En las últimas horas se conocieron nuevas denuncias por estafa contra viejos timadores, envueltos anteriormente en negocios fraudulentos. Recorrido por la trayectoria oprobiosa de los Desimone, empresarios que Cuarto Poder ya demostró arteros y socios de dirigentes políticos del oficialismo. (Milcíades)

La semana pasada el diario El Tribuno publicó un artículo titulado “IKBA tiene un tendal de afectados con casas y sigue los pasos de Denario”. Firmada por Antonio Oieni, la publicación desnuda las últimas estafas llevadas adelante por la empresa inmobiliaria propiedad de Miguel Matías Desimone.

Poco más de un año atrás, en noviembre de 2016, este semanario publicaba una nota de investigación titulada “El largo adiós a Andrés”, en referencia al ex vice gobernador y actual diputado nacional por Salta, Andrés Zottos, y sus relaciones comerciales con Matías Desimone en el truncado proyecto inmobiliario “Torres de Tartagal”.

Según la nota publicada por Oieni, actualmente el “empresario” Matías Desimone “está imputado desde el pasado 21 de mayo en una causa testigo de las estafas denunciadas con viviendas de las urbanizaciones Cielos del Valle y Cielos del Sur, de Cerrillos, y con departamentos de edificios que tienen las obras paradas en Salta y Tartagal”. Quien supo ser un “empresario ejemplar” en los albores del gobierno de Juan Urtubey no termina de acumular denuncias por estafas y ha logrado constituir una cadena de escándalos con múltiples derivaciones e innumerables implicados.

Una fuente off the record señaló que “hay un monto de dinero bastante alto, una cantidad que habían aportado varios de los inversores de las torres, que Matías tuvo guardada como año y medio… se la pidieron prestada, la prestó y nunca se la devolvieron… ahí están las torres…”.

En el mismo lodo

Matías Desimone fundó la inmobiliaria IKBA en junio del año 2011 y se constituyó en “socio mayoritario y titular del directorio de esa sociedad anónima”. Semanas más tarde se asoció con su tío Miguel Ángel Desimone en “Inversora Denario S.A.”, empresa dedicada al turismo que se declaró en quiebra en agosto de 2017 y literalmente esfumó el dinero desembolsado por numerosos clientes.

En octubre del año pasado, la fiscal penal de la Unidad de Delitos Económicos, Mónica Poma, imputó a tres socios y gerentes de la empresa turística: Miguel Ángel Desimone, Laura Marina y Candelaria Marina por “comisión de los delitos de estafas reiteradas y vaciamiento de empresa”. Más de cincuenta denuncias de clientes que compraron paquetes de viajes aéreos a Denario y nunca los pudieron utilizar, dieron cuerpo a la documentación estudiada por la fiscal Poma, junto a informes elevados por AFIP, el Juzgado de Quiebras, el Ministerio de Turismo de la Provincia, la Secretaría de Defensa al Consumidor de la Provincia, entre otros.

A su vez, Matías Desimone forma parte de “Dinar S.A., Cambio, Bolsa y Turismo”, una empresa que opera en Salta hace más de 30 años y de la que heredó la dirección de manos de su padre. En 2014, en una entrevista para un portal digital, Matías declaraba que “a partir del año 2008 comenzamos a diversificar y hoy no sólo tenemos Dinar, también una empresa que desarrolla viviendas y barrios para gente de clase media, también hacemos edificios, contamos con una tarjetas de crédito y una empresa que financia a las PYMES”.

“Dinar S.A., Cambio, Bolsa y Turismo” no podía escapar al ADN Desimone: fue sancionada por el Banco Central de la República Argentina (BCRA). En la resolución N° 735 del BCRA, fechada el 14 de noviembre de 2014, se establece un “sumario financiero” a esta firma debido a “modificaciones del capital social, mediando reiteradas demoras en remitir al BCRA información y documentación vinculadas con las negociaciones realizadas (…) e inobservancia del deber de no introducir cambios en el Directorio hasta que el BCRA se expida sobre las transferencias”.

