Renunció Sara Miranda de Haddad al Observatorio de Violencia Contra la Mujer. Es la tercera directora que renuncia al organismo oficial después de Alicia Ramos y Pamela Ares. Junto a Ares, Miranda era representante del Senado.
No se sabe con certeza lo que sucede puertas adentro del Observatorio oficial, pero las dos renuncias de las representantes del Senado ante el organismo demuestran que las cosas no andan nada bien.
A un año de su inauguración, Alicia Ramos fue la primera que renunció por motivos personales. Seguidamente lo hizo Pamela Ares, quien renunció a su cargo de directora y al despedirse señaló “que el Estado siempre es responsable de garantizar los Derechos Humanos de las mujeres”. Aunque en declaraciones a la prensa Ares se mostró cauta al explicar los motivos de su renuncia, se supo que la relación con las otras directoras no era la mejor. Fuentes cercanas a Ares contaron que al parecer el trato que recibía Pamela de sus colegas directoras era bastante áspero. Del otro lado, las directoras en cambio señalaban que Ares no se aparecía seguido por las oficinas del organismo a cumplir con su trabajo.
Pese a la labor del organismo oficial, las estadísticas señalan que la violencia de género en nuestra provincia incrementó considerablemente. El año pasado los 25 casos de femicidios en la provincia fueron una lamentable muestra de todo el trabajo que se debe realizar en Salta. La prevención sigue fallando y la muestra palpable son las denuncias previas ante la policía y la Justicia que realizaron las mujeres que a pesar de su pedido de ayuda, fueron asesinadas.
En la sesión de ayer, los senadores resolvieron convocar a Sara Miranda de Haddad a una reunión para el próximo miércoles con la intención de que informe sobre el funcionamiento del organismo para prevenir la violencia de género. Se supo que en su reemplazo asumiría quien le siguió en la terna del concurso realizado en 2015.
Miranda aun no informó los argumentos que motivaron a presentar su renuncia, por lo pronto tendrá que rendir cuentas a los senadores el trabajo que el organismo realiza con un presupuesto que sigue siendo un misterio.
