Entre las noticias de la semana tenemos: un condenado por intentar robar un celular en un kiosco al que luego volvió a comprar puchos; otro por maltrato animal y amenazas; y un tercero irá a juicio por robo con un arma de juguete.

Según la información que brinda el Poder Judicial de Salta, estos tres sujetos no son lo que se dice unos grandes cacos, sino delincuentes con pocas luces.

El 24 de agosto de 2014, en la ciudad de Pichanal, dos sujetos a bordo de una moto interceptaron a su víctima (menor de edad) y uno de ellos la increpó con un arma de juguete para luego robarle sus pertenencias. Por ello Alejandro Rafael Romero y Franco Daniel Burgos, fueron acusados del delito de robo agravado por uso de arma de fuego no apta o de utilería. El lunes que viene continuará el juicio con la audiencia correspondiente.

Mientras que el juez de la Sala II del Tribunal de Juicio de Metán, Ramón Haddad, condenó en audiencia de juicio abreviado a Juan Gustavo Carrizo a la pena de dos años de prisión de ejecución condicional por considerarlo autor del delito de maltrato animal, amenazas de muerte (cuatro hechos) y amenazas con arma en concurso real tras los hechos sucedidos en el barrio Jardín de la localidad de Rosario de la Frontera.

Por otra parte, jueza Mónica Mukdsi, vocal de la Sala VI del Tribunal de Juicio, condenó en audiencia de juicio abreviado a Leonardo Vicente Cuéllar (22), alias “Sandwich”, a la pena de un año de prisión de ejecución efectiva por resultar material y penalmente responsable de los delitos de robo simple agravado por la participación de un menor y robo simple, todo en concurso real.

Esta es la historia más bizarra de las tres, puesto que resulta que “Sándwich”, en noviembre de 2015, ingresó a un kiosco de barrio Las Palmeras, le pidió a la chica que atendía un pucho, no se lo dieron, y ante la negativa optó por intentar robar el celular de la joven, luego escapó. “Poco después regresó a comprar cigarrillos y la damnificada llamó a la policía”, lo cual derivó en su detención.