La Policía de Salta publica videos de las cámaras de seguridad con una edición dudosa. Muchos se cortan cuando se ve que los uniformados llegan para evitar los delitos. Los antecedentes acerca de la brutalidad policial salteña encienden la alarma y disparan preguntas: ¿Por qué no se muestran las secuencias completas? ¿Hay algo que ocultar?

Las imágenes son bastante similares: una o dos personas, generalmente jóvenes de clase baja, intentan robar algo de un auto estacionado, llevarse una moto, trepar un portón o simplemente deambulan por las calles en estado de ebriedad o a las trompadas con alguien. Para evitar todo eso está la Policía de Salta, con sus vehículos, sus cámaras, sus uniformes y su… ¿su qué? No se sabe, porque las imágenes difundidas por una cuenta oficial de YouTube suelen cortarse cuando los uniformados llegan al lugar de los hechos y empiezan a trabajar.

¿Cuál es la razón por la que los videos se cortan, en su mayoría, cuando la cana aparece a resolver todo? ¿Es como esa famosa frase de las películas, “ya no hay nada que ver aquí”? ¿O se puede sospechar de maniobras políticamente incorrectas para la cámara de nuestros defensores? Los antecedentes de brutalidad, apremios y hasta torturas que tiene la Fuerza provincial hace que, por lo menos, la duda sea razonable.

Los videos están en una cuenta de YouTube llamada “Cámaras de Seguridad 9-1-1 Salta”, y también se accede a ellas desde la página de Prensa de la Policía de la provincia (prensapolsal.gob.ar). No son muchos, apenas una veintena de imágenes que tienen un promedio de un minuto y medio de duración cada una. Son registros del 2014 de la ciudad de Salta y Orán. Hay intentos de robo, peleas y accidentes de tránsito, que son los más vistos.

Algunos casos

En Orán, el 1 de mayo, el Centro de Videovigilancia detecta a un hombre “consumiendo alcohol en la vía pública y causando molestias a los transeúntes”. En realidad es un joven de veintipocos. Está muy borracho y hace gestos a la cámara de seguridad, da vueltas por la calle, acompañado de una chica. Cuando llega la 4×4 de la Policía y estaciona en medio de la calle, listo para atraparlo, el video se corta. La Policía informó que fue demorado.

El 5 de febrero, a las 3.27 de la madrugada, los operadores de las Cámaras del Centro de Videovigilancia registran a un motociclista circulando en contramano por la Avenida Sarmiento de esta ciudad, esquina Leguizamón. Cuando los uniformados aparecen para detenerlo, la moto acelera y empieza una gran persecución por las calles del centro. El hombre avanza en sentido contrario a velocidades altísimas por Zuviría, Buenos Aires, entre otras calles. Dos patrulleros y una camioneta lo persiguen. Lo detienen cuando la 4×4 se desvía y lo espera en la esquina de Mendoza e Ituzaingó. Cuando la moto frena, se acaba el video. Se supo después que el detenido quedó a disposición del Fiscal de Turno, y el móvil policial resultó con daños menores en uno de sus laterales por el impacto que detuvo la carrera.

El 23 de junio de 2014 a las 4.14 de la madrugada, dos muchachos revisan los autos de Lerma y Corrientes. Prueban puertas, caminan despacio, con una barreta en la mano. Aparece un patrullero. Los atrapa. Los están subiendo al vehículo. Corte.

EL 1 de julio a las 3 de la mañana, en Orán, un adolescente intenta treparse por un portón. No lo consigue y sigue caminando. Una cuadra después, dos camionetas lo interceptan. Intenta correr pero es inútil: son cinco contra uno. Cuando uno de los oficiales ya lo tiene contra la pared, el resto se acerca cual jauría hambrienta. La imagen se corta cuando lo rodean.

22 de octubre al mediodía, en Orán. Dos chicos se pelean a las trompadas después de salir del colegio. La esquina se ve convulsionada por las piñas de los chicos. Otros alumnos y algunos adultos intentan despejar el barullo. Se alejan del plano de la cámara justo antes de que aparezca una camioneta de la Policía, con una jaula en su caja. De allí descienden cuatro canas vestidos como para ir a combatir por la recuperación de las Malvinas. Nunca se puede percibir de qué manera resuelven el conflicto.

Después de revisar en vano a todos los autos de la cuadra, intentando abrir sus puertas, un joven es sorprendido por un patrullero, el 4 de junio, en la zona de Jujuy y Caseros. Bajan dos oficiales que lo ponen contra la pared: manos arriba, piernas separadas. Cuando empiezan a revisarlo, terminó.