Los impactos en Argentina por la decisión británica de retirarse de la Unión Europea serán básicamente dos: resentirse el intercambio comercial por un mayor proteccionismo británico y una reducción de inversiones por la huida de capitales.

La decisión del Reino Unido de escindirse de la Unión Europea, proceso que se conoció como Brexit, abre un signo de interrogación ante el abanico de posibles caminos que pueda encarar esa economía y cuyos efectos directos e indirectos trascenderán las fronteras británicas. Los países más comprometidos serán aquellos que pertenecen al bloque y tienen una alta exposición en activos financieros británicos o dependen de las inversiones del Reino Unido en sus economías, como el caso español e italiano. En América latina el impacto llegará por la vía de la apreciación del dólar frente al debilitado euro, pese a que el Reino Unido no utiliza la moneda comunitaria. En la Argentina se especula con un impacto acotado, el cual vendrá tanto del frente financiero como comercial. Este último podría verse resentido ante una economía británica aún más proteccionista de lo que ya es la Eurozona. Por el lado financiero, la huida de capitales hacia mercados desarrollados haría escasear la liquidez global. El efecto podrá ser acotado pero llega en un momento delicado para el país, donde el Gobierno parece haber apostado todas sus fichas al ingreso de inversiones extranjeras.

En la consulta popular no vinculante el Brexit se impuso a la opción de permanecer en el bloque con el 52 por ciento de los votos. La noticia ya provocó la primera sacudida en el sistema financiero, con caída den las principales índices bursátiles como no se veía desde la crisis financiera internacional iniciada en 2007 (ver página 3). El principal canal de comunicación de la crisis es la salida de capitales en búsqueda de activos de calidad como refugio (que ofrecen poca volatilidad pero bajo rendimiento), lo que se conoce como “flight to quality”. En las primeras horas desde la noticia se exhibe una revalorización global del dólar y del oro. La libra esterlina cayó 7,5 por ciento ante el dólar y el euro bajó 2 por ciento.

En líneas generales, el Brexit puede tener consecuencias negativas comerciales y financieras, que deriven en menores inversiones. En el plano comercial, la salida del bloque obligará al Reino Unido a volver a suscribir acuerdos de libre comercio. En materia financiera, si bien los británicos no adoptaron el euro como moneda pero tiene una alta circulación de capitales con los bancos del bloque. La menor transferencia de fondos británicos puede debilitar tanto la moneda comunitaria como la libra. Estos efectos bastan para reducir la disposición a invertir o a consumir. Estos dos efectos son los que más preocupan por su potencial impacto a la Argentina.

“Si el Reino Unido inicia una nueva etapa de fuerte proteccionismo, pone en cuestionamiento las áreas de libre mercado, habrá dificultades para países exportadores, como la Argentina”, explicó a este diario Roberto Lampa, investigador del Conicet. El economista anticipa que el empobrecimiento de la economía británica traerá un nacionalismo más duro que contraerá el comercio, además de los efectos políticos, e iniciará una pulseada con otras economías de la Unión Europea. “Desde el plano financiero, lo próximo a verse serán una serie de fluctuaciones que harán que los capitales se refugien en activos seguros. Esto sucederá en un momento en que el Gobierno apuesta a volver al mercado para que ingresen inversiones”, agregó Lampa. En la misma línea argumentativa se ubicó el director de Abeceb, Dante Sica, quien remarcó que el intercambio comercial entre Argentina y Reino Unido es poco significativo. De todos modos, se mostró más optimista: “una vez pasada la etapa inicial, los inversores seguirán mirando con interés la región y sobre todo Argentina”. En 2015 el comercio con el Reino Unido alcanzó 1274,9 millones de dólares, un 1,1 por ciento del total.

El ex secretario de Finanzas, Guillermo Nielsen, sostuvo que tendrá serias implicancias para la Argentina, en particular en la decisión de apostar al crecimiento a través de la inversión privada. Nielsen detalló que el Gobierno hizo “un viraje de 180 grados en que el eje del crecimiento pasa por la inversión privada. Y justamente a eso, a la inversión privada, el resultado del referéndum británico “esto le pega muy negativamente”. Por su parte, el economista Martín González Eiras aseguró que las consecuencias serán “mínimas”, aunque consideró que lo más importante es tener en cuenta que “sin el Reino Unido la probabilidad de un acuerdo comercial Unión Europea-Mercosur es más baja”, ya que las autoridades británicas se mostraban más dispuestas a ese diálogo. El profesor de la Universidad de Copenhague sostuvo que el resultado del referéndum “serviría más de excusa (al Gobierno) para justificar que la recuperación económica y la ola de inversiones se demoran, que para provocar la demora en sí misma”, concluyó.

Fuente: Página 12