El Presidente brindó este miércoles una conferencia de prensa en la Quinta de Olivos, tras una semana en la que la crisis cambiaria lo hizo atravesar uno de los momentos más complejos de su gobierno en materia económica.

Mauricio Macri, luego de que el jefe de Gabinete, Marcos Peña, encabezara en el mismo lugar una reunión de la mesa política con la nueva integración dispuesta por el mandatario para analizar la coyuntura económica y social.

“Lo que pasó en estas semanas es que el mundo había decidido que la velocidad con la que nos habíamos comprometido a reducir el déficit fiscal no era suficiente. Por eso, tenemos que acelerar. La convocatoria que he hechos a distintos espacios es que tenemos que sentarnos a hacer un gran acuerdo para equilibrar algo que la Argentina no logra hacerlo hace más de 70 años. Es el momento de que hablemos con la verdad, sin más parches. Los argentinos quieren que les digamos la verdad y nos comprometamos. Va a ser algo positivo y que va a fortalecer el crecimiento”.

«La dirigencia argentina debe hacerse cargo de esta crisis. Ahora hay que acelerar en la misma dirección que lo estamos haciendo y tenemos que profundizar, por eso hemos convocado a todos para que seamos sinceros y que realmente hagamos lo que hace cada argentino, que no gasta más de lo que gana todos los meses».

«Como balance, sin dejar de poner el tema real sobre la mesa, la autocrítica que me hago es que por mi temperamento siempre he sido muy optimista y puse metas ambiciosas. Pero revisando qué pude haber hecho para que los argentinos pudieran estar mejor yo no siento que como sociedad podíamos afrontar un ajuste profundo desde el primer día como plantean algunos, tampoco la otra locura que escuchamos de que está todo bárbaro. Y tampoco la Argentina estaba preparada políticamente para dar un debate serio como siento que hoy estamos. Hoy ya empiezo a escuchar basta de mentiras, digamos las cosas como son. Siento que pusimos metas demasiado optimistas y alguna gente se irritó con eso».

«La segunda autocrítica es que ese 28 de diciembre –cuando el Gobierno anunció que las metas inflacionarias estarían a cargo del Gabinete y no del Banco Central- hemos tenido problemas de coordinación entre el Gabinete Económico y el Banco Central y tenemos para mejorar ahí. En estos días estamos trabajando juntos y hemos mejorado mucho. Pero hay que recordar que el Banco Central es independiente. Estamos recorriendo caminos inexplorados».

«En términos de metas en esta nueva etapa vamos a delegar, como corresponde, la baja de la inflación en el Banco Central. Lo que queda claro y ratifico es fundamental bajar la inflación, porque es lo que más castiga a los que menos tienen y a los trabajadores. Además de ser una traba al crecimiento. Si bajamos la inflación va a funcionar todo mucho mejor. Sigue siendo un objetivo a cargo del Banco Central, sin ponernos metas tan ambiciosas, porque tiene que ser algo que tenga una coherencia entre el déficit y la baja de la inflación».

«En término de los precios, que es algo que nos preocupa, por eso tres de cada cuatro pesos van al gasto social. Festejo que el Congreso aprobó la semana pasada la ley de competencia, que nos va a permitir que realmente haya competencia y no haya abuso. Esa ley va a ser un antes y después. Vamos a estar muy atentos a que no haya monopolios ni oligopolios».

«El Fondo es una herramienta adicional, que nos da más estabilidad, porque no estamos en los vaivenes del mercado. Reducir el déficit significa que les damos garantías de que vamos a poder devolverle el dinero que nos prestan (por el Fondo). Ellos nos van a decir en qué números nos sentimos cómodos en la reducción del déficit. Después, el cómo es un tema nuestro, de los dirigentes argentinos. Ellos no nos van a decir tienen que bajar esto o esto, ellos van a hablar de un número en que se van a poner de acuerdo con nosotros y a partir de ahí vale la responsabilidad de todos los dirigentes para ver cómo reducimos el déficit».

A.R