago Sylvester. Algunas van a ser grabadas en video y otras serán en vivo. La cuestión es repensar esta obra”, dice Guzmán en uno de los box de la Facultad de Humanidades.

“Castilla es vastamente conocido, pero cuando uno lee este libro se da cuenta cuánto hay que no ha circulado. Sería interesante compartir ésos textos con los estudiantes y otros docentes para poder hablar de  cómo se piensa la sociedad, la vida de las mujeres, en ese mundo. Creo que abre muchas posibilidades para ese trabajo específico en el ámbito docente y talleres literarios”, considera la profesora.

Para Guzmán, “el recorrido que se hace de la poesía de Castilla ha estado muy marcado por las primeras críticas que se hicieron, esta visión de la tierra, de la naturaleza, y se ha dejado de lado la poesía de crítica social que tiene Castilla. Eso ha sido menos visto. Y después otras aristas, como el latinoamericanismo”. “Todo lo que es el mundo del ingenio, el mundo del minero, de los obrajes, toda la parte de cómo está construida la sociedad en el noroeste argentino está presente ahí”, explica.

“Por otra parte, no nos tenemos que olvidar que la producción de Castilla abarca casi cuarenta años. Son cuarenta años de transformación de la historia argentina. Los cambios históricos, sociales, se van registrando y van transformando esa poesía. Me parece que todavía puede haber mucho mayor avance en torno a la lectura. Incluso a pensar ciertas condiciones actuales, sociales, culturales, en relación con toda la región andina”, agrega.

La docente también destaca “la figuración de los pueblos” que Castilla realizó en su poesía. Habla de caminos que se pierden y de detalles de la ciudad percibidos por un autor muy observador. Explica que en la obra poética de Castilla la asociación libre es muy fructífera. “El uso del verso libre, estos extensos poemas que son como ríos que avanzan con mucha intensidad y van asociando imágenes, metáforas distintas, sucesivas”, dice Guzmán, que califica a Castilla como un poeta que fue consciente de la poesía y de las posibilidades del lenguaje. Dice que en sus poemas “hay una exigencia en cuanto a trabajar la materia lingüística, trabajar todas esas posibilidades que da la sonoridad de las palabras. Tenía una potencia poética muy similar a la que tuvieron otros autores argentinos de la época”.

“Lo interesante de Castilla es que tiene afinidades con distintas vertientes de la poesía. Porque así como tiene poemas muy caudalosos, neobarrocos, tiene poemas breves, concisos, muy apretados. Sonetos, que son poemas breves con trabajo sobre las imágenes. Va atravesando distintas estéticas. Entonces por un lado uno puede pensar en Juan L. Ortíz y Armando Tejada Gómez. Por otro lado también puede pensar en otros poetas que tienen una veta más mesurada, más controlada. Esa pluralidad del universo poético de Castilla es muy interesante”, dice la docente, quien reconoce que la poesía es uno de los géneros menos visitados dentro de Humanidades.

“Trato todos los años de hacer un seminario de poesía para generar ese espacio”, dice, y rescata que, si bien no son muchos, “los estudiantes que se inclinan por las poesías hacen de eso un objeto de estudio permanente”. “Hay estudiantes en este momento que están con beca de investigación sobre poesía de mujeres en el noroeste, sobre poesía indígena actual, sobre poesía en relación con otras formas artísticas. Quienes se inclinan por ése ámbito van abriendo el juego para estudiar otras cuestiones”, dice.

Para la docente, lo interesante de la poesía está en aprender a escuchar el sonido de las palabras: “Mientras que la prosa sigue siempre el camino del sentido, la poesía sigue ese doble camino que es el sonido y el sentido. Va moviéndose entre esas dos dimensiones. Y a veces podemos tardar mucho tiempo, muchas lecturas, hasta poder construir una hipótesis del sentido para esa frase. En algunos poemas de Castilla uno no puede parafrasear y explicar. Queda ese efecto de convergencia entre un decir y un modo de decir”.

Tras estas jornadas de estudio y disfrute de la obra de Castilla, Guzmán considera que queda mucho trabajo por hacer. Cree que un ámbito que no está estudiado en demasía es el cancionero popular de Castilla. “Sería muy interesante que alguna vez se haga una edición crítica del cancionero. Había también unos estudios interesantes sobre la crítica periodística que publicó Castilla en La Gaceta de Tucumán. Me parece que eso es lo interesante de algunos autores que han tenido la posibilidad de transcurrir tanto tiempo y tantas transformaciones, que dejan un bagaje cultural polifacético, que abre muchas posibilidades de lectura. También hay trabajos entre la poesía de Castilla y la pintura. Se puede seguir avanzando. La dimensión visual, esa fuerza y esa intensidad del color, que fue lo que nos orientó al título de esta muestra, porque es la convergencia del color y la palabra. La fuerza del color de la imagen visual y a la vez el logro del lenguaje”, dice.

A la hora de detectar conexiones entre la poesía de Castilla y los poetas actuales, Guzmán considera que no es conveniente hacer comparaciones de obras que están cerradas con obras que están haciéndose. Con todo, cree que Carlos Maita “es un excelente lector de Castilla”. “En cuanto a los novísimos, pienso más que en autores, en ciertos poemas. Creo que sí aparece en algunas ocasiones este tipo de poemas de asociaciones libres, poemas extensos, muy enumerativos pero referidos a otras cuestiones, como el caos de viajar en el ómnibus (risas). Varían las temáticas, porque las circunstancias varían, pero muchas estrategias de construcción sí vuelven a aparecer”.