La técnica desplazada nuevamente del INDEC cuestionó a los K por dejar «tierra arrasada» y abrió interrogantes sobre los índices macristas. Declaró que si se quiere empezar de cero, eso supone no saber lo que pasa adentro y cómo se construye.

Salió al aire minutos después de que su ex jefe, Jorge Todesca, cuestionara su supuesta intransigencia para acelerar la publicación de estadísticas oficiales. Y buscó, con elegancia y rigurosidad técnica, explicar el porqué de su salida y su postura. Aún así, dejó definiciones políticas calientes. Graciela Bevacqua, la especialista desplazada ayer del organismo de estadísticas públicas, diferenció esta última salida con la que le tocó vivir con el kirchnerismo. Pero también dejó mensajes duros para el macrismo.

«Son cosas distintas, pero parecidas. (Guillermo) Moreno tenía un objetivo claro y simpre lo dijo de frente y me apretó de frente. Y no era Moreno, a mí me echó (Néstor) Kirchner. En este caso, sólo me desplazó (Jorge) Todesca», respondió Bevacqua en radio La Red en la parte más sustancial de la entrevista y cuando el conductor, Luis Novaresio, insistía con la comparación.

En todo momento, la técnica desplazada se tomó tiempo para contestar y pareció contenerse en algunas respuestas. ¿Fue intransigente?, la consultaron de entrada. «Más que intransigente… Como dijo Jorge (por Todesca) muchas veces, esto era tierra arrasada. Había que empezar de cero y lleva tiempo. Más de dos años… No hay antecedente en el mundo de un desmantelamiento para la comunidad estadística, como hizo el kirchnerismo», arrancó, para dejar en claro que los mayores cuestionamientos de fondo tenían que ver con el Gobierno anterior.

Luego, pareció quejarse de ciertas formas en su nuevo desplazamiento. ¿La apretaron? «(se toma un tiempo) Buscaron alternativas. Se ofreció (la estadística) de San Luis y en ocho, siete, seis o nueve meses publicaron un índice completo. Pero no es que dejábamos al país sin estadísticas. Más que un apriete, no cumplí con las expectativas de los tiempos políticos. He cumplido con la estadística pública», respondió.

También dejó un análisis inquietante para el macrismo, cuando la consultaron sobre la rigurosidad que podría tener una nueva estadística en 60 días, para el segundo trimestre del año, como promete ahora el Gobierno. ¿Tiene rigurosidad?, fue la nueva pregunta. «Hay que ver de qué se está hablando. Puede ser una combinación de ciudades (que ya miden su inflación). Si es empezar de cero, es no saber lo que pasa adentro y cómo se construye», concluyó.

El desplazamiento de Bevacqua se produjo en medio de una puja clave del Gobierno con los gremios, de cara a las paritarias y cuando las pocas estadísticas oficiales que se conocen, como las de San Luis y Ciudad de Buenos Aires, vienen dando números por encima de lo estimado por el propio presidente Mauricio Macri y su ministro de Hacienda Alfonso Prat Gay. En enero, el IPC porteño cantó 4,1%. Con semjante arranque, difícil encorsetar todo el año en 20 o 25 puntos como hablaron el líder del PRO y el ex titular del Central.

Y ayer, la oposición más cercana al Gobierno, encabezada por Sergio Massa, metió una nueva cuña en la polémica, al volver a publicar el IPC Congreso, una ensalada de datos de distintas consultoras que el propio macrismo impulsaba en la era K ante la falta de parámetros oficiales creíbles.

Fuente: Clarín