Comió una cantidad casi letal de hongos alucinógenos. Casi letal para el amigo a quien confundió con un robot y trató de matarlo porque creía que la guerra contra las máquinas ya había comenzado.

Dos jóvenes canadienses tuvieron una tarde que seguramente no olvidarán. El martes de la semana pasada el pequeño pueblo de Albertville se conmocionó con la noticia de un adolescente que intentó asesinar a su vecino tras ingerir demasiados hongos alucinógenos de la variedad amanita muscaria.

Al parecer el muchacho compró los hongos por internet, según relató posteriormente -cuando ya el efecto de las setas había abandonado su cuerpo- y cuando comenzó a ingerirlos no sintió nada en particular, así que continuó comiendo hasta que por fin el efecto llegó a su psiquis. “Comencé a ver muchos colores y todo iba bien, hasta que salí de la casa a dar un paseo”, comentó a la prensa local.

Cuando cruzó la puerta de casa se encontró con el vecino, y tras un breve intercambio de palabras procedió a darle caja con un palo. “En ese momento creí que era un robot y entré en pánico”, dijo el muchacho. La versión del vecino, amigo del comedor de hongos, es distinta: “Me saludó y luego comenzó a comportarse de manera extraña, y de un momento a otro me gritó que la guerra contra las máquinas ya había comenzado y que los humanos prevalecerían. Luego me atacó”. Rápidamente intervinieron dos vecinos chusmas que por ahí pasaban y al ver la locura que se desataba, redujeron al agresor de un par de piñas.

El agredido no presentó cargos. El agresor prometió nunca más pasarse de hongos.