Hasta ahora, hay 97 designaciones entre ministros, secretarios y subsecretarios con sueldos de bolsillo que van entre los 25 y 32 mil pesos. El feriado administrativo del viernes suspendió los nombramientos que seguirán incrementándose la otra semana. (Gonzalo Teruel)

Equipo que gana no se cambia. Ese viejo axioma futbolero fue utilizado como explicación política por el exministro de Gobierno, Julio Loutaif, al ser consultado el viernes de la semana pasada en la puerta del Centro de Convenciones de Limache sobre los funcionarios que acababan de prestar juramento ante el gobernador Juan Manuel Urtubey.

Sin importar a quién o qué ganó ese equipo, lo real y cierto es que son pocos los cambios en el gabinete provincial al menos en las primeras líneas. Una sola ministra, Marianela Cansino, no continúa en su puesto; Carlos Parodi y Baltazar Saravia son los únicos que mudaron sus oficinas; mientras que los 3 nuevos ya venían desempeñándose en distintos despachos oficiales: Javier Montero era secretario de Ingresos Públicos, Luis Gómez Almaráz era secretario de Legal y Técnica, y Sebastián Gomeza era secretario de Hacienda de la Ciudad.

Por debajo de esa nómina de 14 funcionarios (el jefe de Gabinete y sus 12 ministros más el secretario General de la Gobernación) se despliega una verdadera mega estructura conformada por un centenar de secretarios y subsecretarios. Parodi tiene 3 secretarios en la jefatura de Gabinete; Juanpi Rodríguez tiene 7 en Gobierno; Pamela Calletti tiene 5 en Derechos Humanos y Justicia; Gómez Almaráz tiene otras 5 en Asuntos Indígenas y Desarrollo Comunitario; Charly Abeleira tiene 3 en Primera Infancia; Roberto Dib Ashur tiene otras 3 en Educación; Mariano Ovejero tiene 2 en Cultura y Turismo; Oscar Villa Nougues tiene 6 en Salud; Eduardo Costello tiene 2 en Trabajo; Montero tiene 7 en Ambiente y Producción; Gomeza tiene 4 en Hacienda; Saravia tiene 2 en Infraestructura y Vivienda; y Alejandro Cornejo tiene una más en Seguridad. Ramiro Simón Padrós tiene 4 secretarios en la secretaría General. Son más de 50 secretarios y están secundados por más de 40 subsecretarios cuyas designaciones ya comenzaron a publicarse en el Boletín Oficial.

En el nuevo gobierno hay lugar para todos. Hay varones y mujeres; hay viejos y jóvenes; hay muchos peronistas, pocos kirchneristas y menos renovadores, y también dirigentes de la más variopinta representación partidaria. Están los que responden a Urtubey, los que revistan al vicegobernador Miguel Isa o a los popes de la Legislatura Mashur Lapad y Manuel Santiago Godoy, algunos pocos líberos, y varios a los que no se les conoce filiación ideológica pero que igual tienen su escritorio. En Salta nadie se queda sin trabajo. Varios dirigentes que compitieron en las elecciones (nacionales o provinciales) y no tuvieron suerte ya ocupan cargos en las administración pública.

Los míos, los tuyos, los nuestros

Algunos de los ministros del gabinete provincial ubicaron a sus hermanos (que con esfuerzo y acierto ya venían desempeñándose en puestos menores) en cargos de verdadera responsabilidad e influencia: Matías Rodríguez tendrá bajo su mando la estratégica secretaría de Prensa, Diego Ovejero la de Legal y Técnica, y Pablo Abeleira la de Tecnología para la Primera Infancia. Santiago Godoy, hijo del titular de Diputados, mantendrá su responsabilidad en la secretaría de Gobierno y Florencia, la hija del diputado nacional Pablo Kosiner, tendrá una subsecretaría de la Discapacidad.

