En medio de la peor crisis que viviera el país, Salta fue por primera vez sede del Encuentro de Mujeres en el año 2002. Del mismo participaron 17.000 mujeres de todo el país y tal como lo reflejan diferentes registros de aquella vez, la Iglesia Católica había logrado entrometerse en la Comisión Organizadora. (Andrea Sz)

Eso motivó un escrito repartido durante los tres días que duró el Encuentro, en el que se denunciaba tal injerencia. En la declaración titulada “Que la iglesia católica se saque la careta” se podía leer “…Proponemos avanzar en el debate sobre: el subsidio estatal a las escuelas religiosas; la defensa de la escuela pública laica; la sanción e implementación de las leyes de salud sexual y reproductivas…”.

Aquel año se realizaron 41 talleres  en los que la gran presencia de mujeres piqueteras y trabajadoras de fábricas recuperadas hizo que se conformara un taller de “Mujer y movimiento piquetero y asambleas populares”. Fue además la primera vez que se registró la entrega de conclusiones por separado en algunos talleres, y se evidenció la postura de “mayorías y minorías”.

Después de 12 años, el ENM se volverá a realizar en nuestra provincia. Pese al tiempo transcurrido, la misma intromisión de miembros de la Iglesia católica se hace sentir desde hace meses: carteles en contra del Encuentro; fieles que organizan un encuentro paralelo donde invitan a participar a los hombres; el hackeo de la fanpage oficial del Encuentro (el espacio que es utilizado por la C.O. para difundir todo lo concerniente al evento); y presencia de varias páginas de Facebook que utilizando el logo oficial del Encuentro generan confusión acerca de los objetivos. “Tenemos que desenmascarar los encuentros” dicen, mientras comparten videos y crónicas contra los ENM en diferentes ciudades.

 Pese a eso la Comisión Organizadora conformada por cerca de 100 salteñas empezó a trabajar desde el año pasado cuando en el 28º Encuentro de San Juan se eligió por ovación a nuestra ciudad como sede. El aumento de los casos de femicidios, de las víctimas de trata con fines de explotación sexual, de las denuncias por violencia de género, la falta de acceso a una vivienda y la lucha de mujeres por la tierra en todo el territorio salteño, fueron algunos de los argumentos que las salteñas expusieron para poder organizar este Encuentro.