Ricardo Darín y Sebastián Borensztein hablaron de Kóblic, la historia de un piloto de la Armada que en 1977 se niega a participar en un “vuelo de la muerte”. “Nuestra ficción se nutre de todo un contexto real”, expresaron.

“¿Qué es lo que le pasa a este tipo? Forma parte de un cuerpo, de un grupo de personas que están subidos a una locura organizada y, de golpe, al borde de su retiro, de su jubilación, se ve empujado a hacer algo que seguramente conocía en teoría pero no en la práctica. Sabía lo que estaba ocurriendo y lo que estaban haciendo pero me gusta creer que no le había tocado todavía y que esto es lo que eligieron para él antes de su retiro, como para que no quede con los pies fuera del plato”, aseguró Ricardo Darín sobre su personaje en Kóblic, la película dirigida por Sebastián Borensztein que se estrena este jueves en nuestro país.

En una entrevista a Página 12, el actor y el director del film analizaron la trama y sus alcances.

“La ficción se construye a partir de un contexto real. Eso no es una novedad en el cine. Tal vez es una novedad en nuestro cine, pero está lleno de ejemplos de películas que, en el contexto de una guerra, se cuenta un conflicto familiar o personal. Casablanca es una historia de amor en medio de la guerra y filmada, incluso, durante la guerra. Lo que pasa es que aquí las películas que se acercan a lo histórico son más testimoniales, no de un género que utiliza lo testimonial como un contexto para disparar un personaje de ficción. Inventamos un Kóblic, un Velarde, un pueblo que no existe pero que es una muestra de lo que pasaba, con una atmósfera”, expresó el director.

“Yo estoy casi seguro de que a más de uno puesto en esa situación, más allá de sus determinadas conciencias y de cómo estuvieran plantados frente a semejante aberración, les tuvo que haber temblado mucho el culo, en un sentido, porque estamos hablando de la locura organizada. Y no se trata de una persona. Alguno tiene que haber que se le haya volado un poco la tapa del cerebro. Estamos hablando de aberraciones, de cosas espantosas. No entran en la cabeza. Cuando tuvimos que recrear toda la puesta de lo que era en sí mismo un ‘vuelo de la muerte’ teníamos que estar muy bien parados para bancarnos eso los actores, los extras, todos los que estábamos ahí. Todos nos mirábamos y decíamos: ‘¡Puta madre, estamos con esto muy pesado! ¡Cómo habrá sido si para nosotros es muy pesado!’”, finalizó Darín.