El principal imputado en la muerte de Mirta Llanos, asombrosamente, sigue trabajando en la Policía de Salta y cobra la mitad de su sueldo, como forma de castigo. La causa continua parada y los lados oscuros sobrevuelan sobre el andamiaje investigativo. (M.A)

Todo indica que Rubén Darío Fabián fue quien desfiguró el rostro, arrancó los cabellos y estranguló a Mirta Llanos; sin embargo, favorecido por la justicia, continúa cumpliendo actividades en la Policía de Salta como personal de “ordenes”.

Lo cierto es que el cabo Fabián trabaja en la sub Comisaria de villa El Sol y recibió tan solo una sanción: no recibe la totalidad de su sueldo sino la mitad. Esto lo confirma el Expte n° 341-276.705/13, firmado por Federico Jorge Mateos, funcionario de la Secretaría de Seguridad del gobierno provincial.

Fabián había sido pareja de Mirta y era parte del cuerpo GOPAR, de Infantería. El cabo estuvo cuatro meses en la cárcel y recuperó la libertad por falta de méritos. Apenas salió, solicitó licencia psiquiátrica hasta el 5 de octubre del 2013. Por entonces, la Sala II del Tribunal de Impugnación, integrada por los jueces Edgardo Alb y Adolfo Figueroa, revocó la medida que tenía a su favor Rubén Darío Fabián y ordenaron que se vuelva a investigar su participación en el hecho. En el fallo, el Tribunal de impugnación remarcó la preocupación del cabo por señalar que se había retirado de la escena del crimen a las 23.30 horas, luego de reconocer que había estado ahí. A pesar de esto, siguió en el interior de las filas policiales pero con un “sumario administrativo”.

Gerónimo Llanos denunció que Fabián removió el escenario del crimen y que fraguaron el acta de defunción, no obstante, la causa se encuentra llamativamente paralizada. En una entrevista con Cuarto Poder Gerónima aseguró: “Fabián y el médico forense Luis Cayo son los únicos que estuvieron presentes en todo momento. Ellos en la morgue del San Bernardo escriben en el acta forense que fue un suicidio. Mi hermana en ese momento por suerte advirtió que el doctor del SAMEC había dicho que no fue un suicido sino que la mataron. Entonces, después de discutir, finalmente, cambiaron el acta y pusieron homicidio; pero, cambiaron el horario de lo que había ocurrido. Escribieron que después de las 24 ocurrió la muerte. Con eso quedó libre. A mi hija la mataron entre las 23 y las 24 pero el horario esta cambiado”.

Según las reconstrucciones, Mirta Llanos fue encontrada muerta en el baño con la cara desfigurada y los cabellos arrancados. La tomaron del cuello, la tiraron al piso, le pusieron la rodilla sobre la espalda y la ahorcaron. La autopsia arrojó: asfixia por sofocación y estrangulamiento.

El caso se encuentra a cargo del Juzgado de Instrucción de IV Nominación bajo la caratula de Homicidio Calificado. Sí la caratula fuera Homicidio Doloso, Rubén Fabián no podría caminar por las calles. Por ahora, tiene prohibido acercarse a 300 metros de distancia de  una testigo menor de edad.

Esta jovencita todavía tiene que declarar ante la Justicia y comprometería más la situación del imputado; aún no hay fecha establecida para que testifique. El abogado de la familia de Mirta Llanos, Juan Pablo Ochoa, considera que existe una “demora injustificada en la instrucción de la causa y una desatención de los requerimientos” pedidos y a la vez “una infundada voluntad de desligar al único imputado”.

Nada más ni nada menos que 3 años y tres meses. Y el sospechoso del paradigmático caso de femicidio en la provincia en vez de encontrase tras las rejas como cualquier otro mortal permanece adentro de la policía. Al parecer sería insoportable admitir que el crimen fue obra de un policía de la institución dirigida por Marcelo Lami.