Los diputados que cumplieron mandato en diciembre y no renovaron sus bancas en la Legislatura, Miguel Calabró e Irene Soler, son de las pocas caras nuevas en el equipo de Urtubey: el médico veterinario será secretario de Relaciones Institucionales y la abogada de Ambiente. Ivette Dousset desde la subsecretaria de Asuntos Vecinales y Nancy Montero desde la secretaria de Fortalecimiento Institucional, son algunas de las pocas figuras que el vicegobernador aporta al organigrama provincial.

Vencedores y vencidos (pero  no tanto)

Matías Assennato y Federico Uldry son algunos de los que recibieron un premio y ganaron espacio en el gobierno. El ex interventor de El Bordo manejará una nueva oficina para el Área Metropolitana y el ex responsable de Métodos Alternativos de Resolución de Conflictos ocupará ahora la de Derechos Humanos. Francisco “Paco” Marinaro Rodó y Flavio Aguilera también recuperaron posiciones y estarán en Defensa Civil y Emergencia Social y Asuntos Agrarios, respectivamente. Por el contrario, entre los desaprobados se encuentran Horacio Zenazzuza que de Prensa fue confinado a Atención Ciudadana, Ernesto Flores que pasa de secretario a subsecretario en el área de Defensa Civil, y Martín García Cainzo al que le inventaron la subsecretaría de Articulación de Políticas Nacionales.

García Cainzo no es el único rescatado del extinto Ministerio de Derechos Humanos. Marianela Cansino será reciclada por el ministro Dib Ashur como coordinadora de Calidad e Innovación de Educación; la mayoría de sus excolaboradores se repartirán en distintas carteras y, por ejemplo, Fabiana Ávila y Fernando Martinis serán secretarios de Discapacidad y Políticas Inclusivas y de Tierras y Bienes, respectivamente.

Nada por aquí, todo por allá. El otrora operador renovador Federico Hanne se quedará sin despacho en el Grand Bourg y abandonará la secretaría de Relaciones Institucionales mientras que el zigzagueante líder de Libres del Sur, Carlos Morello, volverá a la tropa oficialista y tendrá una coordinación en el ministerio de Gobierno. El kirchnerista Marín Ávila también se sumará al gobierno salteño y será subsecretario de Asuntos Legales.

Aunque no los veamos

Ellos siempre están. Nadie les conoce mayores méritos pero, de cualquier manera, algunos funcionarios superan cualquier modificación en el organigrama provincial. Por caso, Enrique Rojo seguirá en la secretaría de Asuntos Indígenas, Claudia Román Ru en la de Salud Mental, Alfredo Fuertes en la de Recursos Hídricos, Marcel Fuentes en la subsecretaría de la Tercera Edad, y Nelson Lecuona en la de Empleo.

Se acabó el honor

Peleando mano a mano con el juez Carlos Fayt (que acaba de abandonar la Corte Suprema) y el senador Juan Carlos Romero por ver quién es el salteño que más tiempo sobrevive en la función pública, Marcelo López Arias fue ratificado dentro del gobierno y será representante de Relaciones Internacionales en reemplazo de Hernán Hipólito Cornejo (electo legislador del Mercosur) y tendrá una remuneración equivalente a la de un ministro. Desde abril de 2012 López Arias era el representante de la provincia en Chile “con carácter ad honorem” pero ahora cobrará más de $30 mil mensuales.

Diversos funcionarios consultados por Cuarto Poder estimaron de manera muy conservadora que aproximadamente un ministro cobra de bolsillo $32 mil, un secretario $28 mil y un subsecretario $25 mil por mes. Sin contar a los coordinadores, los directores y subdirectores y otros cargos jerárquicos, el gasto salarial que demanda la plana mayor del gobierno es de casi $3 millones mensuales y $35 millones anuales. “Eso puede ser lo que cobran de sueldo neto los que están a la vuelta del gobernador pero te quedás muy corto en el cálculo porque los sueldos brutos son superiores y, lógico, el gasto también es muy superior” explicó un legislador provincial y confirmó que “la partida presupuestaria que más creció es, justamente, la de pago de personal”.