Policía mató a una nena de 13 años y luego se suicidó en un hotel de Resistencia. La madre declaró que sabía que su hija chateaba por el agente, pero en ningún momento sospechaba que tuviesen una relación.

Elizabeth Giuliana Anabella Solís Álvarez, de 13 años, salió de su casa el jueves pasado para festejar el cumpleaños de unos amigos de la Iglesia evangélica que frecuentaba su familia. Eso fue lo que les dijo a sus hermanos mayores, responsables de su cuidado mientras su madre trabajaba. Según se supo se encontraría con Orlando Adrián Sánchez, un policía de 30 años al que había conocido por la red social Facebook. Sánchez llevó a la menor a un hotel por horas en Resistencia, la capital de la norteña provincia argentina de Chaco, y allí la mató, según la hipótesis de los investigadores. Su cuerpo sin vida fue descubierto por personal del hotel al día siguiente, junto al del policía. Al llamar a la puerta y no obtener respuesta, abrieron y los encontraron a los dos tumbados sobre la cama matrimonial y con un disparo en la sien.

«Sería un caso de femicidio seguido de suicidio por tratarse de una relación prohibida por la edad que tenía la chica», dijo a la agencia oficial Télam uno de los investigadores abocado a la causa. Junto a los cuerpos encontraron una pistola Bersa calibre 9 y tres cargadores con municiones. Aún no se han revelado los datos de la autopsia para conocer si la menor fue abusada o si presentaba signos de defensa frente a una posible agresión.Tampoco se sabe cómo fue posible que el policía lograse entrar en el hotel con una menor de edad. La Justicia rastrea las conversaciones mantenidas a través de la red social para intentar averiguar más datos. Se trata de la cuarta mujer asesinada en lo que va de año en esta provincia del norte argentino, una de las más pobres del país.

Gracias a la documentación que llevaba encima, el hombre fue identificado con rapidez como integrante de la fuerza policial de la ciudad de Buenos Aires. La menor fue identificada horas mas tarde, después de que su madre realizase una denuncia por su desaparición, sorprendida de que no hubiese regresado a casa esa noche ni respondiese a las llamadas. La madre declaró que sabía que su hija chateaba por Facebook con Sánchez, pero en ningún momento sospechaba que tuviesen una relación sentimental.

La muerte de Elizabeth vuelve a poner sobre la mesa el rol de las redes sociales en la captación de menores y el gran desconocimiento que existe en Argentina sobre este delito. El Código Penal argentino castiga con penas de entre seis meses y cuatro años de cárcel el grooming o acoso virtual desde 2013, pero siete de cada diez argentinos no saben qué es. Una reciente encuesta de la consultora Management & Fit a pedido de la ONG Grooming Argentina reveló que el desconocimiento es mayor cuanta más edad y menor nivel educativo. Esta ONG cree que la concienciación debe empezar por las aulas, pero hacen falta también políticas públicas para que se conozca en los hogares.

El año pasado, la sociedad argentina se conmocionó por el feminicidio de Micaela Ortega, de 12 años, que fue asesinada por un hombre al que también había conocido por Facebook. Micaela fue hallada muerta en un descampado tras semanas de búsqueda en los alrededores de Bahía Blanca, unos 650 kilómetros al sur de Buenos Aires. El asesino se hizo pasar por una niña de su edad a través de las redes sociales. La Policía descubrió que el agresor tenía cuatro perfiles distintos, con más de un millar de contactos de menores.