La familia de Nicanor Argañaraz está destrozada por la muerte absurda que sufrió el hombre del paraje Las Lomitas. Si el lugar hubiese contado con una ambulancia, podría haberse salvado. Estuvo cuatro horas agonizando, tras recibir un tiro accidental de su propia carabina.

Desgracia doble para un hombre del paraje Las Lomitas, en Santa Victoria. Nicanor Argañaraz recibió un disparo de su propia carabina calibre 22 cuando ésta se desprendió de la correa y cayó al suelo. Luego, agonizó durante cuatro horas, esperando una ambulancia que nunca llegó.

En El Tribuno, Ana Verónica «Beba» Amaya, vecina del puesto El Rosado, dijo que ella llamó al hospital pidiendo una ambulancia, pero que le dijeron que no había, aunque aclarando que iban a hacer todo lo posible para asistirlo. Argañaraz sólo fue asistido por familiares y vecinos que lo encontraron unas dos horas después del accidente.

La ambulancia estaba siendo reparada en Tartagal. No había otra.

Argañaraz falleció en el puesto sanitario de Santa María, donde no había médicos ni enfermeros.