El escultor no cobró sus honorarios porque le dijeron que usarían el dinero para otros gastos

En 2012, comenzó el proceso de construcción del monumento a Juana Azurduy, dedicado a reivindicar la memoria y la figura de esta mujer, protagonista de las luchas independentistas del siglo XIX.

Sin embargo, recién esta semana su creador, Andrés Zerneri, dio por terminada la escultura. Durante todo febrero el artista plástico trabajó en la patina definitiva, la que le otorgará el color ligeramente verde que tienen tantos otros monumentos de bronce en el espacio público porteño.

Aunque fue emplazada en su sitio original (en el Parque Colón, detrás de la Casa Rosada) el 15 de julio de 2015, la obra nunca estuvo concluida. De apuro, la ex Presidenta Cristina Fernández de Kirchner desemplazó la escultura de Cristóbal Colón. Y quería que detrás de la Rosada, y antes de terminar su mandato, estuviera en pie la figura de Juana.

A lo largo de los años que demandó su elaboración sucedieron algunas cosas que hicieron peligrar la obra. Para solventar el bronce que se necesitaba, un funcionario a cargo de la obra le sugirió a Zerneri que cediera sus honorarios. “Lo hice porque mi objetivo final era ver a Juana en pie. Siento hoy que la misión que me encomendó el gobierno de Evo Morales fue cumplida. Pero lamento mucho todo lo que sucedió, más allá de la impotencia que me genera, como a cualquier trabajador, no haber cobrado por la tarea que hice”, se lamentó el artista plástico.

Pese a su mala experiencia, Zerneri aceptó un nuevo contrato con el Estado -con el Ministerio de Desarrollo Urbano y Transporte porteño- para realizar la pátina y dar por concluido su trabajo con Juana.