Franco Gaspar Cinco será juzgado por homicidio doblemente calificado en contra de su exnovia y el hijo de ésta, a quienes envenenó el año pasado. Poco se dijo hasta el momento sobre el vínculo de él con su familia, caracterizada por lazos de imposición y opresión. 

Anna Politkóvskaya

Los crímenes de Alejandra Párraga (26) y su hijo Amir (2) a manos de Franco Gaspar Cinco (29) el año pasado y tuvieron repercusión nacional. El femicida se desempeñaba como periodista local y, aparentemente, por una situación de celos y obsesión planificó envenenar al niño. El desenlace fue aún peor porque madre e hijo terminaron muertos. 

Cuarto Poder conversó con una exnovia de Gaspar Cinco, quien hasta el momento no había realizado declaraciones. Describió la tortuosa relación que vivió porque la familia del experiodista la amenazaba constantemente. “Nos conocimos en la Facultad, en la agrupación Franja Morada, al principio todo estaba muy bien, era una persona muy amable y generosa, pero el problema fueron sus padres”, aseguró. 

La madre de Gaspar Cinco aprovechaba los momentos a solas con la joven para exigirle que dejara a su hijo porque consideraba que la relación perjudicaba sus estudios universitarios. Además, en varias oportunidades, le manifestó que seguramente la joven quería quedarse embarazada para apropiarse de los bienes materiales de la familia ya que él era único hijo. “Franco tenía 21 años en ese momento y gozaba de una buena posición económica, yo siempre viví humildemente. Era muy sobreprotegido por sus padres, no los contrariaba para nada, a tal punto que su mamá decidía la ropa que debía ponerse”, dijo. 

La exestudiante de la Facultad de Humanidades señaló que tuvo que soportar muchas situaciones desagradables. “A veces yo quería cortar pero él se ponía muy mal, lloraba desconsolado y golpeaba la pared, lo que provocaba que se lastime los puños de las manos”, recordó. 

La tolerancia de la joven llegó a un límite cuando el padre y la madre del ulterior femicidia fueron hasta su casa para insultar a ella y su madre porque Gaspar Cinco se había quedado a dormir la noche anterior en la vivienda. “Vinieron a la madrugada,  nos dijeron de todo, le gritaron a mi mamá que era una mala madre y que ellos no dejarían que Franco continúe la relación conmigo. Ese día nos amenazaron y me dijeron que no me acerque más a él. Fue una situación horrible, sentí mucha vergüenza”, indicó. 

Posteriormente, a pesar de la insistencia del muchacho, la joven no quiso continuar con la relación. “Él se encargó de decir que nos habíamos separado porque yo lo había engañado, esto era totalmente mentira, pero lo dijo porque no quería  que nadie se entere que su familia había protagonizado un escándalo en mi casa”, señaló.  

Un día se reencontraron en una reunión política, Gaspar Cinco insistió para acompañarla a la parada del colectivo y ella finalmente accedió. “Cortamos nuestra relación y  nos despedimos bien, pero luego su mamá  me llamó por teléfono y me dijo que ella sabía que habíamos estado juntos y me volvió a amenazar, yo le dije que la denunciaría y le corté el teléfono”, indicó. 

Todo lo sucedido fue muy impactante para la joven, llegó a sentir temor de acercársele porque no sabía las represarías que podía tomar la familia contra ella y su mamá. “Estaban obsesionados con Franco y él se sentía presionado, con ellos se comportaba como un niño. Además de ser conservadores, eran muy materialistas por eso me decían que yo me quería aprovechar de él”, resaltó. 

“Yo vivo lejos, no estoy en Salta, me enteré todo por internet, la llamé a mi mamá y lloré porque no podía entender que Franco hubiera cometido algo tan horrible”, recordó el momento en que se enteró lo ocurrido con Alejandra Párraga y su hijo Amir. 

Hay elementos particulares del caso que estremecieron a la joven. “Cuando leí que había utilizado de excusa una supuesta agua bendita (que en realidad era veneno) me acordé que Franco y su familia eran muy religiosos y recordé, también, que él solía regalarle muchos juguetes a mi hermanito para ganarse su afecto”. Esto último, según declaraciones de la familia Párraga, también pretendía con Amir pero el niño lo rechazaba. 

Luego de un tiempo, Gaspar Cinco, tuvo problemas con otra estudiante de la UNSa que lo denunció, mediante nota,  por haberla insultado y empujado. “Había pasado algo entre ambos y un  día cuando ella fue a querer abrazarlo, él se comportó violento”, comentó la joven a Cuarto Poder. Aparentemente el hecho  se resolvió en el ámbito de la universidad mediante una instancia de mediación. 

El juicio 

La primera audiencia se desarrolló en el día de ayer, viernes 20 de Abril en el Salón de Grandes Juicios del Poder Judicial. Franco Gaspar Cinco es el único acusado por homicidio doblemente calificado por envenenamiento en contra de Alejandra Párraga y su hijo Amir. El juicio está a cargo del juez Ángel Amadeo Longarte. Por el Ministerio Público interviene el fiscal penal de la UGAP 4, Ramiro Ramos Osorio. La defensa del imputado es ejercida por el Luis María Agüero Molina. 

En representación de la familia Párraga actuarán los querellantes Sebastián Schmidt Dodds y Néstor Rafael Benegas. Las instancias más relevantes del juicio serán transmitidas en vivo por el canal del Poder Judicial de Salta en YouTube.

Los hechos

El 5 de junio de 2017, Amir se encontraba enfermo y Gaspar Cinco le sugirió a Alejandra que le diera agua bendita. El niño se reusó a ingerir la bebida, entonces Alejandra bebió el líquido para que luego su hijo aceptara. A los pocos minutos ambos comenzaron a perder la compostura y fallecieron en las distintas instituciones de salud a las que acudieron. Lejos de ser algo “milagroso”, lo que madre e hijo habían bebido era cianuro de potasio. 

Gaspar Cinco fue al velorio con una frialdad insólita, pero gracias a dos testigos claves se pudo saber que había planificado el asesinato del niño. Además, el 25 de mayo previo ya había intentado matar a Amir durante una visita al Dique Cabra Corral.