En una carta, un exnuncio le recuerda al cura mayor los atroces abusos cometidos por el cardenal McCarrick, arzobispo emérito de Washington, recientemente obligado a renunciar.

Un exnuncio hizo pública una carta incendiaria en la que denunció a varios pesos pesados de la curia romana ligados a un supuesto lobby gay. También al propio Francisco por haber encubierto durante años los abusos del cardenal Theodore McCarrick, arzobispo de Washington, de renuncia reciente.

La carta de 11 páginas apareció en cuatro medios conservadores muy críticos de Francisco. El autor es Carlo Maria Viganò, arzobispo ya retirado que fue nuncio en Estados Unidos entre 2011 y 2016. Un personaje ya conocido por filtrar documentos y por jugar fuerte en las internas.

Viganò pide la dimisión de Francisco, al afirmar que le había advertido en una audiencia el 21 de junio de 2013 sobre el pasado oscuro de McCarrick, de 88 años. Además, lo acusa de haber levantado supuestas sanciones que le había infligido años antes su antecesor.

McCarrick fue obligado en junio pasado por Francisco a renunciar a su título y a retirarse a la vida privada, después de que una investigación de la arquidiócesis de Nueva York concluyó que era culpable del abuso sexual de un menor .

Viganò denunció que casi todos en el Vaticano sabían desde hacía más de una década que McCarrick -creado cardenal por Juan Pablo II en 2001- solía ser un «predador». Mencionó como cómplices de su encubrimiento a varios altos prelados de la curia, tanto de la vieja guardia como de la nueva. Culpó a los antes influyentes cardenales italianos Angelo Sodano y Tarcisio Bertone -secretarios de Estado de Juan Pablo II y Benedicto XVI, respectivamente- y al argentino Leonardo Sandri, que fue sustituto del papa polaco. Salpicó también con todo al actual secretario de Estado, Pietro Parolin, entre otros.

En conferencia de prensa Francisco desestimó el contenido de la epístola y su consistencia. «Leí esta mañana esa carta. Yo no diré una palabra sobre esto. Creo que la carta habla por sí misma», contestó.

Fuente: La Nación