Vecinos de Barrio Solidaridad mostraron ante la justicia las heridas de la brutal represión del domingo último negada por la Policía.

A través de un comunicado de prensa, la Policía de Salta habló de los incidentes en Barrio Solidaridad y negó un operativo de represión y la utilización de violencia en la zona sudeste de la capital provincial el pasado domingo. “Se hizo despeje sin detenidos. Tampoco se registraron ingresos en centros de salud ni hospitales públicos de personas heridas” indicaron desde la fuerza de seguridad y añadieron que “el procedimiento duro pocos minutos, por lo que la Policía de Salta desmiente versiones sobre la presencia de policías encapuchados hostigando vecinos hasta horas de la madrugada en el barrio”.

La realidad, sin embargo, es otra. Al menos 7 vecinos del lugar mostraron sus heridas ante personal judicial. “Luego de las denuncias mediáticas y la puesta en conocimiento que se hizo ayer (lunes) en la Fiscalía de Derechos Humanos respecto de los incidentes entre la policía y vecinos del barrio Solidaridad el domingo por la noche, la justicia inició una investigación y fue a entrevistar a las víctimas” explicó el portal web La Gaceta Salta y precisó que “la fiscalía a cargo interinamente de Guillermo Akemeier envió a su personal para constatar que los vecinos habían sufrido heridas”.

“Se entrevistaron con siete personas que denunciaron haber sido agredidas físicamente por personal policial y exhibieron las lesiones que presentaban, las que fueron constatadas por un médico legal del Cuerpo de Investigaciones Fiscales” puntualizó el sitio de noticias y reveló que la Policía, en consecuencia, faltó a la verdad en su comunicado.

Representantes de la fiscalía entrevistaron a 2 menores de edad y 5 mayores que mostraron las heridas de balas de goma recibidas durante el violento operativo policial que sucedió días después del homicidio de Nahuel Salvatierra (17 años) por el que están imputados y detenidos el cabo Juan Carlos Cardozo como autor del delito de homicidio calificado por alevosía cometido por un funcionario policial y el sargento Emilio Gastón Aguilera Alanís como coautor.