Los índices en Salta son alarmantes. Es la provincia donde más creció la cantidad de madres menores de 19 años en el país, subiendo seis peldaños para convertirse en la sexta con mayor porcentaje de embarazo adolescente tan sólo en dos años.

En base a los datos presentes en la dirección de Estadísticas de Información de salud que depende del Ministerio de Salud de la Nación, técnicos de la Fundación Fundara detectaron que entre los años 2011 y 2013 nueve provincias tuvieron un incremento en la incidencia del embarazo adolescente (mujeres que han dado luz hijos nacidos vivos hasta los 19 años). Ello significa que mientras el país en su conjunto y en el resto de las provincias los embarazos adolescentes bajaron, en Corrientes, Jujuy, Mendoza, Misiones, Salta, San Juan, Santa Cruz, Santiago del Estero y Tucumán crecieron.

Entre las señaladas, Salta ha sido la jurisdicción donde se dio un mayor incremento de las nueve en el periodo estudiado: 2,95%, muy por encima de Santiago del Estero 1,21%, Misiones 1,18%, San Juan 0,69%, Tucumán 0,38%, Corrientes 0,19%, Mendoza 0,17%, Jujuy 0,12% y Santa Cruz con 0,09%. Con esa evolución, Salta subió seis peldaños para convertirse en la sexta provincia con mayor porcentaje de embarazo adolescente tan sólo en dos años. Mientras tanto, a nivel país la tasa decreció en un -0,14%, siendo la provincia de Santa Fe la que mayor descenso de embarazos adolescentes consiguió en esos años: -1,09.

Como reseñaron los técnicos, una mayor fecundidad en el periodo de la adolescencia “suele estar asociado a economías y sociedades con menores grados de desarrollo y entre los sectores de la población más vulnerables” y concluyeron que eso obedece, principalmente, a una deficiente inversión en políticas de salud y educación que no permiten abarcar en la complejidad que se merece esta problemática.

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Este fenómeno tiene múltiples aristas entre las que hay que considerar los efectos que tiene sobre las madres en cuanto a educación y futuros ingresos. En ese caso, los mismos técnicos utilizaron como fuente de datos la EPH del INDEC y observaron que el 49,49% de las jóvenes madres no pudieron terminar sus estudios secundarios, lo que suma otro componente de su vulnerabilidad. Dado a que se estima en ellas un menor grado de formación, estas madres, en el caso de trabajar, tendrán menores ingresos y por lo tanto reproducirán las condiciones de vulnerabilidad en las posteriores generaciones. Esta afirmación resulta de observar la incidencia del embarazo adolescente en los sectores con menores ingresos y compararlos con los demás.

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La fuente de información consultada arroja en números la afirmación realizada con anterioridad, se muestra que la cantidad promedio de hijos de madres jóvenes es más del doble en los hogares que corresponden al 30% con menores ingresos que a los hogares que forman el 30% de mayores ingresos en la ciudad de Salta.

Esta realidad no sólo requiere de la madurez política para su tratamiento, sino de la inversión adecuada en los servicios públicos de salud y educación de calidad, y en el acceso de las familias más vulnerables a estos servicios.