La ministra de Educación, Analía Berruezo, estuvo en Harvard exponiendo invitada por la Fundación Varkey, que recibe más de cinco millones de pesos en Argentina por implementar un programa de capacitación para directivos de escuela en cinco provincias, todas afines al gobierno nacional: Jujuy, Mendoza, Corrientes, Buenos Aires y Salta. No se sabe si el viaje fue costeado por el Gobierno o por la ONG. Milcíades

La ministra de Educación, Ciencia y Tecnología de la provincia, Analía Berruezo, partió el pasado 24 de abril hasta la ciudad de Boston, capital del estado de Massachusetts en Estados Unidos y sede de la Universidad de Harvard. El viaje de la funcionaria se trazó en el marco del convenio rubricado entre el Ministerio de Educación de la Nación, el ministerio provincial que ella titulariza y la Fundación Varkey, una ONG creada por el multimillonario hindú Sunny Varkey, propietario de una de las redes de colegios privados más grandes del mundo (GEMS Education). Un convenio cuyos honorarios entre abril de 2017 y marzo de 2020, desembolsados por el Ministerio de Educación de la Nación, alcanzan un monto de 5,4 millones de dólares en favor de la ONG.

Berruezo fue acompañada en la delegación por su par de Corrientes, Susana Benítez; el encargado de Coordinación General del Ministerio de Educación de la Nación, CPN Eduardo Mezzamico; y los directores general y académico de la Fundación Varkey en Argentina, Agustín Porres y Fernando Zapiola, respectivamente. No se sabe a ciencia cierta si el viaje lo pagó la Provincia o la fundación, la prensa ministerial se negó a dar información pormenorizada del viaje.

Según lo publicado en el Boletín Oficial de la provincia el martes primero de mayo, cuyo acceso por internet ya no es posible —ver el editorial de este número de Cuarto Poder: “Flojitos de papeles”—, la delegación salteña debía volver el mismísimo Día Internacional del Trabajador a sus pagos.

Queda pendiente saber qué otras actividades realizó la ministra en el país imperialista gobernado por el magnate Donald Trump, puesto que según la página oficial de la Fundación Varkey el panel de debate se realizó el miércoles 25 en la Universidad de Harvard. No obstante, los partes de prensa del Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología, dan cuenta de que el viernes 27 Berruezo habría visitado una “escuela del Brooklyn que es ejemplo en inclusión educativa”. Mientras tanto, hasta el miércoles de esta semana la ministra aún no se había reincorporado a sus tareas en la cartera que dirige, es decir, que entre el sábado 28 de abril y el 2 de mayo —unos cinco días— nadie sabe muy bien cuáles fueron los pasos que siguió la funcionaria.

Al margen de las complicaciones para conocer más o menos en detalle la que presuponemos fue una agitada “agenda de trabajo”, nos interesa destacar lo que sí se llegó a conocer de este viaje a una de las universidades de mayor prestigio en Occidente y sus posibles implicancias en la Educación Pública.

“El desarrollo del liderazgo y la innovación curricular, como ejes que contribuirán a lograr la renovación educativa que el país necesita”, ese fue el título que Berruezo eligió para la ponencia que presentó junto al docente Andrés Alonso, quién ha tomado como “caso de estudio” al Programa de Liderazgo e Innovación Educativa (PLIE) y en particular la aplicación del mismo en Argentina, que se lleva adelante a través de la mencionada fundación.

¿Qué es Varkey?

Antes de continuar vale detenerse unas líneas para echar algo de luz sobre la Fundación Varkey y cómo es que llegó a nuestro país y en particular a Salta. Como indicábamos más arriba la misma fue creada por el multimillonario hindú Sunny Varkey, propietario de GEMS Education, una red de escuelas privadas cuyo director afirmó en una entrevista a la revista Bloomberg que se trata de “un negocio sólido” que obtiene rendimientos anuales cercanos a los 500 millones de dólares. Se estima que esta red tiene más de 130.000 estudiantes en los más de 100 establecimientos, distribuidos en once países de diferentes continentes.

Según su propia página web, Fundación Varkey se trata de una “organización sin fines de lucro” comprometida con “mejorar los estándares de educación de niños de bajos recursos de todo el mundo” y su lema motivacional es “que todos los niños tengan un buen maestro”. Es imposible pensar a la Fundación Varkey desligada de su creador, quien afirma que se trata de una organización que canaliza sus deseos filántropos. Hay que tener en cuenta que la Fundación apuntó sus intereses hacia nuestro país luego de que el presidente Mauricio Macri visitará el Foro de Davos, a principios de 2016, donde mantuvo, entre otras, una reunión con Sunny Varkey, en lo que puede entenderse como la primera puntada de un plan que luego continúo con el desembarco de un equipo técnico de la Fundación en Buenos Aires que se entrevistó con el Ministerio de Educación de la Nación, en ese entonces a cargo de Esteban Bullrich.

Políticas públicas privadas

En un artículo publicado en “El Cohete a la Luna”, autoría de Miguel Duhalde y titulado “Las mil y una caras de la privatización educativa”, un interesante y conciso análisis sobre las lógicas de las políticas educativas de gobiernos de cuño neoliberal concluye con un prolijo listado donde se enumeran las diversas ONG´s y fundaciones a las que el gobierno nacional ha dado el visto bueno para participar en la actualización de los principios de la “Nueva Gestión Pública”, una macro política mentada durante los 90 que abarca a todas las dimensiones del Estado.

