La cultura de la violación es un término que fue utilizado por primera vez en los años 70 por las feministas de los Estados Unidos. Este concepto hace referencia a la normalización y la aceptación de la violencia sexual hacia las mujeres y a todas las maneras con las cuales la sociedad culpabiliza a la víctima de su propia violación.

 

Desde que somos pequeñas se nos rodea de advertencias, consejos y negatividad sobre nuestra sexualidad. “No te vistas así. No vayas por ahí. No llegues tarde. No te fíes de desconocidos. No vuelvas sola a casa”. Si te pasa algo, es tu culpa: la sociedad ya te ha enseñado todo lo que tienes que hacer para evitar una violación; si te violan, es que algún paso te has saltado.

O llevabas falda. O ibas sola. O le sonreíste a alguien. O ibas provocando. O estuviste tonteando con él. O te metiste por un parque. O no te resististe lo suficiente tras decir que no. O quizás te quedaste tan paralizada por el miedo que ni siquiera pudiste decir que no. Da igual, es tu culpa.

La cultura de la violación es un término que fue utilizado por primera vez en los años 70 por las feministas de los Estados Unidos. Este concepto hace referencia a la normalización y la aceptación de la violencia sexual hacia las mujeres y a todas las maneras con las cuales la sociedad culpabiliza a la víctima de su propia violación. La cultura de la violación se manifiesta de varias maneras y algunas de ellas son las siguientes: se culpa a la víctima de la agresión sexual por su forma de vestir, su actitud, el consumo de tóxicos, etc., y como consecuencia se aconseja a las mujeres que actúen de determinadas maneras para que así eviten ser violadas; se acepta el acoso en la calle argumentando que son piropos y se quiere halagar a las mujeres; se trivializan las agresiones sexuales (se cantan, se anuncian, se hacen bromas…); se ignoran y se ponen en duda las acusaciones de violación cuestionando las intenciones de las mujeres al realizar estas acusaciones; o se asume que los hombres no pueden ser violados.

¿Cómo puede ser que la mujer, víctima de esta agresión, se culpabilice de la misma? ¿Cómo puede ser que la sociedad y los medios de comunicación centren su atención en la mujer (cómo iba vestida, si había consumido tóxicos, si iba sola, en qué lugar estaba…) y no en el agresor? ¿Y cómo puede ser que la sociedad no se plantee qué sistemas dominantes existentes hay para que suceda este fenómeno?

En la cultura de la violación, el acto sexual entre hombre y mujer adultos es siempre consentido, ya que una mujer siempre estaría en disposición de defenderse o de oponer resistencia si no quisiese tener sexo. Con ello, se crea un perverso código penal y una moral social laxa que despenalizan el comportamiento de los violadores, los eximen de responsabilidad y culpan a la víctima de lo sucedido: si fue violada es porque necesariamente —por voluntad propia— accedió a tener sexo, pues —siguiendo la mezquina lógica de la cultura de la violación— siempre se puede oponer la suficiente resistencia