A través de una nota, Mauricio Macri dijo que por “la extensa actividad de gobierno” le resulta “imposible” reunirse con Madres y Abuelas de Plaza de Mayo.

El presidente Mauricio Macri no recibirá a los organismos de derechos humanos que pidieron una reunión urgente con el primer mandatario a comienzos de enero. En una carta les comunicó que “le resulta imposible acceder a la entrevista solicitada” dada “la extensa actividad de gobierno”. Luego de un debate interno, los organismos decidieron acudir mañana a la reunión que en su reemplazo convocó el jefe de Gabinete, Marcos Peña. La preocupación por la continuidad de las políticas de Memoria, Verdad y Justicia, la represión a la protesta social y la detención de la dirigente social Milagro Sala serán parte de los ejes de lo que esperan sea el comienzo de una mesa de diálogo, marcha atrás y reversión de las políticas planteadas.

Macri dirigió la carta a Estela de Carlotto como “si yo representara a todos los organismos”, señala a este diario la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo. “Dice que lamenta no poder recibirnos por razones de tiempo y disponibilidad, pero tampoco aclara que podría hacerlo en una fecha próxima, nada de nada. Dice que pone a una persona en nombre de él para hacerlo, lo único que faltó decir en realidad es ‘no los recibo porque no quiero’.”

Carlotto recuerda que Raúl Alfonsín tardó tres años en recibirlos, pero tenía el país en llamas, dificultades y a los militares en la puerta de la Rosada. Luego fueron recibidos por todos los presidentes. Desde Carlos Menem hasta Eduardo Duhalde y Fernando de la Rúa. No tuvieron reuniones con cinco presidentes de la crisis de fines de 2001 porque no hubo días suficientes. Y, se sabe, luego tuvieron encuentros y puertas abiertas con Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner.

El pasado 8 de enero, Abuelas de Plaza de Mayo, Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, Familiares de Detenidos y Desaparecidos por Razones Políticas, el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) e HIJOS, entre otros organismos, pidieron la entrevista con carácter de “urgente” con el Presidente de la Nación. Habían tenido una reunión con el ministro de Justicia, Germán Garavano, y con el secretario de derechos humanos, Claudio Avruj. Entre las razones del pedido, había causas inmediatas como la “preocupación por la situación de incertidumbre” que atravesó el Archivo Nacional de la Memoria (ANM) a cargo del ya removido Horacio Pietragalla. Y una preocupación estructural referida a “la ausencia de información acerca de las políticas que su gobierno va a implementar en materia de Memoria, Verdad y Justicia”. Desde entonces, sin embargo, corrió mucha agua bajo el puente. Y la agenda del encuentro con Peña –que va a terminar de acordarse durante el día de hoy– escaló cada día, de preocupación en preocupación.

“En principio es llamativo que un presidente no reciba a los organismos cuando lo hacen desde hace años, incluso durante los 90”, dice Carlos Pisoni, de HIJOS. “La reunión se motiva en la preocupación que nos causan distintas situaciones de Argentina. Las políticas de Memoria, Verdad y Justicia para la cual es fundamental la continuidad de los trabajadores y espacios como el Centro Ulloa o el Programa Verdad y Justicia porque sin esos espacios muchas de las políticas no se pueden continuar. Pero luego existe una gran preocupación por las olas generalizadas de despidos, la política de represión a las distintas protestas como Cresta Roja y La Plata y nos parece preocupante que esto se lleve al punto máximo de encarcelar a Milagro Sala por el derecho a protestar que es un derecho fundamental”, explica. Situado ayer en Jujuy, junto a integrantes de otros organismos y mientras esperaban una entrevista con el gobernador Gerardo Morales que hasta la noche no los recibía (ver página 7), Pisoni señaló que acuden al encuentro con el jefe de gabinete con la expectativa de que el gobierno abra una instancia de diálogo. “Ha corrido mucha sangre en Argentina y para llegar a esta democracia; hay que defender las conquistas de estos años. Como organismos de derechos humanos lo que esperamos es que se reviertan las decisiones como los despidos, la represión. Nos vamos a reunir para plantearle al Estado nacional que recapacite y esperanzados que puedan dar marcha atrás.”

En ese mismo sentido, Carlotto señala que las preocupaciones crecen a medida que pasan los días. “Supongo que nos recibirá cordialmente y sin apuros para poder trasmitir las preocupaciones que son muchísimas”, dice Carlotto. “Ya le habíamos pedido al presidente –como hicieron todos los candidatos durante la campaña pero él no lo hizo– que explique cuál es su proyecto de gestión en derechos humanos, aunque ya lo está demostrando, pero que diga qué más va a hacer”, dice. Taty Almeida, de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, se suma a esa línea. “Una de las cosas puntuales es que no sabemos nada por boca de él –aunque nos estamos dando cuenta– de las políticas de derechos humanos que va impulsar el Estado.”

En Abuelas entienden que las reuniones que tuvieron con Garavano y Avruj fueron constructivas, “pero resulta que todos los días nos encontramos con temas colaterales nuevos y preocupantes”, agrega Carlotto. “Porque uno dice que no nos toque, pero nosotros no somos una burbuja. Ponen presa a Milagro Sala; emprendemos de nuevo el camino al Fondo Monetario Internacional; están los despidos masivos, las represiones y balas de goma, la ley de medios y ahora el Fútbol para Todos para el canal del grupo Clarín y otras empresas, todo está claro y es muy desagradable. Cambiar el nombre del hospital que llevaba el nombre de una madre de Plaza de Mayo, Laura Bonaparte, una profesional, que falleció, no puede hacerse con un pretexto vano. Se ve que quieren borrar, como si quisiesen borrar lo construido por Néstor y Cristina, es un cambio apresuradísimo, en poco tiempo y de un impacto muy grave.”

Probablemente luego de una puesta en común, cada organismo haga una exposición de preocupaciones propias.

Fuente: Página 12