El brindis será el «lujo» de la cena de Navidad: las subas en las bebidas llegan al 60%. La mesa de Nochebuena se encareció más que la inflación.

Faltan cinco semanas para Nochebuena y una más para despedir el año. Es bastante, pero los supermercados ya se pusieron en modo Fiestas. En los últimos días, los productos típicos de la cena navideña terminaron de llegar a las góndolas. Y los consumidores se sorprendieron con precios bastante más altos que los de la Navidad pasada, impulsados principalmente por las bebidas que suelen llenar las copas argentinas tanto antes como después de la medianoche.

Un relevamiento realizado en cinco cadenas de supermercados porteñas encontró que más de 60 artículos tradicionales de la mesa navideña están, en promedio, un 27% más caros que hace 12 meses.

Como primera lectura, los precios de la canasta aumentaron por encima de la media. Según el relevamiento oficial de la Ciudad de Buenos Aires, difundido esta semana, la inflación interanual es del 20,2% para el rubro de alimentos y bebidas, y el nivel general está en 24,5%.

El otro dato llamativo es que, por segundo año consecutivo, los productos más afectados de la canasta fueron las bebidas, en especial las que se elaboran con uva. Para la medición oficial, el precio de los vinos se incrementó un 39,1% en promedio.

En esa línea, la recorrida detectó subas del 33% en los de mesa en tetra brick, de 52% en botellas de vino blanco y de hasta 63% en las de tinto. Por ejemplo, una que hace un año salía $ 59 se fue a $ 96 y una que estaba a $ 57 ahora vale casi $ 87.

Por otra parte, en los espumantes las alzas rondaron el 31%, con picos de 37%. Botellas de «extra brut» Trapiche que para la Navidad 2016 costaban $ 146 ya se acercan a $ 202, y otras de Chandón que se ofrecían por $ 175 saltaron a $ 235.

«El motivo de estos aumentos mayores a los de otros productos y a la inflación han sido dos cosechas de uva de muy poco volumen, las dos peores de los últimos 50 años. La cantidad de materia prima disponible se redujo y eso derivó en los incrementos, que hundieron el consumo un 20% en dos años», explicó Francisco Do Pico, el vicepresidente de Bodegas de Argentina.

En el resto de las bebidas hubo subas más moderadas, pero también destacadas. En sidras oscilaron entre el 20 y el 30%, y una botella de primera marca hoy ronda los $ 56. En gaseosas hubo saltos de 25 a 30%.

En lo comestible, el rubro navideño más impactado fue el de los dulces y las confituras, con incrementos que alcanzan el 34% en turrones y postres de maní, y 30% en garrapiñadas. El helado artesanal tuvo un avance del 20% (el kilo en locales de primera ya promedia $ 323) y en los industriales llega al 30%.

Por su parte, los duraznos en almíbar de marca líder subieron 58%: la lata llegó a $ 55. Y se observan fuertes alzas en vegetales muy usados para esas fechas, como la papa (78%) y el tomate (49%), que hoy llega a venderse a $ 70 el kilo.

Como contracara, y para moderar el promedio, se resaltan alzas menores al promedio para los panificados típicos: en cinco panes dulces relevados el precio subió sólo 6% en promedio, y 12% en cuatro marcas de budín. Varias marcas de atún en lata, a su vez, mantuvieron y hasta bajaron los precios.

Se calculó que, con marcas líderes, los ingredientes de una cena para cinco personas costarán esta vez casi $ 1.050 con una entrada de melón con jamón y tomates rellenos con atún, peceto al horno con papas, vino de mesa y gaseosa, y postre de duraznos en almíbar con helado artesanal. Si luego se brinda con champán y se ofrece pan dulce, budín, turrón, garrapiñadas y nueces, habrá que agregar otros $ 434.

En total, ese festejo costaría unos $ 1.482, unos $ 296 por persona sin contar regalos ni fuegos artificiales. Pero si el peceto se cambia por pollo al limón, el champán por sidra económica, si se compra helado de supermercado y se eligen marcas de menor costo, el gasto puede bajar a $ 932, o $ 186 por comensal.

«Hay aumentos fuertes y muchos ya se están poniendo de acuerdo con la familia para anticipar la compra, porque luego en diciembre, más allá de que puede haber nuevas subas, se juntan muchos gastos», explica Sandra González, titular de la entidad de consumidores Adecua.

«Lo que conviene -agrega- es aprovechar las buenas ofertas y promos que vayan surgiendo de acá hasta Navidad, con mucha atención a los vencimientos. También está la opción de comprar lo no perecedero, como conservas, en los mayoristas, con un buen ahorro».

En línea con la baja de la inflación, la canasta navideña tuvo este año la menor suba de los últimos cinco años. El año pasado los productos se habían disparado un 41% en relación con la Navidad 2015.

Fuente: Clarín