La escena montada por la Senadora puso en jaque la estabilidad de un empleado del Ministerio de Gobierno que, hasta  las últimas horas de ayer, padecía presiones para concurrir personalmente a la legislatura a pedir disculpas. 

Por lo visto, el problema surgió por una incursión del empleado que trabaja en la Secretaría de Participación Ciudadana, en el municipio de Cerrillos y de la mano del presidente del IPV Sergio Zorpudes.

La empoderada legisladora puso el grito en el cielo y llamó telefónicamente al empleado de menor rango para comunicarle que no podía poner un pie en sus tierras sin informarle previamente y que consideraba una traición que trabajara con su adversaria. Por supuesto que lo hizo a las puteadas, como legítima heredera política de Alfredo “Pucho” Jorge, quien mostraba más sutileza para imponerse en las cuestiones políticas.

Frente a una simple expresión de que no debía condicionar su trabajo a instancias de ningún legislador, la senadora recurrió al modo victimizante y en medio de la sesión que presidía Miguel Isa estalló en llanto y se declaró maltratada por su condición de mujer.

La reacción solidaria no se hizo esperar e Isa obligó a Marcelo López Arias a concurrir de urgencia al recinto senatorial para informarse. La supuesta víctima se limitó a pedir que echaran al perejil y casi lo logró.

Algunas voces atribuyen la reacción de Isa a la interna con el Indio Godoy y a la supuesta afinidad de este empleado con el Presidente de la Cámara de Diputados.

Cualquiera fuere la verdad, está claro que quien llamó al empleado fue la senadora, y que no lo hizo para saludarlo por las fiestas de fin de año. También, que la viuda de Jorge, como muchos, creen que el Estado tiene que estar el servicio de ellos y no de otros actores políticos. Política bastarda que le dicen.