Vegano apuñaló a su vecino por una gresca aún no esclarecida tras un asado. El hombre asegura que las 37 puntadas con el destornillador fueron “accidentales” y que no recuerda lo sucedido.

La paz y quietud de General Pico se quebró de golpe ante el atroz suceso que a media semana tiño de odio y sangre el cielo pampeano: un vecino cansado de que al lado de su casa hicieran tres veces a la semana asado, se cobró una venganza por todas las vacas ingeridas: apuñaló con un destornillador casi en cuarenta ocasiones a quien por más de 20 años compartiera la medianera con él.

Resulta que el apuñalador (de iniciales J.C.) tocó el timbre a media tarde -al menos esto es lo que relata la versión casi oficial de los hechos relatada por otra vecina a quien mediante un audio de whatsapp le informaron que la pelea se desarrollaba en el interior del domicilio contiguo al de la prima de quien enviara el mensaje acompañado de un audio en el que se escuchaban los gritos de auxilio que ahora se han convertido en una canción de cumbia remixada tras ser un fenómeno viral en las redes sociales- para ingresar armado con el arma blanca a la casa de su “amigo” J.M. quien no atinó sino a cubrir como pudo su cuerpo pero no fue mucho, porque quedó como colador luego del ataque furibundo.

Si bien la víctima se encuentra en terapia intensiva sin poder emitir palabra alguna porque le puntearon hasta la lengua y la única versión del hecho no da mayores detalles de la pelea que sucedió puertas adentro, la exposición realizada por el agresor indica que todo fue un rapto de ira vegana, catalogada también por los especialistas como “mal de la ensalada”, un raro desorden que ataca a uno en cada 9.000 veganos, e implica el uso de la violencia para corregir los hábitos alimenticios de quienes los rodean. En este caso, que ya está en manos de la justicia, como que se pasó un poco.