En aquella ocasión, el monto total de la sanción llegó a $ 2,79 millones, divididos entre Adrián José Luis Martini ($ 556.000), Ana Estela Toncovich ($ 112.000), Julio Alberto Ibarguren ($ 88.000), Julio Ruiz de los Llanos ($ 251.000), María Eugenia Desimone ($ 168.000), Miguel Angel Desimone ($ 667.000) y Miguel Matías Desimone ($ 280.000.).

Como señalábamos más arriba, la última de las estafas conocidas bajo la órbita de IKBA se trata de las urbanizaciones Cielos del Valle y Cielos del Sur II, en la localidad de Cerrillos. En el caso de la primera fueron entregadas sólo 117 de las 331 viviendas vendidas, mientras que en el caso de la segunda directamente no se puso ni un solo ladrillo en pie. Asimismo, otro proyecto inmobiliario de IKBA -Torre Lyon- se encuentra paralizado en Deán Funes 535, ex sede de la Liga Salteña de Fútbol; mientras que en 20 de Febrero y Necochea, tras haber realizado las primeras tareas de desmantelamiento de lo que supo ser la bodega Giol y colocar la cartelera correspondiente, se detuvo la construcción de un edificio de 20 pisos y 104 departamentos.

Una búsqueda somera permite encontrar en el Boletín Oficial de Salta, además de las ya citadas Dinar, Denario e IKBA, otras tres sociedades comerciales de las que participa nuestro empresario estrella: “Inversora Lerma S.A.”, “ItalNoa S.A.” y “Fondo del Norte S.A.”.

“Con la torre que dejaron de construir en 20 de Febrero y Necochea, según tengo entendido, estaban especulando entregar pisos para poder saldar las deudas que tienen”, nos indica una fuente off the record y dispara una pregunta: “¿en cuántas sociedades comerciales y fideicomisos tiene participación Matías Desimone? En el caso de los fideicomisos, yo recuerdo 11 en este momento”.

Una búsqueda somera permite encontrar en el Boletín Oficial de Salta, además de las ya citadas Dinar, Denario e IKBA, otras tres sociedades comerciales de las que participa nuestro empresario estrella: “Inversora Lerma S.A.”, “ItalNoa S.A.” y “Fondo del Norte S.A.”. En el caso de esta última, llamativamente el societario de Desimone, un tal “Grupo Financiero del Norte S.A.”, ocupa la misma dirección que “Italnoa S.A.” y “Fondo del Norte S.A.”: Avenida Uruguay N°399. Todas estas sociedades están avaladas por la firma de la escribana Carolina Del Milagro Pérez Aranda.

Las torres

En la nota publicada en este semanario en noviembre de 2016, citada al principio, se desenvuelve de manera pormenorizada el caso de una estafa que involucra a Desimone en el interior de la provincia y que lo vincula a varios nombres de los “pesos pesados” de la política local. Las “Torres de Tartagal”, un edificio en la ciudad norteña cuya construcción se paralizó por completo, quizás sea uno de los eslabones más interesantes de la cadena de escándalos que rodea al empresario.

Una fuente off the record señaló a Cuarto Poder que “hay un monto de dinero bastante alto, una cantidad que habían aportado varios de los inversores de las torres, que Matías la tuvo guardada como año y medio…se la pidieron prestada, la prestó y nunca se la devolvieron… ahí están las torres…”. Los detalles son poco claros aún, pero llama la atención otra de las acotaciones de nuestra fuente: “Sobre gran parte de las transacciones alrededor del caso de las Torres de Tartagal no hay papeles, no hay registros”.

Si bien este cronista pudo ver los registros gráficos de diferentes transacciones del Fideicomiso de las Torres de Tartagal, hasta el cierre de esta edición no se pudieron adquirir las copias. No obstante, a los nombres de Fiduciantes en las Torres de Tartagal que nuestra nota de referencia registra (José Urtubey, José Solito, Fredy Tejerina, Andrés Zottos), podemos agregarles la de tres abogados que forman parte del buffet “Estudios Gómez Rincón”: Enrique “Puma” Juncosa, que supo ser candidato del PRO en Salta en 2015 junto al “gaucho” Martín de los Ríos, para diputado provincial; Carlos “Laly” Gómez y Enrique Vidal.