A siete meses del lanzamiento el Plan Belgrano que debería favorecer al NEA y NOA no arranca. Un informe asegura que ministros como Dietrich, Aranguren y Frigerio le canibalizaron el ministerio al tucumano José Cano que carece de poder de decisión.

El objetivo del plan era “saldar la deuda histórica en materia de infraestructura de las regiones del NOA y NEA”. Piloteado por el radical tucumano, José Cano el anuncio no logra pasar de las promesas a las obras “y se expone en forma creciente a los cuestionamientos de las provincias norteñas que ponen en duda el rol del organismo estatal que fue creado para agilizar las inversiones”, asegura un informe de La Política On Line.

Según el informe rubricado por Antonio Rossi, “Cano afronta una doble complicación operativa que desluce día a día su gestión como responsable de un proyecto que, en teoría, apunta a reducir la desigualdad social y económica de dos regiones postergadas. Puertas afuera del Gobierno, es el blanco de los reclamos que disparan los legisladores nacionales y los gobernadores de las provincias norteñas por las demoras que registran las promocionadas obras (…) Y dentro del gabinete nacional, prácticamente no es tenido en cuenta por los ministros de Interior y Obras Públicas, Rogelio Frigerio; de Transporte, Guillermo Dietrich y de Energía, Juan José Aranguren con los cuales debería planificar y coordinar la ejecución de las iniciativas y acciones que fueron anunciadas en el marco del plan Belgrano”.

Según los lineamientos del Plan Belgrano, el mismo supone una inversión de 16.000 millones de dólares en rutas, ferrocarriles, saneamiento, energía, aeropuertos, escuelas y viviendas; a lo que debe agregarse un “Fondo de Reparación Histórica” por 50.000 millones de pesos para los primeros cuatro años del plan. Además los funcionarios incluyeron “dentro de los objetivos del Plan Belgrano cinco puntos clave: una intervención rápida en los focos de pobreza extrema; subsidios para los fletes a los puertos; prioridad en la cobertura social e inversión educativa; un programa de 250.000 viviendas e incentivos laborales y fiscales para las inversiones privadas”, precisa el informe. Ain embargo, precisa el mismo, ante “cada planteo de las provincias por las obras y las medidas prometidas que no llegan, Cano les pide que tengan paciencia porque los proyectos llevan un tiempo de coordinación e implementación”.

De todos modos lo que ya empieza a ser una certeza para los analistas nacionales es que el principal problema que enfrenta Cano es que “su organismo no tiene poder decisión, ni facultades para definir los proyectos, llamar a licitación y certificar los pagos de las obras. Tal como fue diseñada, la UPB es un organismo más “testimonial que operativo” que hoy cuenta con un plantel de 50 empleados que poco y nada pueden hacer para sacar adelante las obras que están a cargo de las áreas y empresas que dependen de Frigerio, Dietrich y Aranguren”, asegura el informe.