No es Pimpinela pero se parece. Durante la primera gestión de Cristina Fernández de Kirchner, el gobernador Urtubey mantuvo reuniones secretas con Michetti, Prat Gay, Sanz y referentes del actual gobierno nacional, según se supo por WikiLeaks.

El hecho se conoció en 2011, tras haber sido publicado entre los innumerables documentos de WikiLeaks. El periodista Sebastián Lacunza lo difundió ese año en Ámbito Financiero y hace pocos días, por eso de la coyuntura, lo reflotó el sitio mdzol.com. El resumen es simple y contundente: por lo menos durante el primer mandato de Cristina Fernández (2007 – 2011), el entonces ultrakirchnerista Juan Manuel Urtubey mantuvo reuniones secretas con referentes del actual gobierno nacional que lidera Mauricio Macri.

Eso explica muchas cosas, dirá usted. ¿Vio?, diremos nosotros. Cuando todavía le faltaban varias temporadas de abrazos con Cristina, Aníbal, Randazzo, Scioli y toda la tropa de Néstor, nuestro gobernador andaba puertas adentro con la contra, coqueteaba cual especulador político capaz de saltar al barco opuesto apenas apareciera un iceberg a la vista.

No es que sorprenda la actitud del gobernador. Al contrario: Urtubey siempre fue una cosa para el país y otra para los salteños. Los militantes locales de La Cámpora supieron desde un primer momento que tenían que agitar banderas a favor de un hombre poco nacional y popular sólo porque sumaba a la causa nacional.

Lo llamativo de estas revelaciones tempranas, que en su momento todos las vieron pasar como algo sin importancia, es que hoy se pueden analizar como el primer acercamiento a un proyecto político (el PRO) que en todo momento pareció representar mejor al mandatario salteño.

Si bien durante esos primeros años de CFK Urtubey amagaba con apuntar a otro lado, el Frente Para la Victoria, todavía con Néstor Kirchner a la cabeza, logró mantenerlo en sus filas. Es recordado el acto de junio de 2010, cuando el expresidente y el gobernador se mostraron juntos en nuestra provincia mientras la horda enardecida cantaba en contra de Alberto Fernández, que, ya separado del kirchnerismo, intentaba captar el apoyo del salteño.

Desde entonces, Juan Manuel Urtubey fue un soldado cada vez más fuerte del movimiento, al punto de ser uno de los principales actores de la campaña del año pasado a favor de Daniel Scioli. Pero, como bien sabrá el lector fiel de este semanario, Juan Manuel Urtubey se caracteriza por su capacidad de adaptación política. Vea, si no, el artículo “El camaleón, mamá” en cuartopodersalta.com.ar.

La reunión

¿Qué fue exactamente lo que se destapó a partir del cable de WikiLeaks? Se reveló que el 8 de enero de 2010, la embajadora de los Estados Unidos en Argentina, Vilma Socorro Martínez, se reunió con la entonces flamante diputada del PRO, Gabriela Michetti, para discutir el enfrentamiento entre el gobierno nacional de Cristina Fernández de Kirchner y el presidente del Banco Central, Martín Redrado. En esa reunión, la hoy vicepresidenta de la Nación hizo referencia a un grupo informal y confidencial de consulta política que estaba integrado, entre otros, por el gobernador salteño Juan Manuel Urtubey.

El cable asegura: “Si bien reconoció que los líderes de la oposición están divididos, Michetti dijo que cada partido tiene líderes con una visión común. Dijo que está involucrada en un nuevo grupo de líderes de distintos partidos que están trabajando para desarrollar a mediano plazo una agenda nacional compartida. Este grupo informal, que elige permanecer confidencial, incluye al diputado nacional de la Coalición Cívica, Alfonso Prat Gay; al gobernador peronista de Salta, Juan Manuel Urtubey; al presidente de la Unión Cívica Radical, Ernesto Sanz; al juez Ricardo Lorenzetti, hombres de negocios y representantes bancarios. Michetti agregó que la mayoría de los líderes de la oposición están dispuestos a llegar a un acuerdo, exceptuando a la líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió. La diputada invitó a la embajadora a reunirse con el grupo”.

Los miembros de ese grupo informal secreto tenían orígenes distintos pero un objetivo común: derrotar al kirchnerismo. Se podría decir que esas pequeñas reuniones que parecían entonces un camino plural de discusión política era el germen de Cambiemos. Se podría decir, también, que Juan Manuel Urtubey estuvo en una mesa chica inicial del actual gobierno nacional.

El informe completo

Ese verano, el gobierno presionaba para que Redrado renunciara a su puesto de presidente del Banco Central tras haberse negado a transferir 6.569 millones de dólares desde las reservas del Banco Central al Tesoro Nacional para financiar el Fondo del Bicentenario. El cable de WikiLeaks informaba que Michetti describió el conflicto ante la embajadora como “muy preocupante” y notó que la situación revelaba la fragilidad de las instituciones democráticas argentinas y la falta de reglas claras en el país.

Michetti le dijo a la estadounidense que a pesar de que la presidenta Cristina Fernández había asegurado ser la única con autoridad de convocar al Congreso durante el receso, la oposición todavía intentaba realizar una sesión especial por el tema. Con un inglés que fue calificado como muy bueno por la embajadora, Michetti se mostró esperanzada de que la oposición mantuviera la unidad demostrada el 3 de diciembre, cuando los diputados se unieron para negociar posiciones de liderazgo con el Frente Para la Victoria.

El cable del gobierno estadounidense revelado por WikiLeaks describía a la hoy vicepresidenta como “una de las políticas más populares de Argentina” y aseguraba que “intentaría llegar a la Jefatura de Gobierno de Buenos Aires en 2011”, algo que no sucedió. También informaba que la entonces diputada, católica practicante, mantenía “un diálogo regular” con el cardenal Jorge Bergoglio y otros grupos de la Iglesia.

En la reunión con Martínez, Michetti también dijo que Cristina Fernández de Kirchner tenía una concepción hegemónica y no democrática del poder.