En el listado de Fundaciones y ONG´s privilegiadas por su supuesta “desideologización, despolitización e incorruptibilidad”, podemos encontrar, entre otros, algunos nombres como el de Internet Media Services (IMS), Fundación Loma Negra, Enseñá por Argentina, Educar 2050, Fundación Cimientos, Fundación Eidos y, por supuesto, la Fundación Varkey. Todas ellas tienen estrechos vínculos con entidades privadas como bancos, empresas varias y universidades aranceladas.

“Los convenios con Fundaciones y ONGs se constituyen en una de las principales formas de privatización en la actualidad y tienen el objetivo de reestructurar el Estado bajo los principios del paradigma ‘gerencial’ con la introducción de los fundamentos de la Nueva Gestión Pública”, afirma Duhalde en su artículo y detalla además que los principios de la Nueva Gestión Pública se “reactualizan con el gobierno actual con algunos rasgos distintivos, como la idea de una gestión “profesional” del sector público a través de un Ministerio de Modernización (en Salta tenemos la recientemente creada “Sub-secretaría de Calidad e Innovación Educativa”), la importación de estilos de gestión y administración provenientes del sector empresarial, la presencia de CEOs de empresas y funcionarios formados en instituciones privadas en la gestión de programas y proyectos del sector público, y un mayor énfasis en el establecimiento de estándares y medidas de desempeño como “solución” a los problemas del sistema”.

Si algo tienen en común estas organizaciones citadas por Duhalde y de las que nos hacemos eco, es que todas promueven proyectos o programas de formación para miembros directivos de la Educación Pública y se preocupan abiertamente por el desarrollo de valores individuales y meritocráticos, basados en el emprendedurismo y las capacidades de liderazgo en búsqueda de innovar y de aumentar la calidad educativa.

Podemos deducir que estas ONG’s promueven a gran escala la creación de un “nuevo sentido común profesional” —o no tan nuevo— que se asienta sobre la ecuación infalible de todo pensador empresarial: los problemas de calidad —o cualquier problema— se resuelven por iniciativas individuales. Lo que transcripto al campo de la Educación Pública quiere decir que serán los y las directivos capacitados quiénes transferirán a los y las maestras las cualidades necesarias para encontrar soluciones a los problemas que se presenten cotidianamente en la vida institucional de cualquier nivel educativo.

Las carteras educativas provinciales que optaron por abrir sus puertas al PLIE impulsado por la Fundación Varkey, luego de que el Ministerio de Educación de la Nación sentara las bases y la orientación general del acuerdo, se encuentran bajo la órbita de gobiernos macristas o resueltamente afines. Por un lado, Mendoza, Jujuy y Corrientes, gobernadas por Alfredo Cornejo, Gerardo Morales y Gustavo Valdés, respectivamente, los tres miembros de la UCR alineados en la alianza Cambiemos. La provincia de Buenos Aires donde gobierna María Eugenia Vidal, y por descarte nuestra provincia gobernada por el peronista “más macrista de todos”, Juan Manuel Urtubey.

Es cuestionable la orientación por la que se inclina la Ministra de Educación, Ciencia y Tecnología, que mientras viaja y promueve iniciativas impulsadas por entidades privadas, a tónica con las aspiraciones del gobierno nacional, en la provincia donde se encuentra a cargo del derrotero general de la Educación Pública las falencias más básicas no dejan de acumularse en colegios, escuelas y terciarios.

En términos de infraestructura, por citar sólo un ejemplo, en la localidad de Santa Victoria Este, en la comunidad wichi La Curvita, las clases aún no empiezan puesto que ni siquiera tienen aulas luego del temporal que azotó la región en febrero pasado. Paradójicamente, en el “Mott Hall Bridges Academy”, el colegio que visitó Berruezo el pasado 27 de abril en Brooklyn, Nueva York, según su propio parte de prensa “la ministra comentó la experiencia de Salta en relación a la inclusión de comunidades originarias en el sistema educativo”.

Tampoco puede dejarse de lado uno de los tópicos que atraviesa hace varios meses a la cartera ministerial y que tiene que ver, por un lado, con la aplicación efectiva de la Ley de Educación Sexual Integral (ESI), una demanda que los estudiantes secundarios pusieron sobre el tapete en la última prueba del Operativo Aprender cuando se conoció que un 70% indicó que es necesaria la Educación Sexual en los colegios públicos; y por otro lado, la laicidad de la educación pública, problema sobre el cual la Corte de Justicia de la Nación emitió un fallo que instó al Gobierno de la Provincia a extraer de la planificación curricular las horas obligatorias de Educación Religiosa, que en Salta es lo mismo que decir catequesis católica. Se sabe por denuncias de madres y docentes que la medida aún no se aplica en su totalidad y que incluso la iglesia católica habría realizado maniobras para sortear el fallo de la Corte y lograr bajo eufemismos continuar el dictado de valores y dogmas del culto. Sin ir más lejos, en el marco del debate por el derecho al aborto, en varias escuelas públicas se habría girado por parte de los directivos invitaciones a los niños y niñas para que participasen de marchas contra el derecho a la interrupción voluntaria del embarazo para todos los cuerpos gestantes.