Desde el año 2010 las transformaciones en las modalidades de asistencia fueron promulgadas en la Ley Nacional N° 26.657. La aplicación de la misma en la provincia encuentra obstáculo que cercenan los derechos de los pacientes mentales. (Agustina Sily)

La legislación prohíbe la creación de instituciones de internación monovalentes, públicas o privadas y en el caso de los hospitales de salud mental existentes, se instruye que se adapten a los objetivos hasta su sustitución definitiva por dispositivos alternativos. Además enfatiza que esta adaptación y sustitución en ningún caso puede significar reducción de personal ni merma en los derechos adquiridos de los mismos. La ley, finalmente, contemplaba el abordaje del consumo problemático como parte integrante de la salud mental.

Detrás del marco  normativo hay un paradigma en el que el Estado reconoce a las personas con padecimiento mental como sujetos de derecho que deben acceder a una atención sanitaria y social integral y humanizada a partir del acceso gratuito, igualitario y equitativo a las prestaciones e insumos necesarios. Ello incluye la preservación de su identidad y la protección contra todo tipo de discriminación por su padecimiento actual o pasado.

Cuarto Poder indagó sobre  las transformaciones en la práctica hospitalaria. Conversamos al respecto con una profesional del Hospital Miguel Ragone, quien, sin embargo, prefirió resguardar su identidad. La especialista se manifestó a favor de la legislación en términos generales por poner en cuestión el funcionamiento anquilosado de los hospitales de salud mental y por dotar  a los efectores de la salud de la potestad para decidir sobre las internaciones. Antes de esta ley, asegura, las internaciones eran dispuestas en muchos casos por una orden judicial y el equipo de salud debía meramente acatarla.

Con la nueva ley, sin embargo, se contempla que los usuarios con internación involuntaria o voluntaria prolongada, pueden empoderarse con información sobre los derechos que los asisten y así conocer lo inherente a su salud y tratamiento a fin de poder tomar las decisiones vinculadas a su atención médica. Lo real, sin embargo, muestra que los usuarios de la salud mental en Salta no cuentan con las posibilidades efectivas de tomar decisiones en base al conocimiento científico de sus dificultades. Si bien puede que la comunidad médica no se lo plantee explícitamente, las acciones llevan a pensar a la entrevistada que no están inclinados hacia esta perspectiva.

La externación

El Hospital Dr. Miguel Ragone cuenta con diversas áreas que trabajan por el bienestar físico, mental y social de las personas. Los usuarios pueden acceder a diversos talleres y en caso de producir bienes y servicios percibir una remuneración como ocurre en otras instituciones. Hay incluso una experiencia de comunicación radial que se lleva adelante desde hace un año. Los tiempos en un hospital psiquiátrico, sin embargo, son distintos a los de otros nosocomios. De allí que profesional no dude en advertir que la postergación se institucionaliza y que es necesaria una rotación frecuente del personal.

Los pacientes que estén en condiciones para reincorporarse a la comunidad son preparados en un proceso de pre-alta, un área que funciona como un espacio intermedio entre el tratamiento y la vida independiente de la atención terapéutica. Esta etapa se desarrolla en las inmediaciones del hospital en tanto para su optimización resulta indispensable que se la separe de las dependencias del mismo requiriendo a su vez un fortalecimiento de los recursos humanos.

El proceso de externación se da cuando el equipo interdisciplinario evalúa el bienestar de la persona, pero también sus posibilidades y recursos. Es un proceso que requiere la reconstrucción de vínculos y en el que los profesionales trabajan por hilvanar los lazos afectivos. “La mayoría de los familiares vienen recién cuando los citamos”, dice. Los hospitales psiquiátricos se tornan asilares porque muchas de las personas con padecimiento mental no cuentan con un allegado que pueda estarles cerca. La trabajadora cuenta que el número de internos varones siempre es mayor porque es más difícil trabajar el estigma y la desconfianza que recae sobre ellos.

Las casas de medio camino se constituyen como dispositivos con base comunitaria en los que residen las personas después de su externación, en forma transitoria y durante el tiempo que requieran para su inclusión social. En Salta existen dos. La casa de mujeres se encuentra ubicada en Parque Belgrano y la habitan por el momento tres personas. Y por otro lado, en el barrio Miguel Ortiz está la casa de medio camino de varones, en la que actualmente viven 6 personas. En ambos hogares asisten enfermeros con turnos rotativos y se mantiene un acompañamiento terapéutico por parte del Hospital. La entrevistada cuenta que solo una de las personas que vivieron esta experiencia, volvieron al hospital.

Existen otros dispositivos ambulatorios que brindan talleres multidisciplinarios a los usuarios como Markai y el Centro de Apoyo Psicosocial, conocido como “hospital de día”.  En este último se brinda también almuerzos con la idea de contribuir al sustento económico. En estos espacios se brindan talleres de cotillón, panadería y  huerta, entre otros.

En el Hospital de Salud Mental de nuestra ciudad se da lugar al tratamiento de adicciones. Hay algunas personas que se encuentran alojadas por patologías duales; es decir, por consumo problemático y algún otro padecimiento psíquico pero hay quienes arriban al establecimiento solamente por consumo problemático de sustancias psicoactivas. La especialista consultada considera que la desintoxicación y el tratamiento deben realizarse en dispositivos específicos como el Centro de Psicoterapias (Cepsi) y la comunidad terapéutica Betania.

La consultada admite incluso que en ocasiones los medicamentos psicofarmacológicos son usados para castigar por algunos agentes. “Cada vez menos” asegura y aclara que los que proceden de esa forma suelen ser identificados por los mismos pacientes que denuncian sobre medicación, con lo cual los casos se comunican a las autoridades del hospital.

El Hospital cuenta con un consultorio externo al que concurren usuarios de la comunidad para trabajar  los procesos que viven por medio de la palabra. El equipo terapéutico resulta insuficiente para la demanda, por lo que el tiempo entre las sesiones es dilatado. Hay también atención domiciliaria.